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Desafían agentes a alcalde: siguen revisiones de rutina

Gabriela Minjáres/
El Diario

2016-10-15

A pesar de la orden que el alcalde Armando Cabada dio a los agentes de Seguridad Pública para que suspendan las revisiones de rutina sin motivo de falta flagrante, vecinos del poniente de la ciudad denunciaron ayer que estas prácticas continúan, particularmente por elementos de la Policía Municipal.
Además, aseguraron que los oficiales actúan con mayor rigor y amenazan con arrestarlos cuando cuestionan los motivos de la detención y la revisión, así como por mencionarles la disposición anunciada por el presidente municipal.
Pidieron a las autoridades municipales establecer mecanismos de defensa y el procedimiento a seguir ante estas situaciones, porque comentaron que en la mayoría de los casos no tienen forma de identificar a los agentes ni a las unidades que los detienen para hacer la denuncia correspondiente.
“Ahora nos va peor que antes, sobre todo cuando uno pregunta por qué nos detienen y les comentamos que el presidente dijo que ya no iban a pararnos nomás porque sí”, afirmó Juan Carlos, un vecino del norponiente que pidió la reserva de su nombre completo.
Al asumir el cargo el lunes pasado, el alcalde Cabada ordenó a los policías y tránsitos cancelar las revisiones de rutina.
En su mensaje a la ciudadanía dijo que estas prácticas son una fuente de corrupción y trasgreden los derechos ciudadanos.
“Para la detención de un vehículo los agentes de la Policía y de Tránsito deberán tener primero un motivo de falta flagrante al reglamento, así combatiremos la famosa ‘polla’ en estas corporaciones”, expresó para luego enfatizar: “¡Alto a las revisiones de rutina!”.
La Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM) informó a través de su vocero, Adrián Sánchez Contreras, que las revisiones continuarán en la ciudad, pero sólo “bajo previo conocimiento que las personas puedan tener algo que las comprometa, un señalamiento directo, una queja ciudadana o que coincida con las características de algún presunto que se esté buscando por algún evento en proceso o reciente”.
También, agregó, si existe un evento de alto impacto o si el ciudadano comete alguna falta administrativa en contra del reglamento de Policía y Buen Gobierno y si pone en riesgo su integridad o de terceras personas.
Juan Carlos narró que el viernes, como a las cuatro de la tarde, circulaba por la calle Chiapas de la colonia Lázaro Cárdenas junto con su familia para ir a comprar comida y una patrulla de la Municipal los persiguió durante varias cuadras hasta ordenarles que se detuvieran.
Agregó que uno de los dos agentes que viajaban en la unidad le cuestionó el destino y le ordenó identificarse porque se trataba de una “revisión de rutina”.
Cuando él le preguntó cuál era el motivo de la detención si el alcalde había anunciado que ya no habría este tipo de revisiones, lo obligó a descender del vehículo, lo sometió detrás de la cajuela y amagó con esposarlo y arrestarlo si entorpecía su trabajo.
Acompañado de su esposa y sus tres hijos menores, el mecánico fue sometido a una revisión física y en sus pertenencias personales, por lo que vieron que en su cartera traía mil pesos que recién le habían pagado.
“Cuando el poli me vio el dinero en la cartera se portó más sangrón. Me empezó a preguntar por qué traía ese dinero, que a qué me dedicaba y de quién era el carro porque no creía que fuera mío porque estaba bonito”, agregó el propietario de un vehículo Impala modelo 2007.
La revisión, comentaron Juan Carlos y su esposa, se prolongó por cerca de 30 minutos porque abrieron la cajuela y el cofre para revisar el motor, la pila y los tapones de los depósitos del vehículo, así como la parte inferior y hasta las llantas, lo que golpearon con los puños y los pies.
Además, sin permitir que la esposa y los niños descendieran de la unidad, uno de los agentes revisó los compartimientos interiores, debajo de los asientos y hasta los visores.
Enojado por el trato, el conductor les mencionó que actuaran como quisieran, que no había hecho nada irregular, que no llevaba nada ilegal y que el vehículo estaba en regla, además de que él portaba su licencia e identificaciones.
“Uno de los policías era muy prepotente, me hablaba y me trataba como si fuera malandro, me obligó a tener las manos en la cajuela que estaba bien caliente por el sol y cuando me movía porque me estaba quemando y le preguntaba por qué nos trataba así, sacó las esposas y me dijo que me iba a detener”, dijo.
Después de la revisión y que los agentes no encontraron nada irregular, les comentaron que tenían facultades para detener los vehículos y a las personas que consideren sospechosas y hasta mencionaron algunos artículos de una ley, pero no recordaron cuáles.
También les informaron que las revisiones no han sido suspendidas, como lo ordenó el presidente, supuestamente por la violencia que se ha desatado en la ciudad y que tienen instrucciones de continuar con su trabajo de manera regular.
Vecinos de los ciudadanos inconformes agregaron que detenciones de este tipo, sin motivo aparente, son frecuentes en sus barrios, donde detienen principalmente a los jóvenes que viajan en vehículos o caminan por las calles.
Además, expusieron que regularmente colocan las patrullas atrás de los vehículos para que no puedan ver los números de la unidad, por lo que pidieron a las autoridades precisar los procedimientos a seguir. (Gabriela Minjáres / El Diario)


gabrielam@redaccion.diario.com.mx

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