Fernando Aguilar/
El Diario
La frustración acompaña todos los días a Eréndira López desde que, hace dos semanas, su hija de 11 años la recibió llorando al salir de la escuela y le contó el traumático episodio que había vivido dentro del baño.
La niña le relató el terror que sintió cuando presuntamente fue acosada por tres compañeros de clase, asegura la mujer, quien encara la desesperación de pedir un castigo para ellos y enfrentarse a la idea de que, por una parte, por ser de la misma edad son inimputables jurídicamente y, por otra, las autoridades del plantel no los expulsan como ella lo exige.
“Hubo intento de violación”, afirma Eréndira. “Quisieron bajarle su short, subirle su falda. Hubo tocamientos. A mí en la escuela se me pidió discreción. Que se iban a tomar cartas en el asunto, que iban a suspender a los niños, a darlos de baja. Pero que me quedara callada, que no dijera nada”.
Este caso ocurrió en la Ciudad del Niño, un internado que también ofrece educación básica a menores que no necesariamente viven ahí de forma permanente.
La directora de la institución, Liliana Aguirre, reconoce que hubo “un incidente” el 29 de septiembre, pero considera que se ha distorsionado y afirma que una psicóloga de la institución, Laura Ramírez, ya trabaja con los niños y con sus padres, incluida la madre denunciante, quien, según Aguirre, no se presentó a las sesiones después de la primera entrevista.
De acuerdo con ella, los menores le expusieron a la profesional que todo había sido un juego y que no querían hacerle daño a la niña, por lo cual, luego de evaluar la situación, Ramírez determinó que podían seguir en la institución sin representar peligro alguno.
“La psicóloga está llevando un tratamiento después de la valoración realizada considerando que los niños pueden permanecer todavía dentro de la institución. Incluso se le hizo la observación a la señora para que continuara la niña con ellos recibiendo también el apoyo necesario para ella y para la mamá”, dijo.
Según la directora, cuando la menor afectada denunció los hechos de los que dijo ser víctima, ella se los reportó a los padres de los supuestos autores y los suspendió provisionalmente.
Sin embargo, ahora, al verlos de nuevo en el plantel, Eréndira se siente indignada porque, sostiene, su hija vive con el miedo de que intenten acosarla de nuevo.
“La señora nos hace una exigencia la cual no podemos hacer”, explicó Aguirre. “Se le hizo la recomendación de que fuera a las instancias correspondientes. Ella ya fue a las instancias. Ya se le dio también ahí la solución. Todo el seguimiento que se les ha dado a los niños y a la niña ha sido el correcto”.
No obstante, la madre quedó insatisfecha con la respuesta de la Secretaría de Educación y Deporte porque, asegura, el inspector de zona –a quien no identificó–, le dijo que a los niños no se les podía castigar en lo legal porque son menores de 12 años.
El Diario pidió al área de Comunicación Social de esa dependencia de Gobierno del Estado hablar con el funcionario para conocer detalles sobre sus diligencias, pero la vocera, Alicia Dávila, indicó que él no estaba disponible porque estaba fuera de la ciudad.
Eréndira expone que son cerca de 20 padres de familia los que le han manifestado su preocupación tras conocer los hechos, aunque ello no pudo ser corroborado.
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