Luz del Carmen Sosa/
El Diario
Víctor nació hace una semana y desde el primer día de su llegada a este mundo ha sido alimentado y protegido por Nancy, su madre, quien lo pasea orgullosa en su jaula.
El pequeño enreda sus brazos al cuerpo peludo de la madre mientras se alimenta; ella lo peina, lo abraza y se lo pega al seno para que coma nuevamente.
Madre e hijo están siempre bajo la mirada protectora de Chuy. El padre es un joven babuino que recién obtuvo el permiso para aparearse de Jorge, el macho alfa de la manada de papiones.
Víctor es el papión más joven que se reprodujo en cautiverio en el zoológico San Jorge y forma parte de la segunda generación, dice Arturo Silva, fundador del parque situado al suroriente de la ciudad.
El especialista en el cuidado de los animales silvestres explica que el papión sagrado (Papio hamadryas) es una especie muy prolífica porque están muy bien adaptados y en esta parte del zoológico tienen espacio, están sanos y reciben una buena alimentación.
Además son tratados con amor, lo que permite su reproducción, asegura el hombre que 15 años atrás fundó el zoológico e involucró a hijos y nietos en lo que considera el sueño de su vida y que pocas personas logran: proteger a los animales silvestres.
“Esta especie se llama papión sagrado, originario de Egipto, Etiopía y Arabia, esa latitud es el paralelo 30 que es la misma que tiene el norte del estado de Chihuahua, es decir, que sale y se mete el sol a la misma hora del lugar de donde ellos vienen”, explica Silva.
“Con ellos no batallamos con el frío o el calor, todo lo soportan perfectamente”, dice Arturo Silva, fundador del parque zoológico, mientras es escuchado atentamente por la manada de papiones y en especial por Jorge, el macho alfa.
El papión era considerado el mono sagrado de los egipcios, asociado con el dios Thoth. Aquí esa figura la representa Jorge, el primer papión nacido en Chihuahua en cautiverio y que ha procreado otras camadas con las que, incluso, se han surtido a zoológicos, como el de Ecatepec.
“Ahora estamos buscando incorporar a estos papiones en otros zoológicos”, refiere.
El fundador del zoológico San Jorge, explica que Nancy gestó a Víctor por 170 días. Cada vez que la hembra entra en celo, su trasero adquiere una tonalidad color rosa muy fuerte y de esa manera atrae al macho.
“Si la hembra no queda preñada, vuelve a entrar en celo a los seis meses. Se reproducen dos veces al año y sólo tienen una cría, en este caso el nacimiento fue de Víctor, quien quedó registrado con ese nombre en su acta ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Para que en cautiverio se reproduzcan lo animales se tienen que cumplir ciertas características como espacio, salud y la comida.
“Todo esto englobado en la circunstancia que es el buen trato al animal en un lugar donde ellos no tienen las condiciones adecuadas simplemente no se reproducen porque tiene un gen represivo”, explica Arturo Silva.
Estos papiones son del género cinocéfalo, que proviene de la palabra latina cynocephalus, que significa “cabeza de perro” y al igual que los mandriles, esa es su característica principal, el aspecto de su cabeza.
“En esta reserva hay una escala de valores, similar a la de los seres humanos, se gana el lugar por intimidaciones, golpes y agresiones, porque todos aspiran ser el alfa que es el que recibe los mejores tratos”, explica.
Nancy y su hijo son papiones anubis y tienen un color distinto de su rostro y manos, así como el color de su pelaje.
Usted puede conocer a esta familia en el zoológico que este año ha decidido abrir sus puertas todos los días para que las familias puedan convivir con los tigres, elefantes, y otras especies que aquí están albergadas. (Luz del Carmen Sosa/El Diario)
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