Local

Pide castigo para el conductor que los arrolló

Fernando Aguilar/
El Diario

2016-10-03

El domingo por la tarde, David aprendería a andar en motocicleta. Su padre, el médico José Manuel Ortiz Salgado, había organizado un viaje por la ciudad para enseñar a su hijo de 14 años cómo hacerlo, pero un conductor frustró sus planes.
Un hombre que manejaba ebrio se impactó contra las cuatro personas que participaban en el paseo y en el accidente murió el capitán, recuerda Jorge Puentes Ramírez, quien sobrevivió al repentino suceso.
Recostado sobre la cama del hospital, el doctor se recupera de la lesión que el manubrio de su motocicleta le produjo en la ingle.
Desde esa posición, junto a su hija que sufrió daño en la clavícula, y rodeado de otros familiares, el hombre pide una sola cosa: que las autoridades castiguen a Javier Torres, el residente de Nuevo México de 70 años que, según el peritaje oficial, es el presunto responsable de los hechos, consignado ya ante el Ministerio Público por homicidio imprudencial.
“A mi amigo lo asesinó ese viejo que iba borracho en sentido contrario”, comenta Jorge. “¡Quiero que esté en la cárcel y que pague su culpa! Mató a un médico especialista, el único coloproctólogo de la ciudad. Un hombre de bien, amante de las motos como yo. Muy querido por la comunidad médica y ‘motera’. Es indignante que pasen esas estupideces”.
La imagen del accidente, ocurrido después de las 6 de la tarde en el Libramiento Independencia cerca de la carretera Juárez-Porvenir, permanece en la memoria del médico.
De acuerdo con su testimonio, el grupo de motociclistas viajaba a 60 kilómetros por hora en una formación que suelen usar siempre que salen a “correr”: un vehículo en el carril derecho, otro en el izquierdo y uno más de nuevo en el derecho, separados todos por 15 ó 20 metros entre sí.
Jorge sostiene que los paseantes acababan de desplazarse por el Camino Real y luego tomaron el Libramiento Independencia en sentido de sur a norte, cuando, repentinamente, se hallaron a menos de 20 metros del Honda verde que conducía el responsable.
“No vimos que este borracho salió y se metió en sentido contrario. Parece ser que primero iba por el carril de la orilla derecha. Después se cruzó al de la izquierda y ahí iba un carro y se regresó al de en medio. No vio a Manuel en la motocicleta”, recuerda.
Fue un golpe mortal, sostiene el hombre al hacer cálculos: en sus palabras, fue la inercia de los dos vehículos, cada uno a 60 kilómetros por hora, que arroja como resultado un golpe de 120.
Cuando lo escuchó porque planeaba cambiarse hacia el carril derecho, Jorge volteó y vio de cerca el accidente.
“Yo vi a Manuel ensartado en el carro”, comenta. “Su hijo se paró en el carril izquierdo. Cuando lo vi, yo quise virar a la izquierda para zafarme de chocar, pero estaba el niño parándose en ese carril”.
Tras el impacto, la hija del doctor rodó hacia lo lejos, aunque ello sólo le produjo la rotura de un ligamento de la clavícula.
“Ese golpe que tuvo mi amigo es una muerte instantánea. Ahora dicen que hay un testigo que dice que le pasaron encima del casco. Sería algo sorprendente porque yo iba atrás y no había ningún carro atrás de mí. Para haberlo matado otro carro tenía que haber ido delante de mí y eso es una mentira”, sostiene.

faguilar@redaccion.diario.com.mx

@

X