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Sortean lagunas hasta colgados de las rejas

Fernando Aguilar/
El Diario

2016-09-30

Las precipitaciones de la madrugada del viernes acentuaron los encharcamientos en calles del suroriente de la ciudad, sobre todo en el fraccionamiento La Cañada y en el bulevar Manuel Talamás Camandari, donde el agua se acumula desde que inició la actual temporada lluvias.

Una laguna que prevalece en esa última vialidad, por ejemplo, ha obligado a quienes viven en colonias aledañas a inventar una nueva forma de transitar a pie para ir a comprar víveres: sostenerse de la malla ciclónica de una maquiladora y desplazarse de lado hasta superar el charco.
Si no lo hacen de ese modo, los peatones pueden hundirse en el lodazal que cubre la banqueta.
En una visita al sector, El Diario pudo comprobar que son dos tramos del bulevar Talamás Camandari los que presentan problemas: su intersección con la calle Mesa Central y el punto donde cruza con Refugio de la Libertad.
En el primer sitio, los automovilistas que se incorporan desde Mesa Central deben invadir el cuerpo poniente-oriente del bulevar porque una laguna cubre el otro sentido, donde, de acuerdo con vecinos, hay varios hoyos, algunos de ellos bastante profundos.
En el otro lado, peatones como Cristina Chavarría, una empleada de maquiladora, tienen que agarrarse todos los días de la malla de una empresa. Otros, desesperados, han buscado tapar los agujeros con tierra sin compactar, lo que ha contribuido a que la zona esté llena de lodo.
“Esto ya tiene como tres o cuatro meses así. Siempre se reporta, pero no se hace nada. Ya van varios carros que se quedan porque caen y no pueden salir. Esto se hace más grave con cada lluvia. No se alcanza a secar, desde que empezaron las lluvias no se ha secado nada”, dijo la mujer de 28 años.
Otro problema que enfrentan quienes viven cerca del bulevar Talamás Camandari es que deben rodear grandes distancias para no pisar los encharcamientos, pues a ciertas horas les resulta prácticamente imposible cruzar el cuerpo sur que los conductores utilizan en doble sentido, un riesgo que El Diario pudo confirmar.



Es el caso de Gloria, quien lleva a su hijo a una escuela secundaria cercana de lunes a viernes y debe atravesar un extenso predio baldío si al salir de su fraccionamiento, Puerto Santa Fe, no quiere encontrarse con la laguna.
“Es un batallar para los peatones”, denunció la madre. “Y es mucho batallar porque ni Tránsito ni nadie cuida para que la gente pase para ir ahí al supermercado con sus niños”.
En el caso del fraccionamiento La Cañada, ubicado también en el suroriente de la ciudad, el agua de lluvia inundó la calle Paseo de la Cañada hasta el punto de que la volvió intransitable porque el acumulamiento le llega a los niños hasta las rodillas.
Son pocos los automovilistas que deciden continuar su marcha en cualquiera de los dos sentidos de esa vía, pues a los autos compactos el agua los cubre hasta casi la mitad de la puerta.
Encharcamientos como estos se presentaron en distintas partes de la ciudad, sobre todo en el oriente, dijo Efrén Matamoros Barraza, director de Protección Civil, quien dijo que no ha habido severas afectaciones. (Fernando Aguilar / El Diario)

faguilar@redaccion.diario.com.mx

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