F. Aguilar/F. Chávez/
El Diario
Curiosos, los niños hurgan entre los montones de escombro ennegrecidos que han quedado en el suelo. Lo hacen por varios minutos y, tras una minuciosa búsqueda, entre montañas de ropa y periódico han encontrado objetos valiosos, la fotografía de un hombre puesta en un viejo marco, por ejemplo.
Al mirarla, Faustino Carranza, un vecino de la colonia Rancho Anapra, lo asegura tajantemente: es Gerardo, el hombre de unos 40 años que vivía en lo que ahora son desechos inservibles y que murió durante el incendio de su hogar, hecho a base de bloques y madera.
La víctima se hallaba completamente calcinada dentro de la propiedad ubicada entre las calles Ballena y Timalco, donde un incendio de grandes dimensiones fue reportado al Departamento de Bomberos a la 1:09 de la madrugada el lunes, indicó Efrén Matamoros Barraza, director de Protección Civil del Municipio.
De acuerdo con los primeros informes de la Fiscalía General del Estado (FGE), el hombre fue asesinado y su cuerpo fue localizado boca arriba, en medio de escombro que los homicidas usaron para acelerar la combustión.
Aunque no precisó la edad ni confirmó su identidad, Matamoros Barraza, dijo que, según el testimonio de los vecinos, se trataba de un hombre que padecía algún trastorno mental.
De acuerdo con el titular de esa dependencia, las llamas se propagaron rápidamente hacia las dos propiedades que colindan con ese terreno, una de las cuales era el almacén de chatarra de José Luis Gaucín, un colono que se dedica a reparar lavadoras en su domicilio.
“Yo estaba encerrado”, recuerda el hombre de 70 años a escasos metros de la línea divisoria entre México y Estados Unidos. “El guardia americano les avisó a todos que se estaba quemando una casa. Venía el aire muy fuerte de allá para acá. Y agarró todo lo que estaba aquí. Yo me di cuenta hasta que un policía llegó y me dijo”.
Como resultado de la acción del viento, sostiene José Luis, las llamas acabaron con una barda hecha de paletas de madera y dos automóviles, uno de los cuales quedó por completo inutilizable y el otro severamente dañado.
El incendio no sólo le quitó al señor objetos materiales: mató a su perro, que estaba atado a un árbol con una gruesa cadena de metal y no pudo evitar hallar la muerte calcinado.
Mientras el Departamento de Bomberos y la Fiscalía investigan el incidente, los vecinos hacen sus propias teorías sobre la muerte del originario de Torreón y quien se dedicaba a lustrar zapatos en el Centro, que van desde que dejó prendida la estufa, una fogata o una vela.
“Él todo el tiempo llegaba y hacía una fogata. Ahí están los bloques. Y se acuesta y usa una velita. Yo creo que le ganó el sueño y la velita fue quemando todo”, dijo José Luis, reparador de lavadoras.
Éste, es el segundo incidente similar que se registra en una semana.
El pasado 18 de septiembre el cadáver calcinado de un hombre fue localizado debajo de una cama, en una vivienda de la colonia Los Arcos.
En este caso, la FGE determinó que la causa de muerte fue por heridas de arma blanca, pero los homicidas le prendieron fuego para tratar de borrar evidencias.
El hombre permanece como masculino no identificado y se desconocen las causas del homicidio, de acuerdo con los avances en la investigación que lleva la Fiscalía General del Estado (FGE). (F. Aguilar / F. Chávez / El Diario)
faguilar@redaccion.diario.com.mx
fchavez@redaccion.diario.com.mx
@