Fernando Aguilar/
El Diario
La dirección general del Colegio de Bachilleres (Cobach) esperará a que la Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas del Delito por Razones de Género (FEM) determine si hay o no delito qué perseguir antes de poder cesar de sus funciones al director del plantel 11, Carlos Armendáriz Hernández.
Cecilia Guerrero, vocera de ese sistema educativo, comentó que el máximo responsable de ese plantel continúa trabajando normalmente.
Una visita a esas instalaciones localizadas al suroriente de la ciudad, entre las calles Domingo García Ramos, Francisco González Boca Negra y Avenida del Comercio, permitió advertir que las actividades se desarrollan sin problema.
Abordado por El Diario, Armendáriz Hernández, dijo en un tono amable que prefería no hacer comentarios y pidió a este medio hablar directamente con la portavoz del Cobach para Chihuahua, instrucciones que, dijo, provenían de ese nivel.
“El caso está en el mismo tenor”, dijo Silvia Nájera, vocera de la FEM. “La FEM sigue precisamente en la investigación correspondiente de acuerdo a lo que manifestaron en la denuncia. Obviamente le está dando seguimiento conforme a derecho”.
La autoridad investigadora inició sus diligencias luego de que la menor, de quien no se ha proporcionado ni su nombre ni su edad, acudió a la sede local de esa institución estatal para oficializar la acusación de un supuesto abuso sexual que Armendáriz Hernández presuntamente cometió en su perjuicio.
La presunta agresión ocurrió según la denunciante el jueves pasado, por lo que el Cobach emitió un posicionamiento en el que la desmiente.
En ese texto, los responsables generales de Bachilleres sostienen que esta denuncia es una consecuencia de un supuesto altercado que tuvo la madre de la estudiante con el director en días pasados.
El enfrentamiento al que hacen referencia al parecer se debió, indicaron en el comunicado de prensa, a que la menor se pintó de rubio el cabello sin considerar que el reglamento del plantel lo prohíbe.
Según el boletín, el conflicto pudo haberse originado por el descontento que sintió la madre al habérsele exigido a su hija que se tiñera el pelo de un color oscuro.
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