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Piden hasta 120 años de cárcel para asesino de abogados

Staff/
El Diario

2016-08-02

Con la declaración de un testigo presencial del crimen de los abogados Salvador Urbina Quiroz y César Cordero Gutiérrez, inició ayer el juicio oral contra el probable autor intelectual del doble asesinato Willian Alfonso Fonseca Reyes alias “El Chicano” y supuesto líder de la pandilla “Artistas Asesinos” o “AA”.
El Ministerio Público (MP) pide contra “El Chicano” una pena mínima de 40 años de cárcel y una máxima de 120 años y como pruebas principales ofrece las videodeclaraciones de los autores materiales de los crímenes quienes ya fueron sentenciados por este hecho, Oscar Adrián Martínez Martínez “El Batres” y Humberto Alejandro Ramírez Talamantes “El Demond”.
Al parecer en una declaración anticipada ellos dijeron que fue Fonseca Reyes quien les dio la orden de matar a Urbina.
En tanto que la defensa de “El Chicano” oferta las declaraciones de familiares del indiciado, quienes afirman que su pariente ya no pertenece a los “AA” desde hace varios años. 
En el escrito de acusación presentado por el MP se establece que el 26 mayo del 2014 aproximadamente a las 16:16 horas Fonseca Reyes “concretó la realización de un delito e identificó el objetivo, por ser el jefe de la pandilla criminal “AA”.
En esa fecha Martínez Martínez y/o Batres Martínez y otro hombre aún no identificado llegaron al despacho jurídico ubicado en la calle Melquiades Alanís número 5810 de la colonia Partido Díaz a bordo de un automóvil que era guiado por Humberto Alejandro Ramírez “El Demond” o “El Demonio” y después de reflexionar sobre el delito que iban a cometer, “El Batres” ingresó al despacho y con un arma calibre 40 milímetros disparó contra los dos abogados, al parecer atacaron a Cordero Gutiérrez para asegurar 'el trabajo'.
El testigo dijo al Tribunal de Enjuiciamiento unitario que ese día él se encontraba en la recepción del despacho esperando a que le hicieran un escrito y vio la llegada de dos hombres y escuchó que uno de ellos preguntó si estaba el licenciado Urbina y la recepcionista respondió que en un momento los iban a atender por lo que él recorrió su portafolio para que los recién llegados se sentaran y siguió leyendo el periódico.
En eso uno de los individuos entró al privado y el otro hombre tomó al testigo del cuello y le dijo que no se moviera.
“Yo agaché la mirada, seguí leyendo el periódico. Entonces el otro acompañante le preguntó a la secretaria ¿dónde está el licenciado Urbina? y ella respondió no sé, no sé. Yo hice la mirada hacia arriba y miré la pistola, uno de ellos le dio una patada a la puerta y yo me quedé sin moverme. Uno volvió a preguntar dónde está el licenciado Urbina y él mismo (la víctima) contesto no sé, no sé y en eso se escucharon los disparos”, afirmó el testigo.

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