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Convivió Mohammad Ali con niños de Juárez en el año 2000

Araly Castañón/
El Diario

2016-06-04

Ciudad Juárez, 8 de mayo de 2000— Con movimientos lentos y gestos de ternura, el boxeador, tres veces campeón mundial de peso completo, Muhammad Ali, saludó, acarició y besó ayer (7 de mayo de 2000) a niños juarenses que felices se formaron para saludarlo y recibir un juguete y comida que les obsequió a través de su fundación Global Village Champions.
La organización altruista de Muhammad Ali entregó ayer ocho toneladas de proteína vegetal —soya— a la paseña Susi Valdés, fundadora de la misión Cristo por México que desde hace 37 años dota de alimentos, ropa y zapatos a tres mil niños de escasos recursos de Ciudad Juárez.
Decenas de personas religiosas que son auxiliadas por la hermana Susi tuvieron la oportunidad de conocer en persona al famoso deportista.
“Venimos a ver a un luchador”, dijo Ana Viridiana Cháirez Valdés —de 12 años— vestida, al igual que otros niños, con playera amarilla de Global Village Champions.
La entrega de los alimentos por parte de la leyenda del box y de su equipo se realizó en el gimnasio municipal “Kiki” Romero, en la colonia Azteca, en un evento donde la desorganización se manifestó desde el principio.
El acto encabezado por Ali estaba programado a las 13:00 horas en la iglesia cristiana Rosa de Sarón ubicada en la colonia Lomas de Morelos, más tarde a las 13:30 horas el presidente municipal Gustavo Elizondo Aguilar y su esposa María Luisa Terrazas le entregarían en el gimnasio municipal un reconocimiento de Huésped Distinguido.
Sin embargo, el campeón mundial, quien padece del mal de Parkinson, no puede exponerse al sol y todo el programa se cambió al “Kiki” Romero, de modo que lo que estaba programado para las 13:00 horas inició a las 13:30 horas. El evento comenzó sin el alcalde, ya que éste fue citado a las 14:00 horas.
El gimnasio estaba a la mitad de su capacidad. La leyenda del box llegó por una puerta de los costados y de inmediato una nube de camarógrafos, fotógrafos y reporteros de Juárez y El Paso lo rodearon, mientras que el invitado avanzaba saludaba y besaba a los pequeños que lograron pasar la barrera de los periodistas.
Con serenidad y gozo, Ali no desaprovechó el tiempo para entretener a los menores, mientras subía al estrado sacó un pedazo de papel color naranja y poco a poco la fue metiendo a uno de sus puños, luego extendió las palmas de las manos y el papel había desaparecido. La poca gente que alcanzaba a ver el truco aplaudió y el campeón sonreía satisfecho.
Cuando llegó al estrado, el boxeador juarense, Kirino García se acercó para saludarlo, mientras los reporteros seguían haciendo su trabajo y los asistentes no podían ver a Muhammad Ali.
En lo que el alcalde y su esposa llegaban, los organizadores hicieron pasar a un payaso al frente que empeoró la situación. Todos los niños se fueron al frente pasando la barrera plástica que dividía las sillas y el estrado, los infantes querían alcanzar alguna de las camisetas color naranja de la fundación Global Village Champions que el payasito entregaba. La atleta del año, Maritsa Paredes tuvo oportunidad de acercarse a Ali y tomarse una foto con él, muchos otros también tuvieron la oportunidad de saludarlo de cerca.
Al fin llegaron el alcalde y su esposa, las fotos con Ali, y los saludos continuaron y los periodistas y equipo del campeón seguían tapando la vista a los asistentes. Hubo un momento en que el secretario particular de Elizondo, Mario Trejo Torres tuvo que retirar a los reporteros del estrado para que el acto pudiera continuar.
La hermana Susi agradeció al deportista el apoyo brindado a su misión.
“Les pido que oren para que puedan traer pan y comida a todos, gracias que ahora tenemos mucha comida”, expresó emotiva.
Muhammad Ali, vestido con una camisa deportiva negra y pantalón caqui, se mantuvo sonriente, aunque casi no puede hablar, intercambió pequeños comentarios con la hermana Susi, el alcalde y su esposa.
“Creemos que es un trabajo maravilloso el que la hermana Susi ha hecho  en 37 años. Nuestra meta en el futuro es que no tengamos problemas para traer la ropa, vamos a distribuir comida  y ropa cada dos meses”, dijo el presidente de la fundación Global Village Champions, Yank Berry.
En su discurso, Elizondo Aguilar habló de la labor humanitaria del boxeador, los rezagos de la ciudad, la población, las maquiladoras y de la ‘cacería de indocumentados’ en Douglas, Arizona.
Invitó Muhammad Ali a “ponerse otra vez los guantes para hacer una defensa al respeto de los derechos humanos y a la dignidad de los inmigrantes que son brutalmente atropellados”. Una escultura del sol del desierto fue entregada como símbolo de Huésped Distinguido al boxeador por parte del alcalde. Elizondo Aguilar simuló una pelea de box con el campeón en lo que éste le siguió la corriente, finalmente el anfitrión levantó el brazo del boxeador.
El final del acto se acercaba y los niños se formaron para recibir un juguete, pan y saludar al invitado. Uno tras otro, en calma Ali estuvo en contacto con los niños. Tomó a una bebé que traía una mamá joven y con sus musculosos brazos alzó a la pequeña a la altura de su cara para besarla en las mejillas varias veces.
Finalmente la estrella se fue y su equipo ya tenía preparada, en bolsas de plástico, la proteína vegetal que empezaron a entregar a las madres de familia que asistieron.
“No sé qué es, ni cómo se prepara”, dijo Berta Ortega Luna quien sostenía una bolsa de soya que acababa de recibir. Muhammad Ali se retiró del lugar en una limusina blanca con placas de la frontera y los niños se quedaron con una sonrisa por los juguetes que recibieron.

(La nota “Convive ex boxeador con niños” fue publicada en El Diario de Juárez en la sección Frontera el lunes 8 de mayo de 2000)  

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