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Convierten frontera en lienzo para ‘visibilizar’ problemas

Fernando Aguilar/
El Diario

2016-04-10

La pinta azul que la artista visual Ana Teresa Fernández hizo en una sección del muro entre Anapra y Sunland Park es una especie de activismo político pacífico, como ella misma la definió, que se suma a otras manifestaciones plasmadas en otros puntos.
Unas de éstas son, por ejemplo, los mensajes pintados con grafiti en el llamado Puente Negro –situado junto al cruce internacional Santa Fe–, que, escuetamente, aluden a las divisiones geopolíticas con un texto que dice: “Sin Fronteras”.
A unos metros de éste, pero localizado en el borde de concreto del Río Bravo, en el lado mexicano, otra que se forma por unas letras blancas contrastadas sobre un fondo azul hace una analogía entre el Muro de Berlín y la valla metálica que divide a México de Estados Unidos.
Estas expresiones, según coinciden integrantes de colectivos artísticos que se dedican al muralismo y expertos en el arte, son una forma válida e incluso más efectiva de hacer pública y masificar un punto de vista, especialmente en el contexto de los temas de la migración.
“El objetivo de esas acciones es darle visibilidad a un problema, mas no arreglarlo”, opina Alejandro Morales, curador y licenciado en Teoría y Crítica del Arte, quien considera que la iniciativa impulsada por Fernández contribuye a difundir en el mundo que aquí hay una cierta inconformidad social.
La artista, originaria de Tampico, Tamaulipas, pintó de manera simbólica un fragmento de la gran estructura metálica para que, si alguien la observa desde lejos, su tono se confundiera con el del cielo y pareciera que esa sección en particular estaba abierta, sin fronteras.
Ello fue parte de un programa que se llama “Borrando la Frontera” y ya había sido realizado con anterioridad en Tijuana y en Nogales, pero no se había replicado simultáneamente como ocurrió el viernes, cuando otras artistas lo hicieron en Agua Prieta y en Mexicali.
“Si Ana Teresa Fernández pinta de azul la frontera, no significa que desaparece, pero sí le da una visibilidad al mundo de que algo está pasando aquí, de que hay problemas. Ese es el trabajo del arte y del artista: hacer visible un problema, de manera crítica también”, expone Morales.
El punto de vista que tiene Benito Mendoza Murillo, integrante del colectivo Calavera –que ha hecho murales con contenidos sociales y de protesta tanto en la ciudad como en otras partes de México–, es equivalente en el sentido de que las pintas, los murales y los grafitis pretenden que las sociedades interioricen un mensaje.
“Eso es una protesta, y una protesta muy bien hecha, porque no están gritando o afectando de alguna forma el entorno”, indica el artista. “Eso lo ve muchísima gente; es público en toda forma y no hay una limitación en cuanto a lo que puedas pintar en la calle. El soporte es el muro”.
faguilar@redaccion.diario.com.mx

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