Abraham Rubio/
El Diario
En el centro comercial todo comenzó a estremecerse. Bajo los pies de Kevin Rossenberg, el choque entre la placa tectónica de Nazca y la Sudamericana habían generado un sismo de 8.4 grados en la escala de Richter: su paseo por La Serena, Chile se convirtió en el lugar donde vivió su primer terremoto.
A él y a sus compañeras de viaje los sorprendió el temblor en un supermercado, el primer aviso fue un apretón en su brazo: “Kevin, qué hacemos”, le dijo asustada una de sus acompañantes. El grupo se resguardó debajo de un marco del establecimiento.
Rossenberg es uno de los 13 estudiantes que partieron a Chile para realizar un intercambio académico por parte de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ).
Todos están bien, según reportes de la institución, pero las experiencias fueron diversas:
Algunos vieron como las cosas caían de los anaqueles, mientras que otros sólo observaron el recuento de los daños en las noticias.
El epicentro fue en Illapel, una ciudad que está ubicada a 194 kilómetros al sur de La Serena. Ahí, refugiado bajo el marco, Kevin pensaba en su madre, en lo que harían al culminar los movimientos telúricos.
Paró de temblar, salieron del supermercado rumbo al hostal donde se estaban hospedando, tomaron los papeles de los seguros y su pasaporte y corrieron al cerro más grande mientras las alarmas de tsunami hacían eco en las calles, tal y como lo estaban haciendo en toda la zona costera de Chile.
Leslie Landeros, también las escuchó en Viña del Mar, se encontraba en el castillo de Wulff, ubicado a las orillas del mar Atlántico.
Sintió como todo empezó a moverse y la luz se desconectaba; creyó por un momento que algo se vendría abajo. Todos fueron evacuados inmediatamente a los puntos más altos de la ciudad.
En los cerros, desde el refugio de donde no salieron hasta el día siguiente, su madre, Verónica Ramírez, se enteró de lo que su hija estaba bien. Los mensajes de voz de Facebook, fueron la manera en que ella se cercioró de que su hija estuviera con bien.
Mariana Madrid, estudiante de la UACJ, estuvo con Leslie Landeros e Ixchel Arias en el castillo de Wulff, ésta fue la primera vez que le sucedía algo parecido. Se asustó cuando los empezaron a evacuar. Pidieron indicaciones a algunos locatarios y subieron a uno de los cerros. Ahí, los Carabineros de Chile (cuerpo de seguridad pública) y otras personas les dijeron que estaban “a salvo en esa zona”.
A Jazmín Lugo, también le hubiera tocado vivir esa experiencia, pero ella, estaba lejos de ahí: estaba en la Isla Grande de Chiloé, al sur de Chile.
Se encontraba paseando por la isla cuando escuchó las alarmas.
Desde Juárez, muchos de los padres de los estudiantes se enteraron por las noticias o por los mensajes que sus hijos mandaron desde el sur del continente.
Marco Lugo, el pap de Jazmín se enteró por medio de las noticias, buscó hasta que se descubrió que el epicentro estaba a más de mil kilómetros de donde se encontraba su hija.
Su hija se comunicó con él y le contó su experiencia, le dijo “comunícate, aunque sea por mensajes para saber que estás bien”.
Los estudiantes que se encuentran en el país andino. son:
Mariel Andrea Rojo Martínez (estudiante de la Licenciatura en Arquitectura), Norma Nieto Urias (Licenciatura en Trabajo social), Luis Quiñones Beltrán (Licenciatura en Derecho), Gisela González Moreno (Licenciatura en Psicología), jazmín Lugo Portillo (Licenciatura en Diseño Industrial), Diego Iván Martínez (Ingeniería en Ciencias Biomédica), Génesis Rodríguez Camargo (Licenciatura en Sociología), Leslie Landeros (Licenciatura en Cirujano Dentista), Manuel Martínez Facio (Maestría en Administración), Eduardo Guadarrama (Licenciatura en arquitectura), Mariana Madrid (Licenciatura en Psicología), Kevin Rossenberg (Licenciatura en Cirujano Dentista), Ixchel Arias (Licenciatura en Cirujano Dentista).
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