Luz del Carmen Sosa/
El Diario
Yanira Gutiérrez Ramírez, asesinada en agosto a los 17 años de edad, contaba con varios reportes por ausencia desde que comenzó su adolescencia, reveló la Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas del Delito por Razones de Género (FEM).
La menor, según los supuestos homicidas detenidos, vendía cristal en la zona Centro, donde también se prostituía de manera ocasional.
Cuando cumplió 14 abandonó su hogar por primera vez en vísperas de la Navidad de 2012. Su madre la reportó como ausente o extraviada el 22 de diciembre, informó la FEM.
En ese entonces los agentes la ubicaron y la regresaron a su casa.
Para el 6 de marzo de 2013 nuevamente fue reportada como ausente y las autoridades investigadoras activaron el Protocolo Alba.
La menor entonces tenía 15 años, medía 1.50 metros de estatura, era de complexión delgada, tez blanca, ojos café claros, chicos y rasgados, nariz chica tipo afilada, boca mediana, labios gruesos y cabello largo a los hombros y lacio.
En esa ocasión también fue entregada a su madre y reintegrada a su hogar.
La tercera vez que se ausentó del hogar materno fue el pasado mes de agosto. Pero en esta ocasión la familia pensó que ella estaba con otra persona y no la reportaron como ausente hasta dos días después de que fue localizado el cuerpo de una mujer maniatada flotando en una acequia.
“El problema de jovencitas que abandonan su hogar de manera voluntaria existe y es grave, porque ellas no se dan cuenta del riesgo en el que están y lo vulnerables que son”, dijo Irma Casas, directora del Centro de Justicia para la Mujer.
Ellas, precisó, en muchos casos no perciben el grado de riesgo al que se exponen al salir de sus hogares, por lo que deben ser reforzadas las acciones preventivas.
“No podemos decir que estamos fallando, pero algo no estamos haciendo bien en cuestión de prevención y eso nos corresponde a todos”, expuso.
Yanira fue asesinada casi de la misma manera que Nancy Limones, otra adolescente que ejercía la prostitución y a quien integrantes de un grupo del crimen organizado ordenaron matar en diciembre del año pasado.
La causa de muerte de ambas mujeres fue la asfixia por estrangulamiento.
En el caso de Yanira su cuerpo permaneció varios días en el agua. Fue rescatado en avanzado estado de descomposición y permaneció como no identificada hasta el 3 de septiembre, cuando concluyó el estudio del perfil genético.
La menor contaba con reporte de ausente del pasado 20 de agosto, informó Manuel Torres, vocero de la FEM.
Como probables responsables fueron detenidos Mario Iván Castañeda Hernández, de 25 años, y Rodrigo Domínguez Sifuentes, de 22 años.
El crimen ocurrió en la casa número 729 de la calle Agustín Melgar, en la colonia Hidalgo, donde un grupo se reunió para ingerir bebidas alcohólicas y droga, dijo el portavoz.
Los hombres discutieron cuando de manera accidental se escuchó una conversación telefónica en la que la menor presuntamente traicionaba a sus amigos, dedicados al narcomenudeo. Las dos bandas eran rivales y ella fue asesinada al enredarle un cable eléctrico al cuello.
Los hombres la arrojaron al canal de riego en las calles Justo Sierra. El cuerpo fue localizado hasta la zona de Zaragoza.
El patrón en los casos de Nayeli Limones y Yanira Gutiérrez es el mismo que en los casos de otras víctimas del Arroyo El Navajo, cinco o seis años después.
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