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Aumenta Policía revisiones aleatorias a peatones

Luz del Carmen Sosa/
El Diario

2015-07-21

Jorge iba deprisa con su mochila al hombro. Caminaba sobre la ciclovía cercana a la Prolongación Ejército Nacional cuando fue interceptado por una unidad de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM).
Sus manos quedaron sobre el cofre de la patrulla y sus piernas abiertas, según le ordenó uno de los oficiales.
Mientras un agente revisaba la documentación que había en la cartera de Jorge, otro elemento miraba dentro de su mochila para conocer el contenido y él respondía al interrogatorio de ambos policías preventivos.
“Voy al jale jefe, voy tarde”, decía el ciudadano para justificar su prisa por llegar a la avenida Francisco Villarreal Torres donde tomaría el camión.
Los agentes terminaron la inspección y le regresaron a Jorge sus pertenencias, luego le dieron las gracias por permitir la revisión seguido de un “buenos días”. El ciudadano colgaba su mochila al hombro y retomaba su camino.
“No, no me molestó la revisión, es su chamba, eso creo, antes ya me han llevado a Babícora (Distrito Sur) por la nada, ahora al menos me dejaron ir al trabajo, ya voy bien tarde”. Jorge seguía con prisa y no tenía tiempo para la entrevista.
El trabajador no fue arrestado porque no cometió ninguna falta administrativa, pero la revisión es preventiva, para asegurarse que “no porte armas de fuego, drogas o bebidas alcohólicas”, explican los oficiales.
Estas intervenciones, de acuerdo con los datos oficiales, han reducido hasta en un 31 por ciento los arrestos durante el primer semestre del año, comparativamente al mismo período de 2014, revelan datos oficiales.
César Omar Muñoz Morales, secretario de Seguridad Pública Municipal, dice que los agentes han recibido una mayor capacitación para no causar molestias a los ciudadanos al momento de practicarles una revisión.
“En la preparación que estamos llevando en la Secretaría más que nada tengan los elementos un argumento para acreditar la falta administrativa, hay faltas administrativas que con concientizar a la gente es más que suficiente que en lugar de traerla hasta acá detenida 24 o 36 horas detenida”, explica.
Ahora, dice, no es motivo de arresto el no traer identificaciones, tampoco hay un fin económico detrás de los arrestos.
“La instrucción del presidente Enrique Serrano es resguardar la ciudad, darle una buena vigilancia y tener un acercamiento con la ciudadanía, no tiene nada que ver el fin económico”, asegura.
Datos obtenidos a través de la página oficial del Gobierno Municipal establecen que de enero a junio del 2015 fueron detenidos 29 mil 245 adultos, es decir un promedio diario de 161 ciudadanos mayores de 18 años.
En ese mismo lapso, correspondiente al 2014, fueron arrestadas 36 mil 984 personas, o su equivalente a aproximadamente 204 infractores por día.
Estos datos pueden ser consultados en el portal oficial www.juarez.gob.mx.

Prevalece desconfianza  

El domingo 5 de julio los agentes Josué Ceresedo Mondragón y Héctor José Holguín Aragón, tripulantes de la patrulla 442 de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM), llegaron a la comunidad rarámuri, asentada al poniente de la ciudad. En el exterior del comedor comunitario de la etnia, ubicado en las calles Creel y San Juanito, observaron a Carlos Efraín Jaris Cruz –conocido en su comunidad como Ramiro–, de 23 años, y lo arrestaron.
Algunos testigos refirieron que la víctima se encontraba dormida en los escalones del centro comunitario y que los agentes le realizaron una revisión corporal, luego jalonearon al hombre y lo empezaron a patear.
Horas después el cadáver de Ramiro fue localizado en una brecha de terracería ubicada a la altura del mirador Hidalgo en la calle Navojoa, sobre el periférico Camino Real en la colonia Fronteriza Baja.
Los dos policías fueron entregados por el propio secretario ante los agentes de la Fiscalía General del Estado y fueron acusados ante un Tribunal de Garantía por el delito de homicidio agravado.
Holguín Aragón fue quien presuntamente le propinó los golpes a Ramiro, quien murió a causa de una laceración de arteria hepática izquierda, es decir, le reventaron el hígado a golpes.
“Le propinamos un par de cachetadas, un golpe con la palma de la mano en el estómago y dos patadas”, dijo el oficial durante la audiencia.
A este crimen le anteceden otros incidentes violentos entre policías y los integrantes de esta etnia, denuncia el activista Ángel Estrada Soto.
“Aún hay sectores con desconfianza, con temor”, considera el documentalista que ha trabajado con la comunidad rarámuri.
“Si hay temor, hay un temor enorme, el asesinato de Ramiro fue un gran retroceso en cualquier esfuerzo de la Policía por obtener la confianza de este grupo”, refiere.
Y aunque el secretario acudió personalmente a esta comunidad, no se logró un mayor acercamiento que permita a los ciudadanos restablecer la confianza en la corporación policiaca.
“Yo creo que la gente responde al diálogo, no a hablar con el policía uniformado, que el acercamiento se de en otras circunstancias, respondería a encuentros planteados, a dinámicas distintas, a nadie le conviene que esté rota la comunicación, sería favorable el acercamiento en otro nivel que no sea estrictamente policiaco, pero son procesos muy lentos para recuperar la confianza al policía”, plantea.
Otro grupo que desconfía de esta corporación policiaca son algunas organizaciones de la sociedad civil que laboran al poniente de la ciudad donde, aseguran, niños y jóvenes en las calles aún son vistos como delincuentes. (Luz del Carmen Sosa / El Diario )
 

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