Josefina Martínez/
El Diario
Luis no quedó en las listas del Cetis 61, la preparatoria más cercana a su hogar en la colonia Luis Olague, y fue así como apoyado por sus padres y con mucho esfuerzo buscó una preparatoria particular de la que finalmente salió por falta de recursos.
Actualmente estudia en la Preparatoria Altavista para lo cual es apoyado por la organización civil, CASA Promoción Juvenil y asegura que estudiar es un derecho que no se le puede negar sólo por no tener recursos o porque no encajó en el sistema educativo.
“Estamos seguros que las escuelas no deben ser expulsoras y en estas zonas vulnerables de la ciudad es donde los jóvenes tienen más problemas para continuar sus estudios, sus opciones son mínimas y generalmente terminan de obreros”, dijo el sociólogo y coordinador del Centro Kolping-CASA, Laurencio Barraza.
Agregó que a través de distintos proyectos apoyan a los jóvenes que solicitan ayuda para continuar estudiando en la preparatoria.
“Lo primero que ocurre es que no quedan en las listas, luego los padres hacen un gran esfuerzo y los inscriben en escuelas particulares, porque a pesar de lo que se piense valoran mucho la educación como un medio para que sus hijos salgan adelante”, expresó.
Sin embargo, finalmente no logran sostener el ritmo y salen nuevamente, se integran al mercado laboral y olvidan su intención de continuar estudiando.
Es por esto que Luis a sus 21 años iniciará el quinto semestre de preparatoria y espera graduarse cuando cumpla 22.
La preparatoria o bachillerato, el mayor filtro en cuanto a deserción escolar de acuerdo a lo que percibimos en los centros de CASA, Promoción Juvenil, dijo el sociólogo.
Señaló que el abandono escolar es resultado de que el sistema no atiende la problemática de los jóvenes que viven en altos niveles de marginación.
“El bachillerato en los últimos 30 años estuvo diseñado para aceptar a muy pocos jóvenes”, expresó.