Local

Crimen de pareja no extraña a vecinos; sabían de pleitos

Luz del Carmen Sosa/
El Diario

2015-06-29

Megan Mendoza Muñoz, de 6 años y su hermana Nora, de apenas uno, se quedaron en la orfandad. Las niñas ahora están bajo la custodia de su abuela materna, quien desde el domingo se las llevó a su casa recién bañadas y cambiadas por una vecina.
Ambas niñas fueron testigos del homicidio-suicidio cometido probablemente por Aarón Mendoza Carvajal, de 22 años, en perjuicio de Wendy Yolanda Muñoz Domínguez, de 24.
Fue Megan quien la tarde del domingo corrió a pedir auxilio a la vecina de la casa de enfrente, pero no estaba y la desesperada niña corrió a la casa contigua.
Ahí pidió auxilio a su amiguita y fue Claudia, la madre de la menor, quien alcanzó a escuchar la aterrada voz infantil pidiendo auxilio.
“Ayuden a mi mami, porque mi papi se quiso matar”,  dijo la niña y Claudia corrió a la casa de enfrente tras tomar apresurada su teléfono celular y marcar al Centro de Emergencia y Respuesta Inmediata 066.
Lo que vio la mujer vio fue una sangrienta escena que aún no puede borrar de su mente. “No he dormido nada, no puedo quitarme del pensamiento la mirada de él”, dice Claudia que muestra un rostro agotado y marcadas ojeras.
Aarón Mendoza, de 22 años, estaba vivo. Según narra la vecina, él estaba sobre el piso de la sala desangrándose. Tenía heridas por arma blanca en diferentes partes del cuerpo.
Apenas entró a la casa, escuchó el llanto de la niña y Claudia se dirigió al cuarto de las niñas.
Wendy Yolanda, de 24, estaba con el torso sobre la cama individual, las piernas le colgaban y la cabeza estaba pegada a la pared. Sobre ella estaba la pequeña Nora con todo el pecho, los brazos y la cara cubierta de sangre.
“Lo que hice fue tomar a la niña y sacarla de ahí, me la pegué al pecho y también me llené de sangre. Vi que Megan venía atrás de mi pero ya no la dejé que entrara a la casa. Antes de salirme con la niña en brazos vi al muchacho, él estaba con vida todavía y me miró”, recuerda Claudia.
“Megan me preguntaba si yo iba a curar a su mamá, si iba a curar a su papá. Yo le decía que ya venía la ambulancia”, narra aún angustiada.
La madre de familia radica frente al 1217 de la calle Provincia Asturias, del fraccionamiento yo Cerrada de Oriente, donde ocurrió un homicidio-suicidio. Otro más consecuencia de la violencia familiar que se padece en la ciudad.
Los residentes de esta calle se muestran consternados, pero no sorprendidos. En muchos de estos hogares los gritos y pleitos son cosa común.
“Gritos, pleitos, vecinos que ya viven solos porque sus mujeres los abandonaron. Lo que pasó no nos sorprende, al menos a mí, porque ya se veía venir. Él era un hombre muy agresivo y ella lo había dejado muchas veces”, dice la entrevistada.
Claudia ha dormido poco y mal. La imagen de Aarón no se le quita del pensamiento.
“Los policías llegaron muy pronto, también lo encontraron con vida. Él les dijo que la mató porque ella lo engañó”, dice la vecina.
Cuando Claudia llegó con Nora en los brazos corrió a bañarla y revisar si la niña no estaba lesionada.
Al ver que estaba ilesa la puso la ropa de su hija menor, casi de la misma edad que Nora. Megan lloraba y la otra hija de Claudia le prestó ropa para que también se cambiara, pues solo vestía el traje de baño.

X