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El Diario
Agentes de las policías Municipal y Estatal participaron en prostituir a las mujeres cuyos restos se localizaron en el arroyo El Navajo, afirmó ayer el denominado ‘testigo estrella’ en el juicio oral instruido contra seis personas acusadas de ese delito, así como de homicidio.
Desde una sala privada y con la voz distorsionada, el testigo narró a las juezas que integran el Tribunal cómo fueron “levantadas” las víctimas en la zona Centro y dio a conocer que a varias de ellas las trasladaron a la ciudad de Chihuahua e incluso a Estados Unidos para ofrecerlas como sexoservidoras.
Al ser interrogado por el agente del Ministerio Público el testigo indicó que los elementos de la Policía preventiva y de la Estatal sabían de la comisión de estos delitos e incluso recibían dinero por trasladar a las mujeres.
“¿Sabe qué paso con ella?”, preguntó el fiscal al referirse a Perla Ivonne Aguirre González, desaparecida el 21 de julio de 2009 cuando salió de su casa para trabajar a un restaurante de comida rápida ubicado en las calles Francisco Villa y Vicente Guerrero.
“Se la llevaron a Chihuahua capital”, respondió.
Luego el acusador le inquirió: “¿a usted le consta que se la hubieran llevado a Chihuahua?”. Y él dijo “sí, porque también lo que hacen es llamarle a la Municipal o la Estatal porque ellos también se encargan de hacer esos traslados; uno tiene que ir a pagarles de hecho, yo era el encargado de pagarles”, declaró el testigo, actualmente de 19 años.
El declarante también indicó que a Perla Ivonne Aguirre González la traía uno de los ahora acusados, César Félix Romero Esparza, vendiendo heroína en la zona Centro y también laboraba para un restaurante ofreciendo comida.
“El César Félix y El Chino –Víctor Chavira García, quien murió en el Cereso antes de que iniciara este juicio oral– se la entregaron a El Pifas –Pedro Payán Gloria, no sujeto a este proceso penal– para prostitución”, dijo.
El testigo indicó que escuchó a sus cómplices que querían llevar a Perla Ivonne, quien contaba con 15 años de edad, a Estados Unidos para continuar ofreciéndola como sexoservidora.
Ayer, el Ministerio Público le fue mostrando una a una las fotos de las 11 víctimas cuyos casos se llevan en este juicio y él fue describiendo cómo fueron secuestradas y sujetas a prostitución.
Primero reconoció a Andrea Guerrero Venzor. Dijo que ella fue privada de la libertad en venganza porque su hermana vendía heroína para “El Pifas” y se quedó con la droga.
Además refirió que a ella la “levantaron” Jesús Pérez Ortega, apodado “El Patachú” y no sujeto a este juicio oral, así como “El Pifas”.
Luego le fue mostrada la foto de Deysi Ramírez Muñoz. Señaló que a ella la secuestraron “El Pifas”, Édgar Jesús Regalado Villa, “El Piwi” y “El Yeyo” –cuya identidad no fue aclarada–, en las calles La Paz y Mina, cerca del mercado Reforma porque andaba diciendo cosas de Los Aztecas.
Con relación a Idalí Juache Laguna, aseguró que ella era novia de “El Patachú” y él por “debajo del agua” le entregó droga a Idalí pero ella la robó, por lo que se dio la orden de “levantarla” y la llevaron a una vecindad ubicada cerca de la avenida 16 de Septiembre y de las oficinas de Estación Delicias.
En ese inmueble, dijo el testigo, presuntamente los “carnales” –como llamó a los miembros de la pandilla Los Aztecas– “clavaban” y dividían la droga, además era el punto para realizar pagos a los delincuentes y de reunión de los líderes de ese grupo y al menos se cometieron cuatro asesinatos.
Yazmín Salazar Ponce también fue reconocida por el testigo. Sobre ella aseguró que trabajaba en unos puestos de ropa propiedad de unas personas de apellido Quiroz, frente al mercado Reforma y fue secuestrada por “El Piwi”, trasladada a la casa de seguridad donde la violaron y después fue enviada a Chihuahua.
Empero, los datos oficiales indican que ella fue privada de su libertad cuando salió a buscar trabajo.
En relación a Jésica Leticia Peña García indicó que trabajaba en los puestos de los Quiroz y que la secuestraron por instrucciones de Víctor Chavira García, dueño del negocio Botas “El Caporal”, con quien dijo trabajó unos dos meses.
Sin embargo otros testigos que han comparecido en este mismo juicio, así como un video presentado como prueba por parte de Ministerio Público, dan cuenta que Jésica únicamente acudió a la tienda de Chavira a solicitar empleo y dejó una solicitud.
De Jéssica Terrazas Ortega el testigo indicó que fue “levantada” en las calles La Paz y Mina por “El Pifas” “El Patachú” y otro de los inculpados en este juicio, José Antonio Contreras Terrazas, “El Koyac”.
Respecto a Lizbeth Avilés García afirmó que fue privada de su libertad por los mismos sujetos y en las mismas calles, y que es posible que la hayan usado para distribuir droga o para prostitución en Estados Unidos.
Mónica Guadalupe Pérez Montes corrió con la misma suerte que las mujeres anteriores; Mónica Liliana Delgado Castillo fue secuestrada por instrucciones de “El Patachú”, a quien esta mujer le “gustaba mucho” y envió a Chihuahua también para que laboraba como sexoservidora, declaró el testigo.
De Beatriz Alejandra Hernández Trejo aseguró que vendía heroína, cocaína, cristal y mariguana para “Los Aztecas” y robó una mercancía valuada en 50 mil pesos, por eso “El Pifas” ordenó que la “levantaran” y en esta acción participaron “El Koyac” y “El Piwi”.
“A esta muchacha se la llevaron a la vecindad, no supe si la mataron o no, ya nomás me enteré que ya no estaba ahí porque unos días después alguien se encargaba de darle el dinero a una hermana de ella para que le hicieran llegar el dinero a los hijos de ella… tenía dos hijos como de cuatro y siete años y personalmente como cuatro veces llevé el dinero a la hermana, como 5 mil pesos”, narró.
Todos estos hechos, afirmó, sucedieron entre 2010 y 2011.
El testigo también contó que él tenía 8 años de edad cuando comenzó a trabajar para el grupo La Línea y luego directamente con la pandilla Los Aztecas. De 2004 a 2008 señaló que estuvo con La Línea y del 20 de febrero hasta abril de 2013 con Los Aztecas.
Él fue detenido el 4 de abril de ese año por delitos contra la salud pues estaba a cargo de la distribución de heroína, cocaína y piedra, además extorsionaba y de acuerdo con su testimonio decidió hablar después de su arresto porque ya estaba cansado de esa vida que llevaba y estaba por nacer su primer hijo.
El testigo –quien durante una parte de su declaración lloró, dijo de coraje– explicó que fue procesado por delitos contra la salud y obtuvo su libertad este año.
En la diligencia de ayer, que se prolongó por más de seis horas, el testigo reconoció a los seis procesados en este juicio oral. (Staff/El Diario)
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