Blanca Elizabeth Carmona/
El Diario
Una mujer que fue obligada a prostituirse durante nueve años y a vender droga en un periodo de otros dos ciclos, ayer reconoció a cuatro de los seis hombres que están acusados de los delitos de trata y homicidio en perjuicio de 11 jóvenes cuyos restos óseos se localizaron en el denominado Arroyo El Navajo.
La testigo de identidad protegida y públicamente nombrada con las iniciales LEHA, también aseguró haber visto a cinco de las 11 mujeres que son víctimas en este Juicio Oral identificado con el número 267/14; dijo haberlas observado drogadas, sometidas a vigilancia y ofrecidas como sexoservidoras entre diciembre del 2010 y principios del 2011.
“A ninguna encontré en buen estado. Nos drogaban, aunque nosotros no consumiéramos droga, nos hacían consumir para que pudiéramos estar ahí con ellos o ellos mismos nos daban para que hiciéramos eso (relaciones sexuales) con los mismos carnales (integrantes de la pandilla Los Aztecas)”, expresó con tristeza y voz pausada casi arrastrando las palabras.
También narró que eran sometidas a malos tratos y si no obedecían las castigaban, estas sanciones consistían en dejarlas sin comer, encerrarlas, pegarles con un cable o apretarles el cuello.
LEHA identificó a Jesús Hernández Martínez, alías “El Gordo Maloso” como uno de los hombres que vio en el Hotel Verde, el establecimiento de la calle donde al parecer retenían a las mujeres para ofrecer sus servicios sexuales; así como sicario y encargado de puntos de venta de droga, pues aseguró él llevaba “piedra”, cocaína y chiva (heroína) y recogía el dinero.
Acerca de José Antonio Contreras Terrazas “El Koyac” o “El Flaco” dijo “lo conocí ahí con los carnales en el callejón Carreño, él vendía droga y también era sicario”.
Respecto a José Gerardo Puentes Alva “El Gera”, quien al momento de ser reconocido no podía dejar de sonreír, refirió que inicialmente era guardia de seguridad en salones de baile pero después vendría droga en la calle Mariscal y también vigilaba a las víctimas en el Hotel Verde y respecto a César Félix Romero Esparza, “El Félix” indicó que el “andaba” en el Hotel Verde con las mujeres a quienes golpeaba.
La testigo también fue interrogada por el fiscal Rodrigo Caballero Rodríguez en relación a Camilo del Real Buendía quien está acusado de los mismos hechos que los otros hombres pero obtuvo un amparo y no es parte de este Juicio Oral. Sobre él aseguró haberlo visto en el Hotel Verde, que cobraba cuotas y “mataba gente”.
Durante su declaración desde una sala privada donde únicamente estaban con ella las tres juezas que integran el Tribunal y una psicóloga, LEHA identificó a varias personas que presuntamente integraban esta organización delictiva, entre estos a Adrián Roldán de la Cruz, apodado “Z-Uno” o “Miguelito” de quien dijo se acercaba a los puntos de venta de droga.
Incluso se refirió a José Enrique Jiménez Zavala apodado “El Wicked”, presunto asesino de la activista Marisela Escobedo Ortiz y quien fue asesinado el 30 de diciembre del 2014 en el Cereso estatal número 1 de Aquiles Serdán, como la persona que “agarraba a las muchachas las violaba o maltrataba y andaba de sicario.
Al mostrarle una serie fotográfica LEHA afirmó que en el Hotel Verde vio a Andrea Guerrero Venzor, Idaly Juache Laguna, Jessica Terrazas Ortega, Jesica Leticia Peña García y a Mónica Liliana Delgado Castillo en los últimos días de diciembre del 2010 y principios del 2011.
“A veces ahí (en el Hotel Verde) subían muchachas y abusaban de ellas o mataban gente… lo hacían los carnales, que es una banda de sicarios, cobracuotas y vendían droga”, dijo de que se decretó un receso para que tomara aire y fuera asistida por paramédicos debido a que se sentía mal.
LEHA estuvo sujeta a la prostitución de 2000 a 2009 y de diciembre de 2010 a diciembre del 2011 la obligaron a vender droga. Ella se liberó de “los carnales” hasta que fue detenida por elementos del Ejército Mexicano, en posesión de droga y un arma de fuego.
Además de ella, ayer compareció otra joven que fue víctima de trata: MSGG, quien refirió que fue captada cuando tenía 15 años de edad e identificó únicamente a Camilo del Real Buendía y a Adrián Roldán de la Cruz.