Martín Coronado
El Diario
El puente de Teófilo Borunda y Óscar Flores Sánchez, cuya estructura ya está terminada, es demasiado angosto para que se circule en dos carriles, lo que implica que si se descompone uno en el trayecto de poco más de 300 metros se congestionará el tráfico.
Además, aún no se entrega el puente –que es parte del Plan de Movilidad Urbana– y ya presenta paredes agrietadas y defectos en el concreto.
El puente, que lleva más de dos años en construcción, no tiene hoyos de drenaje, por lo que el agua de lluvia escurrirá sobre el concreto hasta abajo.
El fin de semana trabajadores afinaban detalles de pintura, y colocaban barandales, mientras que en el crucero de abajo la circulación ya estaba totalmente abierta.
En la infraestructura inferior, un poste de concreto con cables de electricidad queda justo en el acceso que conectará la Teófilo Borunda con el cuerpo sur-norte de la Óscar Flores.
En ese punto también se encuentra una caja de concreto de la Comisión Federal de Electricidad que se encuentra a desnivel.
Además, el pilar que se encuentra en el camellón de la Óscar Flores está asentado entre 4 muros de concreto, donde existe el riesgo de que alguien que camine por ese lugar se caiga.
Ayer empleados todavía trabajaban en la pintura del muro sur del puente, mientras que otros se encontraban haciendo trabajos de soldadura en la valla de protección en lo más alto del puente.
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