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Se organizan ciudadanos en redes sociales para evitar uso de taxis caros

Mart Orquiz
El Diario

2015-04-21

La necesidad de ciudadanos para transportarse durante la noche o madrugada debido a que trabajan en ese turno, los orilló a buscar alternativas en redes sociales o entre sus amistades y compañeros de trabajo ante la imposibilidad de utilizar un taxi por su alto costo.
Por ejemplo, Emma es una cantante que labora los fines de semana en un centro nocturno, por lo que tiene que movilizarse en ese horario.
Sin embargo, la mala experiencia que le dejó pasar en tres ocasiones por los retenes instalados por la Dirección General de Tránsito Municipal (DGTM), al considerar que las revisiones fueron humillantes por ser sometida a la medición del alcoholímetro, la llevó a buscar alternativas para moverse a su centro laboral.
“Tránsitos y policías están esperando a que salgas (de los centros de diversión), me pararon tres veces, una con alcoholímetro y todo, pero sólo había tomado una bebida”, recordó.
Ante el hostigamiento que la cantante Emma sintió por parte de las autoridades al pasar en tres ocasiones por los retenes de Tránsito optó por no manejar en la noche ante el temor de que alguna vez la acusaran de presentar un grado de alcohol no permitido para conducir.
“Ya sabes, hacen lo que sea por un billete”, comentó. Entonces contrató a un taxi “dizque de confianza” (Taxi Amigo), pero le quería cobrar “las perlas de la luna”; luego encontró otro que le cobraba menos, pero al chofer se le olvidaba ir por ella a las 01:45 horas.
Ante esa circunstancia, recurrió al grupo de Facebook “Los Consejitos de la Abuela”, donde encontró a una mujer que se comprometió a llevarla al trabajo y después a su casa.
“Yo te ayudo y tú me ayudas, me dijo. Así me moví el fin de semana”, contó. “Mientras no me falle, seguiré con ella”.
Las experiencias contadas por usuarios de taxis contrastan con la postura del director de Transporte Público estatal en Ciudad Juárez, Jesús Manuel García Reyes, quien afirmó que a través del programa “Taxi Amigo” se busca darle confianza al cliente tanto en los corredores comerciales como en el resto de la ciudad.
“Si alguien solicita el servicio va a estar seguro que se va a transportar con el precio establecido y que el chofer es una persona que está certificada, además el vehículo está perfectamente identificado con el logo”, explicó.
El funcionario describió que 500 operadores de autos de alquiler, de los mil 100 que trabajan en la ciudad, han recibido cursos de capacitación y una certificación por parte de personal de la Fiscalía General del Estado (FGE) a través del programa “Plataforma México” para asegurar que los choferes no tienen antecedentes penales.
García Reyes indicó que los operadores certificados cuentan con cursos de primeros auxilios, historia de Ciudad Juárez, ubicación de centros turísticos y relaciones humanas para el trato que tiene con el cliente.
Para Emma, de 56 años, quien pidió se omitiera su apellido, “contratar el servicio de un taxi no resultó amigable”.
El traslado de su casa al lugar donde trabaja o viceversa, dijo, tiene una duración promedio de 20 minutos.
“Uno (de los taxistas) me quería cobrar (por cada viaje) más de 200 (pesos) y el otro 150… pero un taxista me cobró 100 de la Central Camionera a casa y es más lejos”, recordó. “Entonces pues sí se me hace caro los de la noche”.
Antonio Ceballos también se vio en la necesidad de utilizar un auto de alquiler para regresar a su hogar debido a que trabaja de madrugada, pero tuvo que dejar de hacerlo al resultarle incosteable.
El hombre, casado y con dos hijos, labora en una taquería del Pronaf, que permanece abierta hasta las 2 ó 3 de la mañana y a esa hora ya no hay camiones para trasladarse a su vivienda, ubicada en la colonia Chaveña.
“Mi casa está cerca, pero  salía bien cansado y no había camiones, agarré un taxi y me cobró 100 pesos, se me hizo caro porque no duramos ni 10 minutos en llegar”, comentó.
Conforme pasaron los días, tuvo que buscar otra forma de trasladarse porque si el chofer que lo llevó la primera vez no estaba, otros le querían cobrar entre 150 y 200 pesos.
“Ya no me salía, hay noches que eso es lo que saco de propina, así que a veces me aviento ‘a riel’ (caminando) o si un compa trae carro pues le doy 20 ó 30 pesos para la gas”, dijo. (M. Orquiz/El Diario)

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