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El Diario
Elementos de la Fiscalía General del Estado (FGE) en la Zona Norte realizaron ayer diversas excavaciones en el rancho propiedad de Rogelio Ochoa Ávila, quien fue asesinado e inhumado en una fosa clandestina localizada en brecha del ejido Juárez y Reforma.
Familiares de la víctima informaron ayer a El Diario que el personal de la Fiscalía no mostró ningún documento judicial que amparara la intrusión a la propiedad privada en el ejido El Barreal, en Guadalupe. El rancho, informaron, era una propiedad que le querían quitar a Ochoa Ávila y él, como muchos otros residentes del Valle, se negaron a ser despojados por los integrantes del cártel de Sinaloa.
“Sabemos que por declaraciones de ‘El Papacho’ y ‘El Negro’ andan buscando cuerpos ahí. Nosotros no creemos que encuentren algo ahí, porque mi papá no lo permitiría, por eso lo mataron, porque él no estaba con estas personas”, dijo uno de los familiares de la persona que fue privada de su libertad en enero y semanas después localizada muerta.
“Por eso lo levantaron y lo mataron, le exigían sus trocas y su rancho y él les dijo que no les iba a dar nada”, afirmaron.
Hasta el cierre de esta edición, la FGE no ha emitido información oficial en torno a la búsqueda de osamentas en la propiedad de Ochoa Ávila.
El estadunidense Rogelio Ochoa Ávila fue “levantado” por Mauricio Luna Aguilar, “El Papacho”, detenido en abril y condenado en marzo a cadena perpetua por el delito de homicidio.
Junto a “El Papacho” fueron detenidos Isidro Soto Aguilar alias “El Pantera”; Juan Cuéllar Cereceres, “El Quintana” o “El Güero” y Juan Carlos Luria Gómez, alias El Parral.
Rogelio Ochoa Ávila conducía un auto Honda Fit, modelo 2013, de color azul verde, con matrículas de circulación DSM 7987 de Texas. Esta unidad forma parte de los autos asegurados por los agentes de la Policía Estatal Única y recuperado durante el operativo realizado por los agentes estatales.
La familia de la víctima huyó a Estados Unidos donde aún permanecen luego del secuestro y asesinato del jefe de la familia, según informaron a El Diario.
En las excavaciones participaron peritos de la Fiscalía y la zona era resguardada por militares y elementos de la Policía Federal y la Policía Única Estatal.
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