Luz del Carmen Sosa
El Diario
La respuesta de la comunidad sorprendió a Fabiola Ponce y su familia casi tanto como el fuego que destruyó casi todas sus pertenencias.
La madre de familia salvó a sus hijos de morir quedamos en el siniestro iniciado en la recámara de la casa que arrendan en calle Nenufar de la colonia Infonavit Juárez Nuevo.
“Cuando apagamos el fuego, yo hice cálculos en mi mente de cuántos días tendría que trabajar horas extras sólo para pagar los daños de la casa, pero nunca me imaginé que las personas, sin conocerme, me ayudarían”, dice asombrada la madre de familia ante la solidaridad demostrada por lectores de El Diario que conocieron su historia.
“Hemos recibido apoyo de personas que no me conocen, pero también en mi trabajo me han ayudado, compañeros de la maquila donde trabajamos mi esposo y yo, de mi familia que vive en otras partes en Estados Unidos y se enteraron de los que nos había pasado”, narra.
“Mi familia, yo, todos nos dimos cuenta que no estamos solos en esto y eso es algo que nunca me imaginé que pasaría, yo hacía mis cuentas de cuántas horas extra tenía que hacer porque tenemos que responder por los daños de la casa”, agrega.
La mujer que salvó a sus hijos de morir en el siniestro registrado en su recámara, donde prendió una veladora porque la Comisión Federal de Electricidad les cortó el servicio por falta de pago.
“Bueno, hasta los de la Comisión ya vinieron. El miércoles me reinstalaron la luz, nosotros nos fuimos a dormir a casa de mi mamá en la colonia Tierra Nueva y cuando llegamos a limpiar la casa, vimos que bendito Dios ya teníamos la luz”, dice emocionada, aunque en realidad habían pagado los 80 pesos por la reconexión desde el viernes y el incendio ocurrió la noche del lunes.
Los ciudadanos, dice la madre de familia, le han dado desde dinero, trastos, material de construcción, hasta palabras de aliento para que no abandone sus estudios.
Fabiola y su esposo Miguel Soler, así como sus cuatro hijos, han sido auxiliados desde el momento que ocurrió el incendio, pues fueron sus vecinos quienes sofocaron las llamas.
El fuego inició poco despues de las 10 de noche, cuando una de las gemelas de cuatro años, le dijo a su madre que tenía miedo y le suplicó que prendiera el foco, pero sin el servicio de la energía eléctrica la madre optó por tomar la vela de un pastel de cumpleaños de una celebración anterior y la colocó en un vaso de cristal sobre el ropero.