Martín Orquiz
El Diario
A pesar de que desde hace 14 años la Ley de Transporte y sus Vías de Comunicación en el estado obligan a los automóviles de alquiler a utilizar taxímetros, hasta ahora el mandato ha sido incumplido y no existen planes inmediatos para implementar la medida que controlaría los cobros que, dijeron usuarios del servicio, “son exorbitantes”.
La autoridad en esa materia explicó que por lo pronto, se está educando a los taxistas para que brinden un buen servicio a precio justo, lo que impactaría en sus mismas ganancias ya que tendrían más clientes.
Aunque el Gobierno del Estado tiene establecido un sistema de tarifas a través de la división de la ciudad en 11 zonas, cuyo cobro más barato es de 35 pesos y el más caro de 150 partiendo de la Central de Autobuses, los choferes cobran hasta el doble.
Para atravesar toda la ciudad, el cobro máximo debe ser de 300 pesos, pero reportes de usuarios establecen que han pagado esa cantidad, o incluso una mayor, por un recorrido más corto.
“Aquí te cobran lo que quieren, no respetan las tarifas oficiales si es que las hay, como te ven te cobran, a mí me quisieron cobrar 380 pesos de mi casa al aeropuerto, les dije que estaban locos”, comentó Julián Orozco, quien habita cerca del área del Pronaf.
Consideró necesario que las autoridades controlen a los prestadores del transporte público, incluso a través de la colocación de taxímetros, tal como sucede en otras ciudades de la República Mexicana.
Aunque existe el reclamo público de los ciudadanos debido a lo oneroso que resulta la tarifa real, para las autoridades y transportistas la instalación de aparatos que midan el cobro de taxis es un evento complicado en Ciudad Juárez.
El artículo 56 de la Ley de Transporte y sus Vías de Comunicación, que establece lo referente a las tarifas por los servicios de traslado de personas y que fue modificado desde octubre del 2000, dispone que los automóviles de alquiler “deberán usar taxímetro para el cobro de las tarifas autorizadas”.
Sin embargo, determina también que la instalación de aparatos se hará “en aquellas poblaciones en que así lo determine la Secretaría (de Transporte Público) de acuerdo con los estudios técnicos que realice y que resulte conveniente para la mejor prestación del servicio”.
En todo caso, continúa, será oída la opinión del Consejo Consultivo de Transporte.
Para Renata Villa no todos los taxistas son “careros”, pero la mayoría sí cobra de más a los clientes, sobre todo si están en las zonas turísticas o de antros.
Agregó que su familia ha tenido mala experiencia, por ejemplo sus abuelos cuando vienen a Juárez.
“A ellos les han cobrado hasta 150 pesos (a la colonia Santa Rosa) y eso que se vienen en los camiones (de turismo o “piratas”) que los dejan en el Monumento (a Benito Juárez, en Vicente Guerrero y Constitución), y aunque se quejan, les vale a los taxistas”, mencionó.
En Torreón los taxis cobran entre 20 ó 30 pesos un viaje que aquí sale en no menos de 80 pesos.
“Usan carros chiquitos; eso sí, siempre los ves como sardinas, pero hay de a montón, la gente usa mucho más ‘los carros de sitio’ que el camión”, expresó.
Para Luciano Silveira, quien maneja un taxi, el sistema del taxímetro no funcionaría aquí debido a las características del servicio.
“Traemos carros grandes, con taxímetro cobran 15 pesos al subir y siete pesos por kilómetro recorrido, pero se gastan 20 pesos de gasolina en una corrida de esas”, explicó.
Jesús Manuel García Reyes, director de Transporte Público del Estado, indicó que aunque el taxímetro está establecido en la ley, no se ha concretado usarlos aquí. “Estamos en pláticas con los representantes de los gremios para el uso del taxímetro, seguimos trabajando en eso”, afirmó.
Mientras, a través del programa “Taxi Amigo” se está regulando tanto a la unidad como al chofer y la tarifa, hecho que consideró como un paso importante para avanzar hacia la instalación de taxímetros.
Renata Villa, quien ha utilizado el servicio “en emergencias”, mencionó que en Ciudad Juárez conseguir un taxi cuando se le necesita es de lo más difícil, cuando las personas se topan con uno les cuesta “un ojo de la cara” usarlo.
Contó que hace cuatro años enfrentó una contingencia cuando su vehículo se averió y ya no pudo continuar el camino hacia su casa, era de madrugada y estaba en el cruce de las avenidas Tecnológico y De la Raza.
Pasaron varios minutos hasta que pudo conseguir un taxi, la única forma que tenía disponible en ese momento para llegar a su domicilio.
“Me cobró 400 pesos para dejarme sana y salva en mi casa, y eso que fue hace años, no me imagino cuánto me cobrarían ahora si me pasara lo mismo”, expresó. “No hay control para los taxistas”.