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Padece la ciudad anarquía en el uso de banquetas

El Diario

2015-03-02

Bajar a la calle, correr entre los autos para rodear el puesto de tortas y la basura que éste genera, luego subir a la banqueta para seguir caminando. Esa ha sido la rutina en los últimos 12 años de escolares del Jardín de Niños Pípila, ubicado en el bulevar Bernardo Norzagaray y calle Cloro, en la colonia Bellavista.
Los padres de familia recuerdan que Teodoro Urbina llegó a este cruce hace 12 años con el argumento de que el Gobierno municipal le extendió un permiso que lo autoriza a vender tortas y refrescos.
Y sin importar que con el puesto metálico donde prepara los alimentos corta totalmente el paso a los peatones, particularmente a los niños que asisten a clases en el kínder, el comerciante ha mantenido su actividad todo este tiempo.
“Yo tengo mi permiso en orden, aquí han venido seguido los de Comercio y la renovación del permiso para el 2015 ya está en trámite”, afirma Urbina, quien da empleo a dos personas más.
El puesto de tortas, que obliga a los transeúntes de 3 a 5 años a bajar a la calle y correr entre los autos, es sólo uno de los miles de negocios que han invadido los espacios públicos.
El problema es serio, advierte el director de Tránsito, Óscar Luis Acosta García, quien plantea que la recuperación de espacios públicos, requiere de  atención inmediata pues son miles los que se han apropiado de las aceras para vender toda clase de productos, con y sin anuencia de la Dirección de Comercio. (Luz del Carmen Sosa)
El nuevo Reglamento de Tránsito, advierte el director de la corporación, Óscar Luis Acosta García es claro y será acatado. El artículo 82 Bis cita que “las banquetas de las vías públicas están destinadas (exclusivamente) al tránsito de los peatones”.
Y para su observancia y cumplimiento “las autoridades correspondientes tomarán las medidas que procedan para garantizar la integridad física y el tránsito seguro de los peatones. Asimismo, realizarán las acciones necesarias para garantizar que las banquetas se encuentren libres de obstáculos que impidan el tránsito de los mismos”.
Sólo falta que este reglamento sea aprobado por el Congreso del Estado y sea publicado en el Periódico Oficial del Estado para que entre en vigor al día siguiente.
“Recuperar los espacios públicos para garantizar el tránsito de los peatones es un problema muy complejo en Ciudad Juárez, porque existe una gran necesidad económica. Por ejemplo, en Juárez seis de cada 10 vendedores de ropa usada afuera de sus casas, en las banquetas, son adultos mayores. A ellos tenemos que ofrecerles opciones pues tienen derecho al trabajo y acceder a una vida digna”, explica Ramón Mario López López, director de Comercio Municipal.

Recuperar el espacio
Estudiantes y madres de familia del jardín de niños Pípila exponen que es necesario recuperar la banqueta pues de lunes a viernes tienen que bajar a la calle y rodear el puesto de tortas instalado en calles Cloro y Bernardo Norzagaray.
“Nos estorba, nos roba el poco espacio que tenemos para caminar cuando vamos a tomar el camión, los niños y las madres se ponen en riesgo”, afirma Sandra Mata, coordinadora de la Contraloría Social de la Sociedad de Padres del jardín de niños.
Autoridades de la Dirección General de Tránsito, específicamente de la Escuela de Educación Vial, anunciaron que acudirán al plantel para conocer la problemática que enfrenta la institución educativa, que carece de señalamientos gráficos para que los autos reduzcan la velocidad en zona escolar.
“Vamos a pedir que retiren este puesto”, asegura Mata.
Otra madre de familia que pidió la omisión de su nombre, expone que creen poco probable que retiren el puesto, pues han interpuesto un sinnúmero de quejas y han sido ignoradas por las autoridades de Comercio, Tránsito y Seguridad Pública.
“No pedimos que lo quiten, sólo que lo reubiquen, porque la banqueta es para caminar, no para que un comerciante llegue y se robe la banqueta. Todos tenemos que bajar a la calle sólo porque el señor ahí se instaló y nadie le dijo que no”, plantea la madre.
El “robo” de las banquetas por parte de comerciantes es un problema añejo sin atender y como ejemplo se menciona el Mercado de los “Herrajeros” en la colonia Chaveña o la venta de autos usados en el perimetral Carlos Amaya.
En la informalidad
En los últimos años el crecimiento del comercio informal se disparó como una de las consecuencias de la violencia que azotó a esta frontera, al cerrar un sinnúmero de empresas y comercios establecidos, plantea el director de Comercio Municipal.
Un porcentaje de la población que empezó a ser económicamente activo fue el de los adultos mayores, que empezaron a buscar su propio sustento al quedarse a cargo de sus nietos tras ser asesinados sus hijos o hijas.
“Muchas personas empezaron a vender ropa usada afuera de casas y luego empezaron a tomar las banquetas. Esto es visible en casi todas las colonias y se observa en toda la ciudad. Más del 60 por ciento de estos comerciantes informales son personas de la tercera edad, así tenemos que de cada 10 personas vendiendo ropa en su banqueta seis son personas de la tercera edad a las que no podemos afectar”, explica López López.
La Dirección de Comercio municipal tiene como encomienda desarrollar proyectos encaminados a la evaluación, seguimiento y reglamentación de la actividad comercial y empresarial.
“Pero además, la Administración municipal necesita establecer nuevos esquemas de trabajo que modernicen sus sistemas y que establezcan la base necesaria para tomar decisiones informadas, que incrementen el bienestar de la ciudadanía y que sean la herramienta que ayude en la búsqueda de recursos necesarios para proyectos de seguridad social, de seguridad pública y de infraestructura”.
En ese sentido, regular a los comerciantes formales e informales es una labor titánica, dice Ramón Mario López López.
El funcionario ejemplifica con los mercados populares la problemática que enfrenta la ciudad.
“Tenemos más de 118 mercados en toda la ciudad que tienen la estructura de asociación civil, ellos hicieron los trámites en administraciones pasadas que pedían para su instalación la anuencia vecinal y la anuencia de Tránsito. Pero empezaron a crecer y siguen haciendo valer esos permisos que ya no cumplen con los requisitos”, plantea.
“Se pretendió formalizar al comerciante informal y se generó otro problema al invadir calles completas, como ahora ocurre en la calle Toronja Roja”, expone.
En esta vialidad, que por muchos años fue utilizada para exhibir autos usados en venta, se registraron decenas de asesinatos de vendedores de vehículos, de acuerdo con archivos periodísticos.
Luego, empezaron a retirarse los autos y comenzaron a instalarse comerciantes de artículos de segunda mano y ropa usada.
Con las obras del Programa de Movilidad Urbana se fue reduciendo el espacio y ahora los vendedores están acaparando banquetas y espacios públicos, lo que ya generó denuncias de vecinos molestos por la presencia permanente de los vendedores ambulantes en las banquetas, por lo que se analiza el retiro definitivo de estos comerciantes y su posible reubicación.
Actualmente el Gobierno municipal ya cuenta con un censo de los comerciantes instalados en mercados populares y los líderes de estos mercados, quienes han sido prácticamente los responsables del crecimiento descontrolado, gracias al manejo político que han sabido hacer por décadas.
Sin embargo, no sólo son estos comerciantes quienes han invadido las banquetas, existen miles más que se expandieron y muestran sus productos o tomaron las banquetas como estacionamiento, dejando en una situación de muy alto riesgo al peatón.
Es precisamente en este punto donde las autoridades deberán enfrentar el problema y ofrecer soluciones conjuntas, pues es directamente Tránsito la dependencia que tendrá la obligación de cumplir con el reglamento y recuperar esos espacios públicos.
“Nosotros no expendemos permisos para que los comerciantes se instalen sobre las banquetas. A nivel nacional ya existen nuevos reglamentos que invierten la pirámide de prioridades en cuanto al uso del espacio público y el peatón es prioritario”, dice el director de Tránsito.
Toda la estructura gris deberá de dar prioridad al peatón, luego al ciclista, después al transporte público masivo y finalmente al conductor particular, agrega.
“Es importante preponderar los derechos de todos los ciudadanos, el peatón tiene el derecho a usar la banqueta pero también el comerciante tiene el derecho de crear un negocio lícito, el gobierno es quien debe proveer medios y facilidades para que ambos derechos se ejerzan, por eso es complicado”, expone Acosta García.

La denuncia pública

Tanto el director de Tránsito como el de Comercio Municipal exponen que una de las opciones que tiene el ciudadano es la denuncia, por ello conminan a los transeúntes a que denuncien la problemática que enfrentan al desplazarse por las banquetas, ya sea por la presencia de anuncios publicitarios, comerciantes, contenedores de basura, enrejados, autos estacionados, árboles, y otros.
El Gobierno municipal debe atender los llamados a través de sus diferentes áreas, como Servicios Públicos, Tránsito, Comercio, Seguridad Pública y otros.
“Nosotros no tenemos capacidad de personal de andar por toda la ciudad, pero los ciudadanos nos pueden llamar para presentar su queja y la vamos a atender”, ofrece el director de Comercio.
Lectores de El Diario y padres de familia del jardín de niños ubicado en el bulevar Bernardo Norzagaray y calle Cloro fueron quienes denunciaron el puesto de tortas propiedad de Teodoro Urbina, inconformes por el riesgo que corren  de lunes a viernes.
–Las personas tienen que bajar la banqueta para caminar, su puesto invade la banqueta –se le plantea al comerciante después de que accede a la entrevista.
–Las autoridades saben y me dieron el permiso –argumenta el comerciante.
–¿Físicamente vienen los inspectores, ven su puesto y le dan el permiso?– se le pregunta.
–Sí… dice el comerciante con 12 años de antigüedad en esta banqueta. (Luz del Carmen Sosa/El Diario)

lsosa@redaccion.diario.com.mx

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