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Sepultan familiares a madre e hija juntas

Martín Orquiz
El Diario

2015-03-02

“No, no es cierto”, gritó Jesús Abraham Vela Moreno cuando el personal de la funeraria sacó los ataúdes de su madre, María Elena Díaz Cano y de su abuela Concepción Díaz Cano, de su casa, ubicada en el cruce de las calles Juan Escutia y Luciano Barrera de la colonia barrio Azul.
Otros dos hombres tuvieron que sostenerlo en brazos para que no cayera, lo recargaron en la pared y ahí dio rienda suelta a su dolor.
El dramatismo de su lamento causó que las lágrimas rodaran por las mejillas de algunas de las personas que acompañaban a la familia en ese momento de profunda consternación.
Bajo una casi imperceptible lluvia, los ataúdes blancos de madre e hija fueron enterrados ayer, mientras que sus familiares clamaron que el presunto homicida de María Elena sea castigado con la pena máxima, aunque expresaron temor de que pudiera quedar libre.
Juan Manuel Moreno Díaz, hijo y hermano de las víctimas, comentó que algunas personas le hicieron saber que en algún medio de comunicación se redactó que el presunto responsable del asesinato de María Elena, Juan Leal Levario, de 38 años, podría quedar libre.
Esa posibilidad lo dejó intranquilo porque, afirmó, el hombre le ocasionó un doble perjuicio a la familia.
“Que lo refundan, que pague las consecuencias del daño, del doble daño que nos hizo”, declaró mientras veía cómo sus conocidos y parientes bajaban de las carrozas las cajas en color blanco que contenían los restos de sus seres queridos.
Antes de llevarla a enterrar al panteón de Zaragoza, se realizó una misa de cuerpo presente en la parroquia Nuestra Señora del Pilar, ubicada en el cruce de las calles Cristobal Colón y Francisco Villa, en esa misma zona de la ciudad.
“Es terrible, es mucho el dolor que nos causaron”, comentó Juan Manuel poco antes de entrar al templo.
Aunque su madre ya presentaba una salud deteriorada, debido a enfermedades crónicas como la diabetes, al recibir la noticia simplemente cayó y ya no respondió.
Contó que su hermana tenía siete hijos, mientras que Concepción era madre de seis.
La desgracia causó una enorme impresión entre los vecinos de la colonia Barrio Azul, algunos acudieron al velatorio de ambas mujeres, realizado en una vivienda particular, y otros permanecieron en el exterior de sus casas, mirando hacia la esquina desde donde el cúmulo de dolientes partió para sepultarlas.
“Ay Diosito”, exclamó una de las vecinas de las víctimas, quien se mostró abatida por el momento que estaban atravesando ayer quienes las apreciaron.
Una mujer de mediana edad que se encontraba en el exterior de la casa que sirvió de capilla ardiente comentó que la desgracia que estaban enfrentando era muy grande, al grado de que la madre de la mujer asesinada no resistió el profundo dolor de perderla de una forma tan violenta.
“Esto no se le desea a nadie, pero uno nunca sabe por dónde le va a llegar la muerte, pero es más doloroso cuando te llega así, de esta forma”, comentó.
María Elena fue encontrada sin vida el jueves por la mañana con evidencias de que había sido asesinada, mientras que Concepción perdió la vida mientras recibía atención médica ya que, debido a la fuerte impresión que le causó la fatídica noticia, tuvo que ser internada.
Leal Levario fue acusado de ocasionar a María Elena múltiples heridas punzocortantes en el cuello, rostro y otras partes del cuerpo en la audiencia de control de detención.

morquiz@redaccion.diario.com.mx

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