Roberto Carrillo Arteaga
El Diario de El Paso
El Paso— En una medida de última hora, el Senado estadounidense aprobó ayer fondos suficientes para que el Departamento de Seguridad Interna (DHS) opere por una semana, después de que las negociaciones para autorizar el presupuesto de 40 mil millones de dólares se mantuvieron estancadas en el Congreso.
Ayer se venció el plazo para evitar una “parálisis” o paro de operaciones del DHS, que implicaría la incapacidad de pagar los sueldos de los agentes de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), de la Patrulla Fronteriza, del Immigration and Customs Enforcement (ICE), de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) y del Servicio de Guardacostas de los Estados Unidos.
“Hemos insistido en que la parálisis de operaciones del departamento significa que casi 200 mil personas tendrían que trabajar sin sueldo… aproximadamente 30 mil empleados del DHS serían desocupados, incluyendo la mayor parte de nuestro personal en nuestras oficinas centrales”, comentó Jeh Johnson, secretario del DHS.
Jeh Johnson, secretario del Departamento de Seguridad Interna (DHS), destacó en conferencia de prensa el impacto que tendría la seguridad interna en caso de que no se llegara a un acuerdo político, motivado en gran medida a que la fracción republicana condicionó la aprobación del presupuesto federal, siempre y cuando el presidente Barack Obama retrase la aplicación de la Reforma de Salud impulsada bajo el nombre coloquial de ‘Obamacare’, y los programas migratorios que beneficiarían a miles de indocumentados que actualmente viven en territorio estadounidense.
El recurso del Senado, de otorgar una semana de fondos para que opere DHS, alargará el clima de inestabilidad que se vive desde septiembre pasado; sin embargo, también se espera que una firma para el presupuesto anual se pueda conseguir antes de que finalice la semana.
“Hemos insistido en que mientras no haya una resolución para el departamento, no podremos solventar el pago de seguridad necesaria en la frontera sur”, agregó Johnson sobre la importancia de tener una respuesta definitiva y no parcial en materia presupuestal.
Los intentos de encontrar una solución fueron infructuosos en votación temprana del Congreso, con 203 votos a favor y 234 en contra en el intento de dar tres semanas de fondos al DHS, con un sorpresivo voto en contra de 52 legisladores republicanos.
“Uno no puede decir que quiere pelear y luego no entender tácticamente cómo pelear”, comentó el representante Devin Nunes, republicano de California, quien criticó a los que votaron en contra del fondeo de tres semanas por no tener un objetivo claro.
“Las 50 personas que votaron por el no, además de imprudentes, estaban a favor de la amnistía de Obama”, dijo Nunes sobre los legisladores republicanos que extrañamente quisieron poner más presión a la fracción demócrata.
Harry M. Reid, líder de la minoría del Senado y demócrata por Nevada, pidió al Senado que aprobara el presupuesto del DHS hasta septiembre, sin tocar las directivas migratorias del presidente Obama.
“Ahora es tiempo de desechar el juego político partidista, y unirnos para evitar que Homeland Security pare, por el bien del país”, conminó Reid.
Al respecto Josh Earnest, vocero de la Casa Blanca, informó que el presidente Obama firmaría el presupuesto para un periodo corto, aunque hubiera preferido uno a largo plazo.
Fallo crucial
El tenso clima político se avivó el pasado 16 de febrero, cuando el juez federal Andrew S. Hanen, del Distrito Sur de Brownsville, ordenó detener la acción ejecutiva de inmigración anunciada por el presidente Barack Obama en noviembre pasado, y que busca detener el proceso de deportación de miles de indocumentados que llegaron al país siendo niños bajo el Programa de Acción Diferida (DACA) y el de Acción Diferida para Padres de Americanos (DAPA).
Dicha orden será revisada por la Suprema Corte, pero da esperanza a diferentes actores de que el presupuesto del DHS puede ser aprobado y evitar así el cierre y paro de labores.
La orden de suspensión temporal dictada por Hanen fue dirigida a los diferentes departamentos, agencias, oficiales y agentes que tengan injerencia en la aplicación del DACA, indicando que deben detener cualquier implementación del mismo, así como del DAPA.
A pesar de la incertidumbre política, el secretario Jeh Johnson mantiene su optimismo, ya que afirma que la situación que se vive no se puede sostener.
“Me mantengo optimista porque debo serlo”, dijo el secretario del DHS.
“Creo que cuando la mayoría de los miembros del Congreso aprecie las consecuencias de dejar a la Seguridad Interna sin recursos en estos tiempos tan retadores; las consecuencias de la seguridad pública, en la seguridad interna, en la lucha contra el terrorismo, de la seguridad fronteriza, la seguridad marítima, los esfuerzos de la seguridad aérea, esfuerzos de ciberseguridad, entonces podrán entenderlo y lo resolverán”, afirmó. (Roberto Carrillo Arteaga/El Diario de El Paso)
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