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De Temósachi a EU: una lucha contra la adversidad

Jesús Salas
El Diario

2015-02-21

A sus 29 años, la vida de Óscar Vázquez ha sido una espiral ascendente, con tintes de película y un ejemplo para vencer las adversidades: cruzar indocumentado a los 12 años sin saber inglés, convertirse en un campeón de robótica y arreglar su estatus migratorio.
“Nunca olvidemos la razón por la que venimos a Estados Unidos, para trabajar, luchar y salir adelante; a muchas personas se les olvida el propósito de haber llegado aquí y agarran otros rumbos. Nunca pierdan los pies de la tierra y recuerden de dónde vienen y por qué llegaron”, dijo Óscar en entrevista con El Diario.
Nativo de Temósachi, Chihuahua, su existencia ha sido objeto de un documental y fue recreada en el largometraje “Spare Parts”, donde actúan George López y Marisa Tomei, que aún se exhibe en El Paso.
En la cinta se narra cómo en 2004 Óscar y tres compañeros de la Carl Hayden High School –ubicada en una zona marginal de Phoenix, Arizona– construyeron un robot subacuático con partes que adquirieron por 800 dólares en Home Depot.
Con ese robot, al que bautizaron como “Stinky” (apestoso, en español), participaron en la Competencia Educativa de Tecnología Marina y obtuvieron el primer lugar, derrotando a alumnos de prestigiosas escuelas de ingeniería como el MIT.
Óscar dejó su municipio de origen –situado en la Sierra Tarahumara– a la edad de 12 años para viajar junto con su madre hasta Arizona, donde su padre había pagado a un “pollero” para que los cruzara y llevara a un hogar.
“Yo no entendía por qué teníamos que irnos, a mí me gustaba donde vivíamos y pues ahí estaba en la escuela y tenía mis amigos, pero tuvimos que irnos”, comentó Vázquez desde el estado de Montana, en donde reside con su esposa y dos hijos.
Narró que una vez que comenzaron su trayecto de 12 horas desde la sierra a Agua Prieta, Sonora, ya no hubo marcha atrás.
“Llegamos a Agua Prieta y caminamos por el desierto por varias horas, hasta llegar a un Walmart en donde nos recogió un carro y nos llevó a una casa, en donde vivimos con otra familia también indocumentada”, dijo Óscar.
Después de pasar varios días compartiendo la vivienda lograron llegar a donde su padre se encontraba, todo esto con el temor de ser descubiertos por las autoridades y ser enviados de vuelta a su lugar de origen.
“Más que miedo era nostalgia, yo aún no entendía lo que pasaba, y mucho menos el inglés”, indicó.
Al llegar a Arizona, el padre de Óscar, quien trabajaba en una fábrica de colchones, pudo inscribirlo a la escuela y posteriormente pagar para que sus otros dos hijos que quedaban en la sierra fueran llevados con ellos y completar la familia.
“Me tardé como 11 meses en aprender a hablar inglés, y me di cuenta de que acá la escuela es muy fácil, aprendía rápido y las matemáticas se me daban fácil, por eso me despertó el interés por la robótica”, comentó.
Fue así que llegó a la Carl Hayden High School, en donde tuvo la posibilidad de acceder a una beca y acudir a la Universidad de Arizona.
Óscar no quiso formar parte del 49 por ciento de inmigrantes que al graduarse de abandonan la preparatoria y se dedican a diversos empleos, de acuerdo con el Centro de Investigación Pew.
“En esta etapa no me daba tanto miedo ser deportado, porque de alguna manera la escuela nos servía como protección, pero lo grave fue cuando cumplí más de 18, ahí sí me preocupaba”, dijo Vázquez.
A la pantalla
Las circunstancias de la vida lo llevaron a formar parte de un equipo de la universidad que se inscribió a un concurso de robótica en donde se darían cita los mejores estudiantes de ingeniería del país.
Ahí, con Luis Aranda, Cristian Arcega y Lorenzo Santillán formaron un grupo para crear un robot submarino que realizara diversas tareas y compitiera con proyectos de otras universidades.
Debido a la falta de dinero utilizaron cerca de 800 dólares para comprar productos de Home Depot y crear su robot, el cual superó todas las expectativas y venció a todas las universidades.
“Era un robot submarino el cual tenía muchos objetivos, como manipular objetos, tomar agua y químicos, medir distancias, y lo difícil fue que no teníamos experiencia”, señaló Oscar.
“Una vez que ganamos no supimos qué hacer, agarramos nuestras placas de madera y nos fuimos a la playa a festejar”, dijo entre risas.
Tiempo después del concurso, la revista Wired escribió un artículo del grupo y de su logro.
Antes de filmarse la película Spare Parts, el cineasta Michael Peña se puso en contacto con ellos para realizar un documental llamado “Underwater Dreams” (Sueños Bajo el Agua).
“Es algo muy padre que te reconozcan por algo que hiciste, cuando vamos a las presentaciones se siente bien que muchos se inspiren en lo que te pasó. Por mi trabajo no he podido ir a muchas de las que se han hecho, pero trato de estar siempre en contacto con mis compañeros”, agregó.
El documental narra la odisea que tuvieron que pasar los estudiantes para lograr la fabricación del robot “Stinky”.
Regreso al origen; retorno a EU
A sabiendas de que su éxito podía llegar más lejos, Óscar decidió viajar de vuelta hacia México, en específico a Ciudad Juárez, para solicitar una visa de trabajo y un pasaporte, pero ambos le fueron negados.
“En el 2009 estuve en Juárez, pasé como 15 días allá esperando una respuesta pero me fue negada y tuve que regresar por Agua Prieta, en donde duré varios meses trabajando en una maquiladora”, dijo.
Una activista social de Arizona se dio cuenta del caso de Óscar y lo puso en contacto con el senador Dick Durbin, de Illinois, quien lo ayudó para encontrar oportunidades y tener certeza jurídica y que no fuera deportado.
“Él me ayudó a encontrar apoyos y mejorar mi situación, me dijo que mi caso era muy interesante y especial”, comentó Vázquez.
Con el paso del tiempo, Óscar conoció a su actual esposa, Karla, con quien tuvo dos hijos, una niña y un varón.
También tuvo un breve paso por el Ejército de Estados Unidos en Alaska, donde llegó a ser nombrado sargento y tuvo varios recorridos por diferentes regimientos.
“No sabes cómo se me quitó un peso de encima, de ya tener mi estancia legal y sin problemas de que me fueran a deportar y que mi familia quedara sola”, dijo.
Ahora, con un estatus legal en Estados Unidos, y una familia por quién luchar, Óscar envió un mensaje a toda la comunidad indocumentada que vive en ese país.
“Mi historia no es la única, como yo hay miles de soñadores que buscan lograr el sueño americano y tener una mejor vida”, dijo.
Respecto al decreto migratorio propuesto por el presidente Barack Obama –el cual impide la deportación de millones de personas que llegaron a Estados Unidos siendo niños– espera y se cumpla, pese al bloqueo en su aplicación que impuso hace unos días un juez texano.

¿Quién es?
•Óscar Vázquez
•29 años
•Nativo de Temósachi, Chihuahua
•Llegó a EU a los 12 años
•Junto con 3 compañeros de la Carl Hayden High School construyó un robot subacuático con el que ganó la Competencia Educativa de Tecnología Marina
•Su odisea fue llevada al cine en el largometraje ‘Spare Parts’

jsalas@redaccion.diario.com.mx

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