Martín Orquiz
El Diario
Perros atados a los tanques, conexiones viejas o en mal estado, mangueras inapropiadas y actuaciones imprudentes por parte de usuarios de gas Licuado de Petróleo (LP) generan frecuentes intervenciones de los cuerpos de emergencia, advirtieron autoridades.
Mientras que plomeros de la ciudad señalaron que muchos fronterizos descuidan sus instalaciones de gas y generan riesgos que ponen en peligro su integridad.
Protección Civil Municipal también llamó la atención hacia los tanques estacionarios o móviles, ya que el mal manejo de las recargas de combustible puede producir accidentes.
Ante el mal manejo de las instalaciones de gas LP, el director de Protección Civil, Fernando Motta Allen, indicó que se deben exagerar los cuidados al recargar los tanques estacionarios o cuando las personas cambian los cilindros, ya que un eventual incidente puede ocurrir al momento de hacer maniobras erróneas que produzcan una liberación de combustible, las que por lo general son violentas.
La fuga que se pueda generar, explicó, es un chorro importante de gas debido a que dentro de los recipientes el combustible se encuentra en estado líquido, lo que les genera una gran capacidad.
Cuando sale a través del regulador, continuó el funcionario, se mezcla con el aire y cambia de líquido a gaseoso, entonces cuando se da un escape del hidrocarburo por lo general son cantidades que al hacer contacto con alguna llama o chispa resulta en un estallido muy violento.
Los incidentes de esta naturaleza no necesariamente se producen por defectos en el equipo, porque en la mayoría de los casos las fallas humanas son frecuentes.
“Atendemos muchos llamados de emergencia porque la gente comete imprudencias, hay personas que para que no les roben el tanque amarran a la mascota al mismo. El perro puede correr y se lleva arrastrando el tanque y puede producir una fuga”, dijo Motta Allen.
También señaló que se han topado con el uso de mangueras hechas con material inapropiado, conexiones en malas condiciones o viejas o imprudencias al cambiar el cilindro.
Esto último porque algunos usuarios suponen que se acabó el contenido cuando la llama de sus aparatos baja, entonces proceden a realizar el cambio sin cerrar la llave de paso y se originan accidentes.
“Los usuarios domiciliarios a cada rato tienen ese tipo de problemas por imprudencia, enfrentamos pocos problemas con expendedores de gas, más bien se dan en los domicilios”, expresó el titular de Protección Civil.
Sergio Pérez, de oficio plomero, señaló que no en pocas ocasiones lo han llamado ciudadanos para pedirle que los auxilie en emergencias que ellos mismos provocan.
“Nos llaman dos o tres veces por semana para que les arreglemos tuberías que tienen fuga, pero se agujeran porque no les dan mantenimiento o las descuidan, nos hemos topado con tubos de hasta 40 años de antigüedad”, dijo el hombre que trabaja en la zona oriente de la ciudad.
Indicó que se ha encontrado problemas con depósitos de 500 y hasta de mil litros que son instalados en las azoteas, pero que jamás reciben mantenimiento.
Debido a esa negligencia, muchos de esos tanques presentan fugas, pero no ha ocurrido una desgracia porque están al aire libre.
Carlos González, otro plomero, coincidió con su colega sobre que las personas omiten darle mantenimiento a sus tuberías, lo que genera un serio peligro.
“Me ha tocado que las uniones o ‘coples’ están todos fregados, les cae agua o tierra y así los dejan, nunca los limpian, eso los daña”, dijo.
Consideró que las tuberías conductoras de gas deben protegerse de la misma manera que las de agua o alambrado eléctrico, aislarlas con protectores especiales que tienen un precio relativamente bajo y cuidarlas del medio ambiente.
Debido a este tipo de circunstancias, Motta Allen exhortó a los ciudadanos a que extremen sus precauciones en el manejo de equipos que conduzcan combustibles.
“Si nos descuidamos podemos cometer imprudencias y salir lastimados”, advirtió. (Martín Orquiz/El Diario)
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