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En Juárez no haré cambios ‘por lo pronto’: nuevo obispo

Josefina Martínez
El Diario

2015-01-25

A unos días de asumir como nuevo obispo de la Diócesis de Ciudad Juárez, José Guadalupe Torres Campos señaló que ante la deserción de católicos que sufre la Iglesia todas las parroquias locales deberán convertirse en misioneras, es decir, tendrán que salir a las calles a evangelizar, no esperar de manera pasiva a que lleguen los fieles.
Torres Campos dijo que los católicos juarenses deben salir a los barrios, a las empresas, a los sectores a llevar el mensaje cristiano, en pocas palabras, agregó, a recobrar su identidad misionera y transformarse en iglesias renovadas, a donde los juarenses acudan y encuentren un ambiente de fe y formación.
El nuevo pastor, quien tomará posesión de la Diócesis el próximo 20 de febrero, dijo que los sacerdotes con que cuenta Ciudad Juárez son insuficientes por lo que será necesario reforzar la pastoral vocacional e invitar a los jóvenes a que busquen su vocación en el sacerdocio.
Catalogó a los laicos católicos de la Diócesis como preparados, trabajadores y muy participativos en las áreas pastoral, litúrgica y social.
“Los juarenses son excelentes personas. En 2005 –cuando llegó a esta frontera como obispo auxiliar de Renato Ascencio– me recibieron con gusto y me sentí como en casa, aunque digan que Juárez es una ciudad difícil no es tanto, es sólo un estigma ya que en efecto tiene circunstancias particulares como frontera, pero la gente es más abierta y eso es muy bueno”, señaló José Guadalupe Torres Campos, quien asumirá como nuevo obispo de la Diócesis de Ciudad Juárez el 20 de febrero.
Dijo que las mujeres serán importantes dentro de su trabajo pastoral, “tendrán la importancia que Cristo les dio; fue a las primeras que se apareció resucitado”.
“Sé que en la Diócesis de Juárez hay muchas laicas comprometidas y hay mucho espacio donde ellas pueden servir, merecen reconocimiento y hay que promoverlas más en su dignidad y su grandeza”, comentó.
Entrevistado telefónicamente en Gómez Palacio, Durango, de donde es obispo desde febrero de 2009, Torres Campos indicó que a los divorciados católicos los acogerá y los atenderá pastoralmente.
“Eso no quiere decir que van a comulgar, porque la ley eclesiástica es muy clara en ese tema”, pero hay que evangelizarlos, acercarlos, darles orientación, dijo. “A la persona se le acepta como es y se la acoge como es, no debe haber discriminación o intolerancia”.
Sobre las familias muy numerosas, como obispo dijo que su recomendación es no llegar a los extremos. “Ni tanto que queme al santo ni tan poco que no le alumbre”, dijo.
“La Iglesia está por la paternidad responsable, debemos estar abiertos a la vida con responsabilidad, es decir, si tengo capacidad para cinco hijos y sólo quiero uno, pues es ir a los extremos. Y por el contrario, si yo no puedo y tengo 10 hijos, pues está mal”, señaló.
El obispo indicó que, cuando asuma, “por lo pronto no voy a cambiar nada”, en el gobierno de la diócesis. Monseñor René Blanco seguirá siendo vicario general y “ya con el tiempo iremos viendo”.
Ante la disminución de la población católica, no sólo en la diócesis local, sino en todo México, dijo que “hemos perdido católicos, estábamos tan tranquilos y debemos cambiar. Es importante adaptarnos a esta nueva época que vivimos; no cambia el contenido, sino la expresión en el ardor porque la metodología, el contenido, es el mismo”, expresó.
Agregó que la respuesta está en lo que ya el Papa Juan Pablo II y el Papa Francisco dijeron, salir a evangelizar, no esperar a que vengan nada más “los fieles que tenemos asiduamente sino salir a evangelizar a las calles, a los barrios, a las empresas, a los sectores, en pocas palabras recobrar esa identidad misionera”.
Comentó que las redes sociales también ofrecen un reto, así como convencer a cada cristiano que es un portavoz. “Somos enviados, mensajeros, debemos transmitir por ser bautizados, cada uno debe transmitir su fe”.
“Quiero servir como obispo a mi Diócesis, ser un buen pastor, padre, y amigo”, aseguró desde su oficina en el obispado de Gómez Palacio.
Torres Campos expresó que tiene varios retos por delante como obispo. En primer lugar el presbiterio: “El obispo debe enfocarse mucho a sus sacerdotes a atenderlos, acompañarlos, impulsarlos, estar con ellos porque son sus más cercanos colaboradores”.
De su experiencia vivida en la Diócesis de Gómez Palacio y en la de León, Guanajuato, de donde es originario, aseguró que todas son diferentes y con características propias.
“Tal vez en el sur los fieles católicos son más espirituales pero aquí en el norte son más abiertos y eso es bueno. Juárez es más estigmatizada, pero lo que se dice es falso, aquí la gente es buena, muy abierta, la experiencia que tuve de 2005 a 2009 fue de gente trabajadora a la que había que orientar y ayudar”, expresó.
Comentó que pastoralmente la Diócesis de Juárez no es difícil, hay de todo, gente con valores a los que hay que llevar y orientar, pero todos han trabajado muy bien a lo largo de los años.
“Los sacerdotes son extraordinarios. A pesar de no ser suficientes tienen mucha obra social, son muy comprometidos con las obras sociales, tienen escuelas, asilos, hospitales, yo los aprecié mucho cuando estuve allá y eso va a facilitar reencontrarme con ellos y seguir trabajando”, aseguró.
“Cuando vinieron a saludarme y felicitarme –después de que se dio a conocer que volvería a Juárez como obispo titular–, me platicaron dos o tres proyectos interesantes, yo creo que hay que retomarlos no soltarlos. Por lo pronto no hay cambio, no es mi estilo, continuaré los proyectos”, expresó.
Aseguró que su labor como obispo será coordinar y trabajar de la mano de los sacerdotes, laicos, religiosos, aportar su parte y entre todos trabajar, de la mano con los innumerables laicos.
“Los sacerdotes que hay son insuficientes, queremos más, ese será trabajo para la pastoral vocacional y ojalá que haya jóvenes dispuestos a abrazar el sacerdocio y quieran seguir a Cristo”, dijo.
El obispo aseguró que aunque se trabaja bien con los que hay, se requieren más para una población como la de Ciudad Juárez.
“En este momento tengo sentimientos encontrados. Me voy de una Diócesis que yo inicié y la gente está triste, dicen que no me dejarán venir, que me van a raptar, claro que es broma”, señaló.
Y aseguró que llega a Ciudad Juárez con alegría y entusiasmo: “Tengo mucha fe y confianza en Dios, y con humildad y sencillez extenderé mi brazo para caminar con mi nueva diócesis”.
Quien será nuevo obispo de Juárez nació el 19 de enero de 1960 en León, recuerda que desde pequeño tuvo el anhelo de entrar al seminario y cuando finalmente lo logró fue recibido por Renato Ascencio León, su predecesor en esta diócesis.
“Don Renato era el rector cuando ingresé al seminario y cuando terminé mis estudios a los 24 años, muy joven para recibir la ordenación pues no contaba con la edad canónica para hacerlo, solicité al obispo una dispensa de edad”, recordó.
La dispensa fue conseguida y el seminarista José Guadalupe Torres Campos, junto a varios de sus compañeros de estudios, recibió la unción sacerdotal el 2 de julio de 1984 en la Catedral de León.
“Viví mis primeros años como sacerdote en León y en Irapuato, en esta última ciudad el obispo don José de Jesús Martínez me nombró su vicario general cuando se creó la nueva diócesis del 2004 al 2005”, señaló.
El 10 de diciembre de 2005, monseñor Torres Campos tuvo su primer acercamiento con la comunidad católica de Ciudad Juárez al ser nombrado obispo auxiliar de esta diócesis, donde permaneció hasta el 17 de febrero de 2009, cuando fue nombrado obispo de la nueva diócesis de Gómez Palacio.
Y correspondió a Renato Ascencio León ordenarlo como obispo en una ceremonia realizada en el Gimnasio Universitario el 22 de febrero del 2006.

¿Quién es?

• José Guadalupe Torres Campos nació el 19 de enero de 1960 en León, Guanajuato
• Desde pequeño tuvo el anhelo de entrar al seminario y cuando lo logró fue recibido por Renato Ascencio León
• Terminó sus estudios a los 24 años, muy joven para recibir la ordenación por lo que solicitó una dispensa de edad
• Recibió la unción sacerdotal el 2 de julio de 1984 en la Catedral de León
• Sus primeros años como sacerdote fueron en León y en Irapuato, donde fue vicario general del 2004 al 2005
• El 10 de diciembre de 2005 es nombrado obispo auxiliar de esta Diócesis, donde permaneció hasta el 17 de febrero de 2009, cuando fue nombrado obispo de la nueva Diócesis de Gómez Palacio
• Ascencio León lo ordenó como obispo en el Gimnasio Universitario el 22 de febrero del 2006

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