Francisco Chávez
El Diario
El uso de ropa usada, de la cual se desconoce su sanidad, representa un alto riesgo de generar infecciones en la piel a quienes rentan atuendos para poder ingresar al Cereso 3 de Ciudad Juárez, advirtió Roberto Quiroz Sáenz, epidemiólogo del Hospital General de Zona No. 6 del IMSS.
Dijo que durante los últimos meses se registró en la ciudad un incremento en los casos por contagio de piojos en la población, por lo que las autoridades de salud mantienen la alerta a extremar precauciones.
“Existe un riesgo de que podamos agarrar enfermedades parasitarias de la piel o podemos adquirir también piojos que han sido un problema todo el año, lo importante es que supiéramos qué condición de limpieza tiene esa ropa”, dijo el especialista.
Desde hace años, cientos de visitantes que enfrentan problemas para ingresar al reclusorio porque visten ropa en colores prohibidos para los familiares o portan algún objeto no permitido, se ven obligados a buscar una solución rápida.
Alrededor del centro carcelario de Ciudad Juárez se han improvisado pequeños negocios que rentan zapatos y prendas de vestir como sudaderas, blusas y chamarras, además de que cuidan bolsas de mano, celulares, llaves, cinturones, aretes u otros artículos. Quiroz Sáenz, refirió que la forma de contagio se da de una persona infectada que transmita el parasito o virus a la ropa y que después se transmite a quien consecuentemente utiliza la misma prenda.
“Se da de una persona a otra, es un buen sitio para que los piojos pasen de un lado a otro”, dijo el médico del IMSS.
Ayer por la mañana, se observó a decenas de visitantes que hacían fila afuera del penal en espera de ingresar para ver a sus familiares.
“Deme esa sudadera, aquí también le dejo las llaves en lo que regreso”, dijo una mujer a una comerciante de la zona, mientras esperaba cruzar la calle Barranco Azul.
Algunos de los negocios improvisados sobre la banqueta o en casas particulares llegan a cobrar por el servicio de alquiler hasta 10 pesos.
Sobre la calle Noria, que cruza con la Barranco Azul, también está instalada la “Paquetería Corazón”, que recibe unos 200 artículos al día, según locatarios. La dueña del inmueble indicó que las personas que buscan sus servicios llegan generalmente molestas porque los custodios los devuelven de la puerta principal del penal después de haber hecho una larga fila y con la preocupación de tener el tiempo encima, pues de regresarse a sus casas para cambiarse se acabaría el horario de visita.