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Hondureño busca en Juárez oportunidades para salir adelante

Luz del Carmen Sosa
El Diario

2014-12-20

Henry es originario de San Pedro Sula, Honduras, calificada en varias ocasiones como la “capital mundial del asesinato”. Hace dos años huyó de su hogar a causa de esa la violencia que vive su comunidad y por amenazas de las pandillas que lo extorsionaban; luego de varios intentos frustrados de cruzar en forma indocumentada a Estados Unidos terminó en Juárez, que también llegó a ser considerada como la ciudad más violenta del mundo.
Pero es aquí, donde el extranjero percibe como el lugar donde puede volver a empezar, donde cree que puede recuperar la paz y la tranquilidad que no recuerda haber sentido en mucho, mucho tiempo.
Desde hace dos meses llegó a la Casa del Migrante, situada en la colonia Satélite, donde espera que su situación legal pueda cambiar y en breve se incorpore a la vida productiva.
El sueño americano persiste, pero tal vez lo pueda cumplir aquí, en la ciudad a la que fue deportado y donde ha fortalecido su fe en Dios.
Henry será uno de los migrantes que participe en misa en Catedral como parte de la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado a celebrar los primeros días de enero y que organiza la Pastoral de Movilidad Urbana Diocesana.
La celebración eucarística se realizará el 11 de enero del 2015 a las 12 horas como parte de esta jornada mundial con el lema “Iglesia sin Fronteras, Madre de todos”.
Antes, Henry y otros 30 migrantes estarán juntos celebrando la Navidad sin su familia.
“Es difícil para ellos en esta época”, dice Alejandra Gómez, integrante del Centro de Derechos Humanos del Migrante A.C.
La joven abogada ha sido uno de los principales soportes de personas como Henry, que llegan con el cuerpo adolorido y el alma rota. Ella apoya los trámites legales necesarios de los más de 4 mil 500 connacionales y extranjeros expulsados de Estados Unidos por esta frontera.
“Hemos tenido de Honduras, de El Salvador, Guatemala, de esos países donde la violencia ha expulsado a sus ciudadanos”, explica.
El hondureño es padre de una niña a la que no ha visto en mucho tiempo y es por ella y por su abuela, que salió de su lugar de origen.
“Esta última vez que lo intenté entré por Tabasco. Ya antes me habían secuestrado y en esa ocasión fueron mil dólares los que tuvimos que pagar”, recuerda mientras limpia de sus manos los restos de yeso de una reparación que hace en la Casa del Migrante.
En esta ocasión fue diferente. Al llegar a Piedras Negras, Coahuila, los Zetas lo privaron de su libertad junto con un amigo y llamaron a sus padres para exigir el pago de rescate por 10 mil dólares.
“Emplearon tácticas militares, nos torturaron los siete días que permanecimos cautivos. Nos ponían toques y nos golpeaban y llamaban a nuestras familias para que escucharan. Mi abuelita escuchó en una ocasión y casi sufrió un infarto”, narra.
La familia reunió 4 mil dólares y Henry se comprometió a trabajar para este grupo delictivo hasta reunir los 6 mil dólares restantes. Los sicarios y extorsionadores ya contaban con datos de su familia y estaban amenazados por las pandillas aliadas de los Zetas que operan en San Pedro Sula, por eso, la dificultad de Henry para regresar a su hogar.
Cruzó a Estados Unidos junto a su amigo y él fue deportado.
Henry hace labores de albañilería para la Casa del Migrante y recibe una pequeña compensación económica. Por falta de documentación para trabajar legalmente en México no puede conseguir un empleo, pero los abogados del Centro lo están apoyando para cambiar su estatus legal.
“Dios marca mi camino, yo lo dejo todo en sus manos, si me quedo en Juárez quiero trabajar para sacar a mi familia adelante, yo lo único que pido es una oportunidad porque soy persona de bien”, asegura.
“Mi Navidad será aquí, estaremos solos, pero no me quejo”, dice entusiasta el joven hondureño, que pudo haber muerto a manos del crimen organizado.
Las personas que deseen apoyar a los migrantes durante la celebración de Navidad pueden llevar alimentos, ropa, o donativos a la Casa de Migrante, ubicada en la calle Neptuno, colonia Satélite.
 

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