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El Diario
Guadalupe— Integrantes de la familia Archuleta huyeron del municipio ante el miedo de sufrir un nuevo ataque y la ausencia de garantías de seguridad, ya que siguen libres los autores de la desaparición forzada y posterior asesinato de tres jóvenes y siguen en el pueblo, denunciaron.
“Ya no podemos estar aquí”, dijo a El Diario uno de los integrantes de esta familia que tuvo renunciar a participar en el servicio fúnebre a sus seres queridos, pero rehusó identificar el sitio en el que se refugiarán.
En este pueblo ya no se puede ni enterrar a sus muertos, lamentaron los deudos.
“Tenemos miedo de permanecer más tiempo en el pueblo”, dijo el entrevistado al advertir que sería la última comunicación.
El miedo, afirmó, es porque son personas humildes, gente de trabajo y sin ninguna relación con la delincuencia organizada y a pesar de eso secuestraron a sus tres familiares, los torturaron y los asesinaron.
Los cuerpos de las víctimas serán recuperados por familiares indirectos, quienes aún no definen qué hacer, ante el temor de posibles agresiones si realizan la velación de los cuerpos en sus casas, como se acostumbra en esta comunidad rural.
Guadalupe se encuentra a 50 kilómetros de distancia y al noroeste de Ciudad Juárez; hace frontera con los condados de El Paso y Hudspeth, Texas.
El territorio, de acuerdo a las versiones de los vecinos, es controlado por el cártel de Sinaloa, pero tras la muerte de Gabino Salas Valenciano, quien murió en un supuesto enfrentamiento entre miembros del Ejército Mexicano liderados por el entonces secretario de Seguridad Pública de Ciudad Juárez, Julián Leyzaola Pérez, se fragmentó en células y han surgido pugnas entre ellos.
En esta comunidad los vecinos hablan en voz queda del supuesto cabecilla de una de estas células identificado como ‘el Negro’ y sus lugartenientes los hermanos ‘el Meño’ y ‘el Toga’. Mencionan a otros como ‘el Profe’, ‘los papachos’ y ‘el Sinaloa’.
“Son nacidos en Guadalupe, en el pueblo de Caseta (ejido Doctor Porfirio Parra) pero ellos están en Juárez, solo vienen de vez en cuando. Hasta eso son buenas gentes, si no se meten con ellos, ellos tampoco y hasta saludan muy bien”, dijo una vecina del pueblo.
Antes de abandonar su lugar de origen, los integrantes de la familia Archuleta informaron que a través de la cuenta de Facebook de Elmer García Archuleta estarán compartiendo información sobre Edgar Iván, hermano mayor de Elmer y de su primo Gabriel Archuleta. Ellos dejaron hijos en la orfandad.
La Fiscalía General del Estado realiza un estudio de grafoscopía y datiloscopía forense de la cartulina que dejaron en uno de los cuerpos, dio a conocer el fiscal en la zona norte, Enrique Villarreal Macías.
Agregó que los cuerpos serán entregados hasta tener los resultados de los exámenes de genética forense que permitan establecer la identidad de las víctimas con un 100 por ciento de certeza.
La desaparición forzada y posterior asesinato de los tres integrantes de la familia Archuleta aún mantienen impactada a la comunidad de los municipios de Guadalupe y Juárez.
Elmer y Gabriel fueron ‘levantados’ en sus casas y sometidos por seis integrantes de un comando armado delante de sus familias; a Edgar lo bajaron a punta de pistola del camión de transporte de personal en el que viajaba, pues era operador en una empresa maquiladora en Juárez, informó el fiscal Enrique Villarreal Macías.
Pese a que Guadalupe tiene presencia permanente del Ejército Mexicano, responsable de la vigilancia en la zona rural, el comando armado actuó con absoluta impunidad.
El fiscal Villarreal Macías dijo que los hechos ocurrieron el 6 de diciembre y que la familia denunció hasta el día 8, lo que afectó la investigación.
Ahora, más de 50 agentes busca a los presuntos responsables en el Valle de Juárez, aseguró.
De momento no hay resultados.
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