Jesús Salas/Diego Murcia
El Diario
La edición 16 de la Misa Fronteriza Binacional, que se realiza cada año en el límite entre México y Estados en Anapra-Sunland Park, se vio marcada por la irrupción de entre 10 a 15 personas del lado mexicano hacia territorio estadounidense.
A través de un comunicado, la Diócesis Católica de El Paso señaló que los intrusos aprovecharon unos ocho puntos de brecha en la valla que divide ambos países para cruzar “ilegalmente de México a EU”.
Varios volvieron de inmediato al vecino país, en tanto que tres fueron detenidos por agentes de la Border Patrol que interrumpieron el evento y otros más tienen “paradero desconocido”, señala el documento.
Joe Romero, supervisor de Operaciones Especial del Sector El Paso de la Border Patrol, aclaró a la Diócesis que las tres personas que fueron arrestadas tenían un registro de deportación previa o antecedentes penales.
“Las Diócesis de El Paso, Las Cruces y Juárez han disfrutado y se han beneficiado de la planificación y cooperación conjunta de la Patrulla Fronteriza. Tenemos la esperanza de que esta violación sin precedentes no tendrá un impacto negativo en un acto litúrgico que ha sido bien apoyado durante los últimos 16 años”, señaló el liderazgo católico paseño.
La Misa Fronteriza Binacional fue creada por las diócesis católicas de El Paso, Las Cruces y Ciudad Juárez como una manera de recordar a los cientos de migrantes que mueren en su intento de cruzar la frontera en busca del “sueño americano”.
El evento se realiza en la zona de Anapra y Sunland Park, donde sólo una malla ciclónica divide a México y Estados Unidos y es celebrado por los obispos de las tres jurisdicciones religiosas.
Tradicionalmente se dan cita ahí personas que por alguna razón están separadas de sus familias y que la única forma que tienen de verlas es a través del muro fronterizo.
En uno de los momentos de la ceremonia, los presentes se acercaron a la reja y a través del frío metal de la división pusieron sus palmas y sintieron el calor de sus familias del otro lado.
Justo en la parte más emotiva de la misa, una sección de la malla comenzó a separarse por los empujones de los que asistieron, lo cual provocó que se generara un espacio de unos 30 centímetros, que aprovecharon al menos 15 personas para ingresar a Estados Unidos, y después dispersarse y perderse entre la gente.
Agentes de la Patrulla Fronteriza que se encontraban en funciones de vigilancia en la misa, procedieron a detener a quienes cruzaron al lado norteamericano, logrando capturar a unos cuantos mientras se realizaba el servicio religioso.
“No es la primera vez que pasa una situación como ésta: el año pasado también entró una persona a EU durante el servicio”, precisó Ramiro Cordero, vocero de la Border Patrol.
“Nuestra intención nunca ha sido interrumpir en la misa, pero cuando ya ves un grupo más grande de personas haciendo eso, obviamente hay que hacer algo y los agentes deben hacer su trabajo”, agregó Cordero.
Aclaró que los oficiales regularmente están al pendiente de eventos masivos binacionales en la línea fronteriza, como es esta misa anual o el peregrinaje al Monte de Cristo Rey, situado en los límites de tres estados –Chihuahua, Texas y Nuevo México– y dos países.
Condenan actuación
A su vez, la Red Fronteriza de Derechos Humanos (BNHR, por sus siglas en inglés) condenó el proceder de la Border Patrol, calificándolo de “problemático”.
“En vez de interrumpir la misa y entrar en discusión con los participantes, debieron esperar a que concluyera para entrar en acción. Debieron tener más criterio en vez de confrontar a los presentes”, señaló el grupo a través de un comunicado.
“Las estructuras de la Patrulla Fronteriza deben asegurarse de que sus agentes están entrenados apropiadamente en funciones policiacas para áreas comunitarias sensibles, con buenos estándares”, concluye su posicionamiento.
La Misa Binacional inició cerca de las 10 de la mañana, cuando los visitantes comenzaron a llegar y saludar a través de la reja a sus familiares, y una vez instalado el templete en ambos lados del muro, la celebración comenzó.
Del lado americano participaron el obispo de El Paso, Mark J. Seitz y su homólogo de Las Cruces, Óscar Cantú, mientras que del lado mexicano estuvieron varios sacerdotes de la diócesis local.
La misa se celebró alternadamente. Por momentos se escuchaban rezos en español y después en inglés.
En el lugar se colocaron ofrendas como botes con agua, ropa, flores y decenas de cruces que representaban a esos miles de personas que perdieron la vida en busca de llegar hacia Estados Unidos.
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