Josefina Martínez
El Diario
El obispo Renato Ascencio León presentó su renuncia ante el nuncio Christophe Pierre desde el pasado mes de mayo, de acuerdo con lo que establece el Código de Derecho Canónico para los prelados al cumplir 75 años de edad, informó el sacerdote Hesiquio Trevizo, vocero de la Diócesis de Ciudad Juárez.
El canon 401 indica que: “al obispo diocesano que haya cumplido setenta y cinco años de edad se le ruega que presente la renuncia de su oficio al sumo pontífice, el cual proveerá teniendo en cuenta todas las circunstancias”, y esto ocurrió desde el pasado 11 de mayo cuando Ascencio León cumplió 75 años.
“La dimisión deberá ser analizada por el Papa y existe la posibilidad de que la acepte, lo cual depende de varias circunstancias, incluyendo el estado de salud en que se encuentre el obispo o si está incapacitado para seguir prestando servicio. Es decir, el tiempo de retiro dependerá de la decisión del Papa”, dijo el sacerdote.
Renato Ascencio León, quien nació en Guanajuato el 11 de mayo de 1939, se convirtió en el tercer obispo de la Diócesis de Ciudad Juárez en 1994 por mandato de Juan Pablo II, hasta el momento ha estado al frente de esta comunidad eclesial por 20 años, aunque sus primeros seis años como obispo estuvo en Madera, Chihuahua.
El vocero de la Diócesis, explicó que el aceptar o no la renuncia del obispo depende del Papa Francisco, al igual que la elección de la persona que tome su cargo en caso de ser retirado.
Agregó que el obispo se encuentra bien de salud a pesar de las cirugías a las que se ha sometido y solo ha tomado el periodo de recuperación necesario.
Comentó que la recuperación de las cirugías y el cansancio ha impedido que celebre misa como en años anteriores pero sus funciones administrativas las realiza de manera normal.
Manuel Talamás Camandari fue el primer obispo de la ciudad y también el primero en presentar su renuncia. Por orden del Papa Pío XII quedó al frente de la Diócesis en 1957 y al cumplir sus 75 años, en junio de 1992, abdicó.
Al retirarse Talamás Camandari en su lugar quedó Juan Sandoval Iñiguez, quien en 1988 fue nombrado obispo coadjutor —con derecho de sucesión al quedar vacante la sede episcopal—, por lo que en 1992 fue promovido a obispo titular y dos años después fue nombrado arzobispo de Guadalajara.
El padre Hesiquio Trevizo, dijo que en caso de que se acepte la renuncia del obispo, puede nombrarse a su sucesor de inmediato o también existe la posibilidad, si no se ha elegido a nadie, de que el vicario general y un Consejo tomen la administración de la Diócesis en tanto se nombra a quien será el cuarto obispo de esta comunidad eclesial.
jmartinez@redaccion.diario.com.mx