Martín Orquiz
El Diario
Por casi 25 años la cirujana-partera San Juana Mendoza Muñiz, de 61 años, se ha dedicado a profesar lo que llama medicina social, actividad que describe como atender a las personas de recursos económicos limitados, aunque no tengan los 30 pesos de la consulta.
“Me he topado con que el paciente vulnerable o humilde, tiene palabra de honor y humilde”, dice convencida. “Anoto lo que deben y regresan a pagar”.
La palabra de Mendoza es respaldada por los vecinos de la colonia Rancho Anapra.
“Vamos con la doctora San Juana, si no tenemos dinero no pagamos, o hacemos algún trabajo y con eso se conforma”, indica una de sus pacientes que se identificó sólo como María.
La doctora es originaria de la ciudad de Chihuahua y se gradúo en 1979 de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH) como cirujana y partera, de inmediato comenzó a trabajar en las comunidades de la Sierra.
Llegó a esta frontera en 1983 y le tocó atender a tarahumaras y huicholes que trabajaban en la obra, quienes presentaban fracturas o heridas complicadas, cuando les preguntaba porqué no habían tomado antibiótico, le decían que no tenían dinero para comprarlo aunque traían la receta del IMSS, pero ignoraban cómo surtirla y creían que se las iban a cobrar.
En 1985 misioneros metodistas la invitaron a unirse al proyecto de una clínica de atención primaria.
“Era una pequeña cliniquita suburbana, muy higiénica, donde había una atención muy cálida a los pacientes, donde había tiempo para educarlos, donde representaban una preocupación integral”, recuerda. Ahí fue el inició para ejercer la medicina social.
Desde entonces se ha dedicado a apoyar a comunidades vulnerables para dedicarse a brindar atención médica primaria y de urgencias, preventiva y educación para la salud a personas con pocos recursos económicos e indocumentados.
Aunque de esta forma no tiene ni los ingresos ni los beneficios que dejó al abandonar la institución oficial, se refugió en su fe en Dios y en la Divina Providencia.
“Me dicen que yo soy desordenada porque atiendo por igual a hombres, mujeres, heridos o niños, pero la necesidad está en la medicina primaria, en la preventiva”, da a conocer mientras se prepara para atender a su próxima paciente.
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