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‘Todo se echó a perder, estamos sin nada’

Martín Coronado
El Diario

2014-09-18

“No quedó nada, todo se echó a perder, ni lo que estaba adentro del refri”, dijo José Merced Hernández, de 41 años, mientras sacaba el agua y las pertenencias dañadas de su casa.
Una docena de familias como la de José vivieron minutos de terror el miércoles por la noche, cuando el acumulamiento de agua de lluvia derribó una barda e inundó las casas –en algunas el nivel llegó a metro y medio– en cuestión de segundos.
Los afectados viven en el cruce de Villa Coronado y Canutillo, muy cerca de un punto donde el agua que baja de los cerros desemboca al río Bravo, en la colonia Ladrilleras de Juárez.
Pedro Jerónimo Pérez, otro vecino, ve los estragos del torrente en el frente de su casa, donde aún flotan algunos muebles. Una pequeña huerta de tomates y melón está destruida.
Eran las ocho y media de la noche. En cuestión de segundos el agua acumulada derribó la barda trasera e inundó su casa. El miedo fue tal que subió a su esposa e hija al techo para ponerlas a salvo. El agua entraba tan rápido que temieron por sus vidas.
Para las 9 de la noche el terror dejó paso a la impotencia y a la incertidumbre de lo que pasará en los siguientes días, pues la corriente generada por los aguaceros ya lo había arruinado todo: la cama, el refrigerador y hasta los libros y uniformes de los niños.
Pasado el miedo, Pedro y su familia –su esposa y su hija Jazmín, de 14 años, que cursa la secundaria– tuvieron que dormir afuera, bajo el viejo cámper de una pick-up y sobre una puerta que estaba abandonada en el patio de su casa.
“No hemos ni comido, con eso te digo todo, tenemos toda la madrugada y toda la mañana limpiando esto, aunque no sé qué le limpiamos”, dijo.
Jazmín no quiso ni ver la casa ayer. Tampoco pudo ir a la escuela, pues ya no tiene uniformes, ni libros. “No sé qué vamos a hacer con eso”, se lamenta.
Pedro se dedica a vender dulces y tiene 14 años rentando casa en ese sitio. Dice que en el 2006 la inundación también les arruinó la vivienda, pero no como ahora, Sin embargo, ni siquiera en el momento de la emergencia sintieron ayuda.
Lo que fue la calle Villa Coronado, usada como parte de la carrera de ciclismo Chupacabras, justo donde los ciclistas dejan el bordo para tomar la sierra, quedó llena de piedras y basura.
Durante la tormenta, el agua acumuló ahí más de un metro de profundidad, según las marcas que se aprecian en la pared.
“Vinieron los bomberos, vieron y se fueron. Y qué vamos hacer si ni hay trabajo, traigo uno o dos trabajitos de albañilería pero ahorita con la lluvia no se puede, así que estamos sin nada”, agregó José Merced Hernández, de oficio albañil.
Margarito Ramos Hernández, de 33 años, mostró lo que cree que provoca el problema.
La salida del agua que baja de la sierra al Río Bravo es muy pequeña, y se tapa con la basura que baja. Por eso, afirma, el agua se acumula hasta que brinca el bordo.
“Pero para cuando brinca ya se metió a las casas y ya nos echó a perder todo”, afirmó.
En ese cruce existen ocho viviendas afectadas, entre las que albergan a 12 familias.
Margarito Ramos, padre de Ramos Hernández, de 68 años, indica que desde que empezaron las lluvias no ha podido salir a trabajar, por lo que la situación se ve difícil. Tiene una camioneta tipo van en la que sale a vender en mercados de segundas, pero no ha salido porque la calle quedó totalmente bloqueada.
Dijo que en su caso sí están dispuestos a reubicarse, pero señala que le han ofrecido una casita pequeña, donde no podrá tener a las tres familias que ahora alberga.
Ruth Rodríguez, de 30 años, vive en la penúltima casa antes de llegar al río, sobre la calle Villa Coronado. Ahí fue donde más subió el agua. Con el trapeador en la mano, dice que lo que esperan es la ayuda del Gobierno, porque de otra forma será difícil recuperar lo que el agua les arrebató.
Pasadas las lluvias del 2006, la autoridad les dotó de nuevos refrigeradores, estufas y algunos otros muebles que les ayudaron a iniciar de nuevo. Ahora piden que la autoridad les ayude de nuevo.
A pesar de que saben que se esperaban más precipitaciones para ayer por la tarde, sacaban el agua y trataban de limpiar sus casas.

Entre lodo y arena

Feliciano Ontiveros Vargas vive en la calle Ostra e Hipocampo, en Puerto Anapra junto con su esposa y tres hijos. Su casa de dos habitaciones y un baño aparte había pasado lluvias peores, pero a raíz de que hace meses un vecino levantó el nivel de su casa el agua se acumuló y entró de golpe en la vivienda, dañando tres computadoras que reparaba para sus hijos, una impresora, la estufa, la cocina y el refrigerador.
Zapatos, ropa e incluso víveres estaban regados ayer entre el lodo y la arena que se metió a su vivienda.
Su casa se encuentra a medio kilómetro arriba del dique Las Pistolas, que ayer estaba casi lleno. Dice que su vecino cerró precisamente para evitar que el agua del dique se regresara a su vivienda. Añadió que Protección Civil le autorizó la construcción, y que sólo le pidió la construcción de un muro, que no alcanzó a hacer por falta de dinero.
Con un salario de apenas mil pesos por semana, no sabe cómo hará para recuperar la tranquilidad de tener un techo. Dice que está dispuesto a reubicarse para ya no enfrentar esos problemas.
Señaló que está dispuesto a reubicarse si le ofrecen una casa que no tenga este tipo de riesgos.

También en La Presa

Elena García González vive a un costado del dique La Presa, que se ubica en Zaragoza y Eje Vial Juan Gabriel. Su patio es particular, pues tiene una tubería por donde sale el agua cuando ya no cabe en el dique y se canaliza a las calles de la colonia La Presa.
Ayer perdió desde la estufa y el refrigerador hasta la ropa, e incluso tuvo que llevar a su hijo a la casa de su suegra pues temía sufriera una infección.
Por su casa pasaron miles y miles de litros de agua provenientes del dique, no sin antes destrozar el cuarto que con trabajos había habilitado como vivienda. Dijo que la Secretaría de Desarrollo Social le ofreció salirse de ahí y reubicarse en una casa.
“Pero me ofrecen en Riberas del Bravo y eso está peor, hemos visto en las noticias cómo los tienen que sacar hasta en lancha, y yo no me quiero ir para allá”, abundó.
En otro extremo de la ciudad, al menos una veintena de viviendas del fraccionamiento Misiones del Real también sufrieron inundaciones. Ahí el agua de las lluvias tiende a acumularse y subir más de un metro.
Vecinos de la calle Emilio Pacheco y Santa Catalina, a unos 500 metros del hospital 66 del IMSS, se tuvieron que salir de sus casas por los techos debido a que las precipitaciones los sorprendieron anoche.
El agua empezó a caer en esta zona desde las 8 de la noche y para las 9 y media ya se había inundado la calle hasta llegar a un metro de profundidad, entrando en casi todas las viviendas de esa cuadra.
El problema, afirmaron los vecinos, es que construyeron un nuevo fraccionamiento en un lote donde antes se conducía el agua.
“Se acumula el agua del parque, la que viene de la calle Marfa, lo que se iba al terreno del fraccionamiento nuevo que construyeron”
En el interior de las casas, las familias levantaron los muebles para evitar que se mojaran, como ya les había ocurrido en el 2006.
“Con la lluvia de ayer en dos horas se hizo más que esto, la vecina dice que le llegó el agua hasta la cintura cuando se paró a media calle”, dijo Ruth Máynez Espinoza, que vive en la zona afectada.
“Le pedimos a la Junta de Aguas que vengan a abrir las alcantarillas y no vienen porque tienen mucho trabajo, dicen”, indicó.
También explicó que hicieron un pozo de absorción en las calles San Cipriano y Domingo de Ramos, pero que no es suficiente porque toda el agua de la zona confluye en esa calle.
Una vecina que pidió no publicar su nombre, mostró el interior de su casa, donde los muebles estaban sobre bancos y botes, mientras que la barra de la cocina también estaba llena de artículos.
Dijo que prácticamente cada temporada de lluvia tienen que cambiar de sala porque si alguna vez se descuidan el agua los daña. “Ya no quisimos cocineta, mejor pusimos azulejo, porque ya se echó a perder una, y pues no podemos”, agregó. (Martín Coronado/El Diario)

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