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‘Abandonan’ padres a sus hijos en escuelas

Martín Orquiz
El Diario

2014-08-31

La escasa participación de los padres de familia en actividades escolares mantiene en alerta a autoridades educativas, organismos de la sociedad civil que trabajan en ese ámbito, directivos, profesores y a los tutores activos, quienes estiman que sólo entre el 5 y 10 por ciento intervienen en los diferentes procesos que se llevan a cabo en las instituciones.
La ausencia paternal va más allá del pago de cuotas escolares o de colaboración en el mantenimiento o mejora de los planteles porque trasciende hasta sus hogares, donde desdeñan la supervisión de las tareas, que son parte fundamental de la formación académica de sus hijos.
Ante el deterioro que el fenómeno genera en la educación de los menores, ya que la calidad de su formación es impactada de forma negativa por esa circunstancia, las autoridades educativas impulsarán el funcionamiento de los Consejos de Participación Social (CPS), un modelo que busca la intervención de los tutores en el desarrollo escolar.
Aun cuando ese sistema se está implementando desde hace años pero no ha funcionado, autoridades de Educación afirman que durante el ciclo lectivo que está iniciando se instrumentará con una vigilancia gubernamental directa para mejorar la preparación de los alumnos del sistema básico a través de la participación de sus tutores.
Funcionarios, activistas sociales en el área educativa, profesores, directivos escolares y padres de familia afirmaron que el resultado de la poca participación de los tutores en las actividades escolares genera consecuencias negativas para los estudiantes, quienes no alcanzan a adquirir o desarrollar las herramientas que les permitirán una vida académica, emocional y social más positiva.
La ausencia de la participación paterna y/o materna es una situación palpable en las instituciones educativas, principalmente por aquellos tutores que sí participan en la comunidad escolar.
“Nada más vienen a inscribir a los niños y no se les vuelve a ver en todo el año, si la escuela necesita algo no participan”, se queja Marisela Alarcón Casillas, presidenta de la Asociación de Padres de Familia de la escuela José Vasconcelos.
A pesar de las carencias que sufre el plantel, donde no hay agua potable y la mayoría de los salones están severamente deteriorados, la comunidad de tutores desdeña participar en actividades que podrían mejorar el entorno donde estudian los niños y, por ende, su calidad educativa.
Afirma que los padres de familia que trabajan en pro del plantel, ubicado en la colonia Ladrillera de Juárez al norponiente de la ciudad, son siempre los mismos, pero resultan insuficientes para terminar con el rezago que enfrenta esa comunidad.
“A mí me ha tocado estar aquí por cinco años y muy pocos padres vienen a apoyarla”, dice Alarcón Casillas. “A veces se cita a junta y sólo vienen 20 ó 30 padres de 173 niños que hay aquí”.
El director de esa institución, Jesús Ernesto Dueñas, atestigua también la situación y cuenta que incluso algunos padres ni siquiera han acudido a inscribir a sus hijos, aunque los hayan mandado a clases.
“La participación de los padres de familia se reduce a aspectos de atención con los niños, cuando hay algún problema, pero el apoyo a la escuela es muy reducido”, explica.
El plantel José Vasconcelos es uno de los que formó un CPS para tratar de que los tutores acudan a supervisar el trabajo de los maestros, que fiscalicen el ejercicio de los recursos y que puedan informar a la comunidad qué se está haciendo en la escuela. El plan, sin embargo, no ha funcionado.
“En realidad es muy poca la participación de los padres en la escuela”, menciona.
Alejandro Sapién, sociólogo que se desempeña como asesor de proyectos y valores del programa Educación con Valores, afirma que desde hace siete años que trabaja con éste, ha visto que los padres de familia están renuentes a trabajar, tienen muchas rencillas con los maestros y es típico que siempre están exigiendo, pero no son corresponsables con la educación de sus hijos.
Añade que ese es el problema más recurrente que se enfrenta en las escuelas y que se ha detectado a través de diagnósticos.
“Los percibo desconfiados, saturados, renuentes, cuestionándose qué les van a pedir, siempre a la defensiva, o creyendo que los van a regañar, a veces van a programas con sicólogos y sienten que es para regañarlos”, cuenta.
Considera que el padre de familia de las escuelas que atiende, ubicada al norponiente de la ciudad, por lo general está desinformado, pero sobre todo con mucha necesidad.
“Aparte de trabajar con el maestro lo hacemos con la familia, se convierten en auténticas  terapias porque los padres tienen mucha necesidad de ser escuchados, el maestro no tiene tiempo de darles algún taller a ellos porque se dedican a los niños y niñas, entonces ¿quién trabaja con ellos?”, cuestionó.
La situación es tal que incluso la autoridad comenzó a idear planes para acercar a los padres de familia tanto a las escuelas como a sus propios hijos, de los que también se han alejado.
Jesús Miguel Giacoman Román, coordinador de escuelas primarias federales de la Subsecretaría de Educación, Cultura y Deporte afirma que cada vez se batalla más para que los padres de familia se apropien de la educación de sus hijos porque además de desdeñar el respaldo a las instituciones también se despreocupan por los alumnos.
“Notamos que una gran cantidad de padres de familia no apoyan a los niños con las tareas, con visitar al maestro para ver cómo va su hijo, casi siempre que un padre de familia va a la escuela es porque ya hay un problema”, declara.
Lo más delicado, señala, es que acuden ante los maestros cuando ya existe un conflicto, pero no a prevenirlos.
Incluso han detectado que algunos tutores ni siquiera llevan a sus hijos a la escuela sino que los envían con alguien y cuando salen los encargan.
“Lo comprendo porque muchas madres trabajan y son solteras, o el papá y la mamá trabajan”, añade. “Sin embargo, una de las prioridades en la familia es estar pendiente de los hijos en todas las áreas y creo que se ha estado descuidando mucho la educativa”.
Datos oficiales establecen que en la ciudad existen 511 escuelas primarias, 291 jardines de niños y 104 secundarias, donde laboran 11 mil 398 profesores que dan servicio a un total de 297 mil 655 alumnos.

Proceso se ve afectado

El hecho de que los padres de familia no participen en el proceso educativo “es demasiado” debido a que son corresponsables, afirma Ana Espinoza Guevara, coordinadora de Seguimiento y Evaluación del programa Educación con Valores, una estrategia surgida desde el empresariado y la sociedad para mejorar la calidad educativa y promocionar los valores.
“Si los padres o madres no están correspondiendo, el proceso se ve afectado, hay veces que sólo van a dejar a los hijos en la escuela pero no se dan cuenta lo que implica el trabajo que se está dando en la escuela”, menciona.
Para la activista social es importante que los tutores estén en el plantel, que participen, que se involucren y que propongan, de otra forma se generarán conflictos.
“Hay poco participación de los padres de familia, a nosotros a veces nos asombra porque hay poca convocatoria por parte de la escuelas, de 200 padres acuden 10 ó 20”, indica.
Agrega que no se trata sólo de que vayan a recoger la boleta, sino que se interesen en actividades como la formación de valores.
Giacoman Román insiste en que la ausencia de los tutores en las escuelas genera consecuencias negativas a corto y largo plazo.
“En lo inmediato los niños tienen un comportamiento difícil, porque de alguna forma se rebelan a la vida por no tener el apoyo, atención o el tiempo de sus padres, lo que irónicamente se refleja en la escuela”, expresa.
Es lamentable, dice, porque se convierte en una situación irreversible, a largo plazo afecta porque el comportamiento en la sociedad es negativo ya que comienzan a aprender formas de vida en la calle que los llevan a conflictos.
Además, durante la juventud y a la hora de convertirse en adulto presentan situaciones complejas que se reflejan en las relaciones sociales.
Para Alarcón Casillas la ausencia de los padres de familia en la Primaria José Vasconcelos es notoria, sobre todo porque impide el crecimiento tanto en la infraestructura como en la preparación de los niños.
“Muy pocos apoyan en las tareas, nos citan aquí para que les leamos un cuento o que participemos con ellos en juegos, pero sólo vienen dos o tres de 30 niños que hay en el salón”, indica.
Eso impacta a los niños, agrega, porque ven que las madres de los demás vienen y la de ellos no.
“Hasta creo que eso los hace violentos porque los padres no acuden a participar, a ver qué está pasando con ellos”, dice. “Los cinco años que tengo aquí siempre ha sido igual, vengo a verlos bailar y se emocionan, les ilusiona que venga a leerles un cuento, eso les gusta”.

Reactivarán a paterfamilias

Enrique Figueroa Romero, director de la Escuela Primaria Federal Leona Vicario de la colonia 16 de Septiembre, es uno de los que ha tratado de integrar a los tutores de sus alumnos en la participación social.
Afirma que el padre de familia de su comunidad es un poco más activo que en otras instituciones, ya que acuden en un 80 por ciento, con lista de asistencia verificable, a las juntas que convocan.
Donde no sucede así, añade, es precisamente en las actividades.
“Si hacemos un consenso y quedamos en limpiar el perímetro escolar, la mayoría dice que sí, pero si 22 aceptan sólo se presentan cinco”, cuenta. “Ya en la acción difiere bastante lo que vemos a cuando vienen a recibir la boleta”.
Acerca del tema, el encargado de las escuelas federales en la frontera da a conocer que desde hace años se ha intentado conformar los CPS en las instituciones, pero no se han podido desarrollar de la manera adecuada.
Para este ciclo escolar, enfatiza, habrá un énfasis para poner a trabajar a estos organismos de una forma definitiva para fomentar la participación de más padres de familia en actividades específicas que tienen que ver no sólo con la educación, sino por ejemplo con las necesidades de las escuelas, con procurar la armonía escolar para evitar el bullying, así como con las necesidades sicológicas y educativas del niño.
“Vamos a comprometer a más padres de familia hasta por escrito para que se conformen estos grupos, será labor del docente y del directivo comprometerlos ahora de esa manera que nos va a ayudar más”, asegura.
Aclara que los CPS son diferentes a las asociaciones de padres de familia, aunque coinciden en algunos puntos, mientras que las mesas directivas buscan organizarse para apoyar a la escuela, sobre todo en cuestiones de necesidades económicas y demás, los consejos van más allá al atender situaciones sicológicas, académicas, las relaciones sociales, la armonía, la salud, el ejercicio, y otras actividades diversas que se irán conociendo y que tendrán que desarrollar los padres de familia
La diferencia ahora es que existe un trabajo previo porque es un programa a nivel nacional, además se está conformando el CPS a nivel municipal y luego será en la región, sector, zona y escuela. Se le dará un seguimiento desde el Gobierno.
“Todos los años ha sucedido y no pasa nada, es cierto, no habían podido despegar los CPS como debe de ser, pero ahora mucho mejor estructurado, con un compromiso para que participen todas las autoridades, siento que habrá hechos favorables”, asegura. (Martín Orquiz/El Diario)

¿Sabía que…

Datos oficiales establecen que en la ciudad existen 511 escuelas primarias, 291 jardines de niños y 104 secundarias, donde laboran 11 mil 398 profesores que dan servicio a un total de 297 mil 655 alumnos?

morquiz@redaccion.diario.com.mx

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