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Cifras del desempleo pegan a menores de 30

Martín Coronado
El Diario

2014-08-28

Las cifras del desempleo muestran que en el estado se desperdician dos valores altamente preciados por las economías: la juventud y el conocimiento.
Mientras otras economías desean mano de obra joven, según datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), la mitad de las casi 50 mil personas que no posee ningún tipo de empleo en el estado de Chihuahua tiene menos de 30 años.  Además uno de cada 5 chihuahuenses desocupados terminó algún grado en la universidad.
Especialistas en el tema —una economista y una empresaria— coincidieron en que esto implica que se desaprovecha la fuerza laboral de los jóvenes, así como la derrama económica que deberían estar generando, y además pone en perspectiva un problema futuro de pensiones. También significa que la inversión que hizo el Estado en graduar profesionistas, se está desperdiciando. 
Datos presentados por STPS con base en estadísticas del Instituto Nacional de Estadística, y Geografía (INEGI) indican que en junio, el estado de Chihuahua tenía 49 mil 058 personas con edad y capacidad laboral, que no tenían un trabajo, ni siquiera en la informalidad.
El reporte Información Laboral, publicado este mes, afirma que el 50 por ciento de estas personas que no tienen empleo son menores a 30 años.
Según el mismo reporte, el 21 por ciento de los desocupados tienen por lo menos una carrera universitaria.
Érika Donjuán Callejo, directora del sistema de indicadores “Así Estamos Juárez” indicó que es preocupante no sólo la cantidad de desempleo que existe, sino el tipo de desempleados que hay en la entidad.
La especialista dijo que según los datos de la STPS, una gran parte de los desempleados son jóvenes y también es grande la proporción de desocupados que tienen una preparación universitaria.
La también académica indicó que es muy común que ex alumnos le plantean las dificultades para encontrar un empleo afín a la carrera, por lo que muchos de ellos se ocupan en lo que pueden.
Explicó que el que los jóvenes estén desempleados implica un problema de desperdicio de mano de obra, que incide sobre la derrama salarial y también sobre la producción de la ciudad.
Dijo que estos jóvenes deberían estar produciendo, ganando dinero y gastando para generar un mayor movimiento económico en la entidad.
Sin embargo, agregó, no existen los puestos laborales para que estos jóvenes, egresados o no de las universidades, estén trabajando, produciendo y gastando.
Comentó que no es un problema de Gobierno o de instituciones, sino que es algo en lo que tiene que ver toda la sociedad en conjunto.
Explicó que esta fuerza laboral, al no encontrar trabajo, debería tener la capacidad y condiciones para crear sus propios negocios, y así generar más empleos y satisfacer la necesidad propia de trabajo.
Sin embargo, criticó, el sistema educativo actual acultura a los estudiantes para salir a conseguir trabajo en lugar de salir a generar empresas.
“Hay que revisar cómo está el espíritu emprendedor, porque ellos mismos podrían generar sus propios negocios, asesorías consultorías o producción y dar empleo a sus compañeros”, dijo.
Cristina Cunningham Hidalgo, presidenta de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados coincidió en que la derrama económica que pudieran traer estos jóvenes al estar trabajando, bien podría ser un detonante para mover la economía local.
“Si ellos estuvieran trabajando en empresas propias haciendo sus propios productos, vendiendo sus propios servicios, la riqueza que generan se quedaría aquí en lugar de irse como ocurre con el modelo económico actual, y eso sería muy bueno porque se vuelve un ciclo, un círculo virtuoso”, añadió.
Pero para que eso suceda, añadió, es necesario que el gobierno tome la iniciativa y facilite la apertura y operación de las empresas, para que de esa forma se estimule el empleo, en lugar de estarlo frenando con multas y revisiones exhaustivas a destiempo, que se hacen ya cuando el empresario tiene toda la inversión hecha. “Eso más que ayudar, frena a los emprendedores, porque si ven que otros están siendo multados, que es muy complicado operar, entonces no se animan a abrir nuevos negocios”, abundó.
Donjuan Callejo agregó que es necesario revisar la forma en la que se está capacitando a los egresados de las universidades.
“Tenemos que replantear el tipo de formación no sólo en conocimiento téorico y  práctica, sino que tienen que darle a estos estudiantes las habilidades que necesitan para insertarse en el mercado laboral”.
“Lo que está pasando es que otras personas, sin sus estudios, a base de experiencia les ganan los puestos”, dijo.
Además del desperdicio que se tiene en la falta de producción y de salarios para todos estas personas, dijo la especialista, la inversión que se hizo en capacitarlos se encuentra ociosa.
Por otro lado dijo que debe haber mayor coherencia entre los programas de estudio y las empresas que se atraen a la zona, pues mientras se egresas muchos estudiantes de las universidades, se están instalando en la zona compañías que ofrecen una gran cantidad de plazas para niveles técnicos y operativos, y en un menor grado, para profesionistas.
“Existe una frustración no sólo moral, sino económica, porque un profesionista un jóven en edad productiva, en el que el estado invirtió mucho dinero, tiene niveles de producción e ingresos muy bajos”, abundó.

mcoronado@redaccion.diario.com.mx

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