Local

A sus 73 años, ayuda a otros adultos mayores

Josefina Martínez
El Diario

2014-08-27

Para comprobar que los adultos mayores tienen mucho que aportar a su comunidad y que “chango viejo si aprende maroma nueva”,  Héctor Ocaranza decidió trabajar por y con los adultos mayores de las colonias del poniente de la ciudad.
“No hay como un viejito hablándole a otros viejitos, así que desde diciembre del 2012 cuando concluí mi maestría en Psicoterpia Humanista y Educación para la Paz en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, me integré con este grupo de adultos mayores de la Organización Servicios Educativos de Promoción y Asesoría Familiar (SEPAF) y desde entonces aquí trabajo, los acompaño y me acompañan, hacemos equipo y caminamos juntos en esta etapa de nuestra vida”, expresó Héctor.
Hace más de 10 años que esta organización civil trabaja en la colonia Mariano Escobedo, ubicada al poniente de la ciudad, y desde el inicio sus fundadores se dieron cuenta que entre las necesidades más sentidas de la población estaba el atender a los adultos mayores y a los niños.
“Se formaron grupos de personas de la tercera edad y se percibió que sus necesidades más sentidas eran ser escuchados, acompañados y por supuesto los problemas económicos que se derivan de que muchos de ellos no tienen pensión”, expresó Matilde López, promotora de esta organización civil.
Agregó que empezaron con 8 personas y actualmente tienen más de 100 adultos mayores a quienes se les proporciona desayuno de lunes a viernes, aunque el miércoles es un día especial puesto que se reúnen a realizar otras actividades como manualidades, ejercicios y pláticas motivacionales sobre temas que les pueden interesar.
Y fue a esta dinámica a la que se integró Héctor Ocaranza, quien a sus 73 años decidió “retar los estereotipos” y lanzarse  a la aventura de estudiar una maestría en la UACJ, misma que concluyó con mención honorífica.
“Ahí estaba yo terminando mi tesis de maestría con 75 años y pensé que había que continuar el camino así que me integré a SEPAF, hablé con el señor Hugo Almada coordinador de la organización y le dije que me interesaba participar con ellos en sus programas, me dijeron que sí y desde el 2012 acudo aquí de manera regular para dar terapias a mis compañeros que lo solicitan”, expresó.
Aseguró que los adultos mayores tienen mucho que aportar a la comunidad, y a través de las terapias que les proporciona o al convivir con ellos cada miércoles lo confirma.
“El objetivo de la terapia es llevarlos a buscar en sí mismos los recursos que tienen y apoyarlos para que encuentren su valor personal, contrario a lo que muchas personas pueden creer la mayoría de los adultos mayores enumeran entre sus necesidades primero la salud, después el afecto de sus familias y por último la alimentación, son las cosas básicas que ellos dicen necesitan para ser felices y al menos en este grupo encuentran afecto y atención para cubrir una parte de sus requerimientos”, señaló.

ENVEJECE CIUDAD JUÁREZ
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), establecen que en Ciudad Juárez había 83 mil 928 personas con una edad de 60 años o más, según el Censo 2010. De ellos, 37 mil 944 son hombres y 45 mil 984 mujeres.
“Es importante tomar en cuenta esta cifra porque dentro de 30 años la mitad de la población en Ciudad Juárez estará representada por los adultos mayores, pues la pirámide poblacional se empieza a invertir y la ciudad no está preparada para el envejecimiento”, expresó Willevaldo Martínez, demógrafo y maestro investigadores de la UACJ.
“La transición demográfica empieza a darse y es indispensable que inicien los cambios en materia social, económica, de infraestructura urbana y salud, a fin de generar proyectos que ofrezcan una calidad vida más digna para ese sector de la población”, señaló.
En Chihuahua, la edad promedio de sus habitantes pasó de los 26.9 años que se marcaba en el 2000, a los 33.7 actualmente, y se espera que para el 2030 sea de 36.9 años, reflejando el paulatino envejecimiento de la población, de acuerdo a datos del Consejo Nacional de Población.
“Las distintas velocidades de crecimiento de los diferentes grupos de edad traerán consigo una continua transformación de la pirámide de población, el bono o “dividendo” demográfico que resulta de dividir el conjunto de niños y adolescentes (0-14 años) y de adultos mayores (60 años o más) entre la población en edades laborales (15-59 años),  empieza a agotarse a medida que las generaciones que nacieron de los años 1955 a 1974, pasen a ser adultos mayores”, dijo el demógrafo.
Para el 2050 la cantidad porcentual del total de la población que tengan una edad superior a los 65 años será del 40 por ciento, por lo cual se deben empezar a generar cambios radicales, pues de no hacerlo esto representará gastos mayores para el gobierno en materia de atención a la salud y de impacto social en general.
“Estamos en un proceso en el que la transición demográfica o como mejor se le conoce la pirámide poblacional se está invirtiendo, hace veinte años podíamos decir que México era un país joven, pero dentro de treinta años esta situación va a cambiar de manera vertiginosa por lo que tenemos que prepararnos”, afirmó Martínez.
Eduardo Almada, actual coordinador de SEPAF, aseguró que se debe empezar en los próximos cinco años por crear una cultura de respeto a los adultos mayores “porque todos vamos para allá”.
Además se deben establecer programas de orientación y apoyo económico, social y psicológico para los adultos mayores.
“Es necesario adaptar los esquemas en planeación urbana, transporte público, adaptación de aceras y señalización, construcción de áreas verdes, seguridad, cercanía de las instancias de gobierno y la apertura de más espacios recreativos y de estancias en las cuales puedan desarrollarse plenamente con una vida saludable, hay mucho por hacer”, concluyó Almada.

X