Jesús Salas
El Diario
Décadas de historia, de buenos momentos y de diversión que ocurrieron en un establecimiento llamado “El Barco”, están por terminar en escombros, pues la estructura está siendo demolida desde hace varios días.
Ubicado en el cruce de la avenida Tecnológico y Cesáreo Santos, “El Barco” fue el centro de diversión de miles de personas en la década de los 90, quienes acudían para disfrutar sus bebidas en el bar o al aire libre.
El lugar era conocido por vender los galones de cerveza de barril, que en aquel entonces costaban 15 pesos, lo que ahora son cerca de 100 pesos aproximadamente.
Guillermo Cortes, de 47 años, recuerda que acudió al lugar en varias ocasiones con sus amigos.
“Era un lugar bien suave, primero por la forma de barco que tenía, y después por el ambiente, aparte de que nunca cerraban, siempre estaba abierto”, dijo.
En el lugar, hay al menos de 50 cajones de estacionamiento, a donde llegaban los visitantes para quedarse o moverse a la cantina que se encontraba en la planta baja de la estructura en forma de barco.
“Ahí estaba la cantina grande, ahí te servían los galones, o cervezas de bote o licores, también ahí estaban los baños”, recordó Guillermo.
Ahora en el lugar únicamente quedan cajones vacíos, los azulejos azules y rojos que en algún momento llegaron a funcionar como pista de baile para miles de juarenses.
“Arriba estaba suave, porque estaba fresco, se veían las luces de la ciudad, podías estar bien agusto con tu pareja o conocías a alguien ahí”, dijo.
El lugar contaba con dos pisos, en el segundo nivel, se aprecia gran parte del norte y poniente de la ciudad, incluso se ve El Paso, Texas.
En el espacio ya no hay nada, ni mesas, ni sillas, ni bancos, únicamente pantalones de indigentes que aprovecharon el lugar para convertirlo en un albergue temporal.
Pero la estructura permanece intacta, incluso se pueden observar objetos que se usaban en los tiempos en que funcionaba el bar, como una calculadora y utensilios para la cocina.
De acuerdo con los trabajadores que están derribándolo, encontraron muchas jeringas, botellas de alcohol, e indigentes que hicieron del lugar su casa.
Varios de los testimonios de personas que estuvieron en el lugar en algún momento, coinciden en que el bar comenzó a decaer y se iba quedando solo, hasta que hace cerca de 15 años aproximadamente cerró sus puertas de manera definitiva.
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