Luz del Carmen Sosa
El Diario
Guadalupe— De 18 mil habitantes que tenía este municipio fronterizo, ahora sólo quedan 2 mil 500.
Es decir, que a causa de la violencia que se vivió desde el 2008, abandonaron el lugar unos 15 mil 500 lugareños, el 86 por ciento.
“A consecuencia de la violencia se fue mucha gente”, dijo el alcalde Gabriel Urteaga Núñez.
Con este éxodo de residentes, las finanzas municipales atraviesan por su peor momento porque miles de pesos no han entrado a las arcas municipales por concepto del pago del Impuesto Predial.
El edil solicitó el apoyo al Gobierno del Estado ubicar a los propietarios de las miles de fincas abandonadas en este extenso municipio.
Datos oficiales refieren que dentro del Presupuesto de Egresos del Estado la participación destina a Guadalupe para este ejercicio fiscal es de 25 millones 350 mil 272 pesos, el anteproyecto del presupuesto de ingresos menciona que por concepto del pago del predial recaudarían un millón 425 mil pesos, además del rezago del 418 mil pesos que enfrentan.
Sin embargo, Urteaga Núñez planteó que el problema no sólo es la poca recaudación de impuestos, sino las condiciones de inseguridad que generan estas propiedades, pues son un permanente foco de infección al proliferar toda clase de alimañas, problema que se agrava particularmente en esta temporada de lluvia.
En la avenida principal de la cabecera municipal de Guadalupe se observa que algunas casas han sido demolidas, otras fueron entregadas en comodato al Gobierno municipal, para realizar ahí algunas obras como un estacionamiento público. Esto, dijo el alcalde, permitirá mejorar la imagen del pueblo.
Sin embargo, comunidades como Barreales siguen figurando un pueblo fantasma.
“Los pueblos que están más tristes son Guadalupe y el Ejido Barreales, en Rinconada del Mimbre se puede ver que andan jugando los niños en la plaza, también en Caseta, pero Guadalupe y Barreales sí están muy dañados, fueron los más golpeados por la violencia”, dijo el edil.
Las casas habitadas en estas dos comunidades, se pueden contar fácilmente. Muchas fueron destruidas por el fuego, otras lucen las perforaciones de las balas de “cuerno de chivo”, en las fachadas principales.
“Desde que se entra al pueblo se ve la destrucción, donde vivo yo, en la calle Morelos hay 35 casas vandalizadas, quemadas, abandonadas del todo, si van a la otra calle es igual”, dijo. Ante esta situación, el alcalde ha recibido propuestas de los propietarios para que derribe las estructuras dañadas y dejen de ser un foco de infección.
Por la calle principal poco a poco se están instalando nuevos negocios.
Vamos saliendo poco a poquito de este problema que surgió, no se puede cambiar en meses fueron varios años los que vivimos de incertidumbre y nosotros estamos buscando salir adelante, dijo el edil.
“Le puedo asegurar que con el presupuesto que tenemos de los tres años no limpiamos ni un solo pueblo, son muchas casas dañadas. Es necesario demolerlas porque empieza a crecer la maleza y se forman muchas plagas de alimañas, salen alacranes, víboras y la plaga de moyotes”, expuso.
Precisamente la semana pasada ya se tuvieron las primeras pláticas con la Secretaría de Salud para nebulizar la zona, ante la llegada de la temporada de lluvias.
“Tenemos que buscar la forma de salir adelante”, dijo el alcalde. (Luz del Carmen Sosa/El Diario)
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