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Aquí viene la gente que no tiene para más: vendedor de segundas

Cinthya Ávila
El Diario

2014-07-27

La comercialización de ropa usada o de imitación es una industria que representa “un respiro”, para quienes no tienen la posibilidad de acceder a artículos de mejor calidad.
“Aquí viene la gente que no tiene para más”, dijo Juan Mota, mientras acomodaba su mercancía en un mercado popular de la colonia Torres del PRI.
El comerciante, quien trae sus prendas para vender desde el Estado de México, dijo que los mercados populares o segundas de colonia se alimentan de dos factores: la falta de empleo de los vendedores y la falta de ingresos de los compradores.
“Quienes vendemos en estos mercados no tenemos otra opción de trabajo, por la edad o por algo no nos dan y el que nos compra no le alcanza para ir a comprarse ropa de marca”, especificó.
En el mismo mercado donde se encuentra Juan Mota, cientos de personas se ganan la vida de la misma forma que él, vendiendo ropa usada o nueva que traen desde otras partes de México o Estados Unidos.
Desde el punto que se mueva la mercancía para los vendedores resulta complicado. Aquí en México, según indicaron comerciantes entrevistados, deben lidiar principalmente con los retenes de la Policía Federal.
“Si te ven con ropa pirata te exigen una cuota para dejarte ir. Algunos hasta mil pesos piden”, dijo una comerciante, quien pidió anonimato y señaló que trae su mercancía del Distrito Federal.
Karina Granados, quien también trae blusas y ropa para niño desde el estado de México, definió a su clientela como “de clase baja”, pues asegura que es el sector al que se enfoca su mercancía y precios.
Sin embargo, dijo que la mayoría de la gente que acude a estos mercados se inclina por la ropa usada, por lo económica que resulta.
Pero en los mercados la ropa no es la única mercancía demandada. Zapatos, bolsos, ropa interior y diversos accesorios inundan los puestos de estos comercios para satisfacer las necesidades de su clientela.
“Unos tenis originales aquí o en El Paso cuestan 70 dólares a lo mínimo, aquí los consigo por 250 pesos”, señaló resignada Rosaura Montes al tiempo que pagaba un par de tenis color negro con un puma dibujado en un costado.
En el caso de los bolsos de mujer es igual. Marcas de renombre están simplemente lejos de las posibilidades de mujeres que apenas y perciben un ingreso de 600 pesos semanales. Ana Breceda, quien vende bolsas usadas, dijo que regularmente acuden mujeres de entre 20 y 25 años para buscar la bolsa que se vea menos gastada.
Actualmente la Dirección de Comercio está actualizando el padrón de vendedores de los mercados. Los últimos datos con los que cuenta datan de 2003, cuando se registraron 58 mil comerciantes.

Contrabando en el mismo país

Carlos Riquelme Canales, presidente de la Asociación de Hoteles y Moteles en Juárez, señaló que parte de este problema deriva del nulo crecimiento que ha tenido la economía.
El líder de los hoteleros dijo que también es necesario abatir la corrupción y fortalecer la vigilancia en la zona fronteriza. Insistió en que son varios los factores involucrados en el contrabando, pero en el tema económico y de empleo no se puede actuar de manera indiferente.
Cristina Cunningham, presidenta de  la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados dijo que las autoridades deben vigilar los cargamentos que cruzan la aduana.
Recientemente se dio a conocer que la industria de la ropa usada deja ganancias millonarias a mayoristas, proveedores, sindicatos de tianguis, vendedores y revendedores e incluso el crimen organizado.

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