Alejandra Gómez
El Diario
Un pasaje que inició su historia hace dos siglos con la creación del “Pueblito de San José”, zona establecida en 1825 en el Camino Real donde se edificó la Misión de San José, será recuperado con la restauración de la capilla, del panteón y de 36 casas a la redonda que revivirán el ambiente arquitectónico del principal acceso a lo que fue Villa Paso del Norte.
El proyecto es del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el Comité Directivo del Centro Histórico Sacro de la Misión de San José e iniciará a finales de este año con la restauración de la capilla y el trabajo del suelo para evitar posibles inundaciones.
Después se restaurarán las viviendas aledañas que en conjunto asemejarán “El Pueblito” en que convivieron los indios mansos, españoles y mestizos, los cuales conformaron las primeras familias y personajes ilustres de la región, explicó el presidente del Comité, Ignacio Frausto.
Con el paso del tiempo la Misión de San José ha estado a punto de colapsar a consecuencia de las lluvias que frecuentemente azotan a la ciudad y las inundaciones que se registran en la calle Francisco Márquez, el Camino Viejo a San José y la avenida López Mateos.
Actualmente la infraestructura de la capilla, construida entre los años 1785 y 1786, está en desuso y su interior se encuentra apuntalado porque durante las lluvias de septiembre del año pasado el interior se inundó más de medio metro lo que provocó que las paredes se fracturaran y los marcos de las ventanas y puerta se descuadraran.
Para el rescate de la Misión de San José la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) realizó entre enero y febrero de este año un estudio hidrológico con simuladores de lluvia y un sistema satelital para analizar el comportamiento del agua en la zona durante las precipitaciones pluviales, explicó Ignacio Frausto.
Con base en los resultados del estudio que arrojó la UACJ, el Comité Histórico rediseñó el proyecto que en el 2013 se realizó y lo presentó ante Conaculta y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para asegurar que la zona no volverá a inundarse.
El nuevo proyecto de restauración costará 16 millones de pesos y consiste en el rediseño del acceso con la anexión de rampas y escaleras que eviten la filtración del agua al interior del área en que se ubica la Misión de San José y el panteón.
También se implementará una caseta de control donde se brinde información general del lugar a los visitantes, además de visitas guiadas y la venta de suvenires referentes al sitio histórico.
Se rehabilitará el atrio de la capilla para que en el área se efectúen conciertos de música sacra y se hará una plaza en que habrá esculturas y se representarán obras teatrales.
En uno de los costados de la Misión se construirá un edificio de servicios con dos plantas, en el primero estarán las oficinas administrativas, del comité directivo, de consejo, además de la casa de vigilancia y una bodega; en la parte alta estará un aula de usos múltiples y un salón para catequesis y conferencias.
También habrá una plaza denominada de la comunidad en que se realizarán verbenas, presentación de grupos de danza, recreaciones teatrales y conciertos.
Para el rescate del panteón en que yacen los restos de personajes célebres de finales del Siglo XIX y la primera década del XX se proyecta una barda perimetral, reforestación y la instalación de un hito de Jesús resucitador.
En él reposan los restos del padre Ramón Ortiz, figura destacada por su resistencia en 1846 ante la invasión del ejército norteamericano; el sacerdote Severo Borrajo, último jesuita que estuvo en función en la Misión de Guadalupe; Mariano Samaniego e Inocencio Ochoa, personajes sobre quienes descansó el poder económico y político del siglo XIX.
Además en la parte posterior del panteón se construirá un museo histórico sacro compuesto por dos niveles, en el primer piso estará una museografía que muestre el proceso misional de los franciscanos desde 1581 hasta 1888 cuando Villa Paso del Norte se convirtió en Ciudad Juárez.
En el segundo piso se contará la historia de la Diócesis Católica de la ciudad a través de imágenes religiosas y otros materiales, de las cuales se han recaudado hasta el momento 400 piezas que hablan desde que la sede formaba parte de Durango hasta 1957 que pasó a ser de este municipio.
El lugar también contará con áreas complementarias, como un jardín de arte, un viacrucis y zonas de descanso, además de una cocina para la venta de comida.
Además de la restauración del lugar que comprende la Misión de San José, el proyecto contempla el rediseño de 36 casas aledañas al sitio –ubicadas en la calle Francisco Márquez y Camino Viejo a San José– para devolverles su estilo colonial y revivir el lugar que se conoció como el “Pueblito de San José” a partir del primer cuarto del siglo XIX, por lo cual en las calles se imitará el piso de la época y se instalarán luminarias antiguas.
El espacio que será destinado a visitas turísticas será delimitado por arcos que marquen la entrada y tendrá el diseño típico de la arquitectura colonial del norte y el cual estará basado en un estudio hecho por Ignacio Frausto en Sonora y Chihuahua.
El proyecto costará 16 millones de pesos y arrancará a finales de este año con la construcción de un muro de contención alrededor de la capilla, el cual tendrá un metro de altura y otro de profundidad con la finalidad de evitar que el agua se filtre al interior o a la cimentación.
Para el arranque el Comité Histórico aportará 600 mil pesos y el INAH 800 mil pesos, los cuales fueron recuperados hace tres años a través de la aseguradora con que se trabajó la reconstrucción del lugar luego de que la lluvia provocada por el huracán Dolly en 2008 causará el derrumbe.
El trabajo evitará la inundación y daño de la Misión, pero no de las zonas aledañas porque de acuerdo con los resultados de la UACJ el sitio se inunda porque está edificado sobre un vado o hundimiento en que se concentra el agua desde la avenida López Mateos y Reforma.
Por lo anterior además de los muros de contención alrededor de la Misión y el panteón, también se planea crear un pozo de absorción entre ambos lugares para que el agua no se concentre y se elevará 40 centímetros el piso de la capilla. (Alejandra Gómez/El Diario)
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