Antonio Rebolledo
El Diario
A dos semanas de la apertura del distribuidor vial Sanders y en la recta final de los trabajos de adecuación al túnel de la avenida 16 de Septiembre, las barreras de contención para vehículos y los barandales para proteger del vacío a los peatones representan aún un riesgo en ambas obras desarrolladas por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).
A pesar de las recomendaciones realizadas por las direcciones de Obras Públicas y de Protección Civil del Ayuntamiento para incrementar la altura de estas contenciones en diciembre y marzo pasados, los pretiles y los barandales en las dos obras continúan con una altura de 80 centímetros a 1.10 metros en promedio, lo que en el caso del distribuidor vial no impiden que un vehículo pueda precipitarse al vacío.
En Sanders, en el cuerpo principal del puente a un costado de los carriles de incorporación se colocaron mallas de protección de más de tres metros de altura con respecto al nivel del pavimento.
Pero estas mallas sólo se localizan en algunos tramos.
En la mayor parte del distribuidor las barreras de contención no superan los 80 centímetros, la misma altura de los neumáticos de un vehículo todo terreno que, en un “pellizco” al muro de protección, podría provocar un salto que proyecte el automóvil al vacío.
En el caso del túnel de la 16 de Septiembre, es común que los peatones se asomen al vacío para observar los carriles de incorporación, sobre todo en el cruce con la avenida Juárez.
Ahí, por en medio de los barandales puede pasar un menor de edad, y por encima, un adulto.
En ambos casos, por asomarse, pueden dar una vuelta de campana y caer al túnel como efecto del vértigo.
Comerciantes en la avenida Juárez comentaron ayer a El Diario que las adecuaciones para impedir que los peatones puedan caer al vacío han sido mínimas.
“Se han dedicado a cambiar los pisos para que se vea bien la parte peatonal, pero de seguridad hay poco. Mire cómo se asoman para ver cuánto tiene de profundidad el túnel. No van a subir las barreras hasta que haya un accidente”, manifestó Maricela Perea, mesera en un restaurante cercano al túnel.
En diciembre pasado las constructoras a cargo de la obra del túnel en la avenida 16 de Septiembre retiraron las mallas de protección de la obra y colocaron segmentos de barandal en el pretil superior de las rampas de entrada y salida.
Esas estructuras continúan ahí, pero son insuficientes para proteger del foso a los transeúntes.
Rogelio Contreras, comerciante sobre la avenida Juárez, reiteró lo que había comentado en diciembre a El Diario.
“No han cambiado mucho las condiciones de seguridad, y a cualquiera le da tentación ver el túnel. Por eso se asoman y el vértigo un día le va a ganar a alguien y va a caer. Por eso son necesarias mallas altas”, concluyó.
Entre diciembre y enero, el Gobierno municipal detectó 33 fallas en la obra del túnel.
Estos yerros estructurales debían ser modificados antes de su apertura, pero algunos como estos barandales prevalecen.
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