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Persisten fallas en el Sanders

Antonio Rebolledo
El Diario

2014-07-17

A pocos días de que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) dé por terminadas las obras de modificación al Distribuidor Vial Sanders, la obra aún presenta puntos de riesgo para sus usuarios.
Algunas de estas fallas fueron contempladas en las observaciones que realizaron a finales del año pasado las direcciones de Protección Civil, de Desarrollo Urbano y de Tránsito del Ayuntamiento, pero no han sido corregidas.
Uno de los principales sitios de peligro para automovilistas es el pico que genera la división entre el cuerpo central del puente con dirección al suroriente de la avenida Municipio Libre, y el carril de desincorporación o de bajada que conduce al Eje Vial Juan Gabriel.
En diciembre pasado, la Dirección de Tránsito advirtió que este pico representaba un peligro para los conductores que dudaran de tomar cualquiera de los dos carriles o que perdieran el control del vehículo, pues a altas velocidades la arista se convertía en una “navaja” que podría partir en dos un automóvil, o en una rampa que pudiera sacarlo del puente y precipitarlo al vacío.
En los cambios estructurales al puente, al pico se le colocó una barrera de contención frontal que tiene un tope en la punta. Así, un vehículo quizá no podría partirse o caer del puente, pero sí desviarse hacia cualquiera de los dos carriles. Si va hacia el carril central, no hay problema. Si sigue hacia el carril de bajada, podría partirse.
Esta barrera frontal se ubica a 35 metros de donde comienza la separación de los carriles. A esta distancia, a una velocidad de 60 kilómetros por hora, un vehículo podría impactarse en la barrera 15 centésimas de segundo; en un parpadeo.
Otra de las observaciones realizadas por el Gobierno municipal fue la altura del pretil o barrera de protección. A pesar de las modificaciones, continúa a una altura promedio de 80 centímetros.
Esa es la altura, por ejemplo, de los neumáticos que usan algunos vehículos todoterreno, lo que podría en un “machucón” sacarlos de la vía y ponerlos en riesgo de caer del puente.
Los señalamientos de límite de velocidad, los indicadores de curva y algunas señales de precaución continúan colgantes, pendiendo de las barreras de contención.
Estos letreros se pidió que fueran retirados y adheridos a la estructura principal del puente, pues su fijación al barandal de acero es muy sencilla y cualquier impacto podría derribarlos y enviarlos al vacío, hacia una persona o un vehículo a nivel de tierra.
De igual modo llama la atención que el sistema de drenaje del puente sólo tiene tubos de conducción del agua al vacío. Los tubos no están conectados a una canaleta debajo del puente para suavizar la caída o trasladarla hacia algún punto donde no caiga sobre peatones o vehículos debajo. En caso de que el agua se acumule en la parte alta, caerá a través de los tubos pero se dispersará, lo que provocará una especie de cascada a presión.
Los pasillos peatonales sobre las laterales de ascenso y descenso en el cuerpo suroriente de la avenida Municipio Libre continúan sin iluminación y ahora están llenos de maleza.
Sin luz, se convierten en un riesgo para los peatones que se dirigen hacia el Eje Vial Juan Gabriel, principalmente.
La ampliación de la curva en la rampa de incorporación norponiente, o Gasa 40, está concluida. Sólo le faltan detalles.
El ancho de la curva pasó de 5.60 a 8.20 centímetros a partir del “Arco Rojo” que se localiza en la parte media de la rampa que procede del carril norte-sur del Eje Vial.
La bayoneta de incorporación de la gasa 40 al cuerpo central del distribuidor también fue ampliada, de 40 a 55 metros de longitud, lo que permite una mejor integración de los automóviles al tráfico principal del puente que une ambos cuerpos de la avenida Municipio Libre en el sentido oriente-norponiente, con dirección a la avenida División del Norte.

Atrincherados

Vecinos cuyas propiedades se localizan sobre la acera norte de la avenida Municipio Libre, debajo del carril de incorporación oriente del distribuidor vial, manifestaron ayer que en caso de que la SCT decida abrir el puente a la circulación se van a “atrincherar” para impedir que el tráfico vehicular pase “a centímetros” de sus casas sobre el carril lateral con dirección a la calle Rafael Sanders.
Señalaron que es imposible que por ese “pasillo” circule el tráfico que antes llegaba a Sanders desde Ejército Nacional y Simona Barba sobre cuatro carriles, y que por eso es necesario que se amplíe esa calle y se indemnice a los 14 vecinos que se localizan entre las calles Venezuela y Aguilar Sáenz, por las afectaciones que tendrán sus predios en la ampliación.
“Así como quedó de angosto no pasa ni una camioneta. No podemos siquiera abrir la puerta sin que vaya a golpearla un auto”, manifestó Felipe Guardado, propietario de la vivienda ubicada en la esquina con la calle Brasil, uno de los puntos más angostos del carril, donde no hay más de 4.80 metros entre aceras.
Y es que Felipe abre la puerta de su casa, y más de la mitad queda sobre la cinta asfáltica.
“Por eso vamos a poner piedras y hasta zanjas para impedir que pasen por aquí los automóviles. Si abren el puente junto con este pasillo, ya no nos van a indemnizar y no queremos vivir aquí con el riesgo de que se nos meta un carro a la casa”, agregó.
De las indemnizaciones que Ferromex pagará, agregó, no les han informado oficialmente nada.

arebolledo@diario.tv

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