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Son mayores de 60 años, y aún luchan por una oportunidad de trabajo

Martín Orquiz
El Diario

2014-04-24

Los ojos de María de Jesús se tornan rojizos al contar que, luego de terminar su vida laboral y pensionarse, la realidad la golpeó muy fuerte debido a que su entorno social no la deja acceder a un mejor modo de vivir.
Tiene 69 años y ha buscado colocarse como enfermera, que es su especialidad, pero nadie le da trabajo debido a su edad. Ahora se apresta a desarrollarse en otras áreas, como la computación.
“Estoy acostumbrada a trabajar, pero ya nadie me quiere dar un empleo”, afirma mientras trata de contener sus emociones.
La situación que enfrenta María de Jesús Flores, su nombre completo, es común en adultos mayores, menciona la directora ejecutiva del centro de desarrollo “Girasoles”, Verónica Parra, quien tiene casi nueve años trabajando con este sector de la población.
Afirma que las personas mayores enfrentan conflictos en sus vidas principalmente por la exclusión de la que son objeto en muchos aspectos cotidianos.
Cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) indican, a través del Censo 2010, que en el municipio de Juárez se contabilizaron ese año 83 mil 924 personas de 60 años y más.
Estos datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) del estado de Chihuahua, a través de la Subsecretaría de Empleo y Productividad Laboral, establecen que apenas una persona de cada 10 que está en ese rango de edad tiene una ocupación laboral.
En el tiempo que Parra tiene trabajando para Girasoles al menos 14 mil personas desde los 50 hasta los 92 años han acudido en busca de ayuda a ese centro por diferentes razones, aunque el común denominador es el aislamiento del que son víctimas, dice.
“Llegan deprimidos, y es muy sintomático en nuestra sociedad que se sientan abandonados”, menciona. “No tienen oportunidades laborales, conforme entran en edad se les van cayendo las alternativas de desarrollo”.
José Carlos Pérez Alvarado, de 61 años, es un ejemplo de lo que indica Parra, porque a pesar de que siente que puede seguir trabajando, ya no tiene la confianza de los empleadores.
Cuenta que hace dos años se quedó sin trabajo porque la empresa de impermeabilización donde laboraba cerró, entonces no tuvo otra opción que jubilarse, porque no encontró dónde emplearse de nuevo.
“Se me cerró el mundo, pensé que se me acababa la vida”, dice. “Cuando pedí el trabajo en otra compañía me dijeron ‘nosotros le hablamos’, pero nunca lo hicieron”.
Luego ofreció el servicio de impermeabilización a través de los medios de comunicación, pero todas las veces que las personas le hablaron decidieron no contratarlo al conocer que sería él mismo quien realizaría la faena.
“Pensaban que se iban a meter en problemas si me caía del techo”, menciona esbozando una sonrisa que reflejó ironía. “Yo me he sentido marginado”.
Ahora, en Girasoles comenzará a estudiar computación e inglés, herramientas que podrían abrirle otras oportunidades y que nunca antes había practicado.

Además, José Carlos encontró una muy buena terapia ocupacional ya que comenzó a ayudar en la cocina del centro comunitario y terminó especializándose en gastronomía, y ahora brinda apoyo a sus compañeros del lugar.
Sin embargo, le ha tocado ver cómo algunos de sus amigos han enfrentado serias dificultades para poder ocuparse, por lo que sugirió a los dueños del comercio que contraten a personas mayores, pues les pueden ser de mucha utilidad.
Emilia Guillermina Novelo viuda de Gasson, de 71 años, encontró otra clase de apoyo en Girasoles. Aunque cuenta con el respaldo de su hija, la atención que requiere luego de haber sufrido un infarto —que le produjo una embolia— fue difícil de conseguir.
Disculpándose por la dificultad que tiene para hablar, cuenta que fueron muchos meses de “navegar” en busca de lugares donde la atendieran, primero con relación a su salud y luego en su recuperación.
Recuerda que fue internada en un hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), donde no fue atendida de la forma en que necesitaba. Además se dio cuenta del déficit de médicos que existe para atender a personas que, como ella, tienen una condición física comprometida debido a la edad.
Luego de encontrar alivio y recuperación en instancias particulares, llegó a Girasoles, donde pasa la mayor parte del día compartiendo con sus compañeros y aprendiendo cosas nuevas que le sirven en su estilo de vida, mientras recupera el habla y el movimiento de su brazo izquierdo.
La directora ejecutiva de la Organización de la Sociedad Civil (OSC), dio a conocer que en el centro se recibe a cualquier persona en edad avanzada que requiera apoyo.
Para cumplir con ese objetivo se tienen instrumentados cuatro programas: uno es el educativo, a través del cual se imparten diferentes talleres; otro es el de vinculación que se utiliza para conectarse con otros grupos, instituciones o entidades de gobierno relacionadas con ese sector de la población.
El tercero es de asesoramiento y gestoría, utilizado para atender temas como testamentos, tramitar la recuperación del fondo de Infonavit, realizar la diligencia de pensión ante el IMSS y otros; además de un esquema de reconocimiento a la actividad que realizan personas de edad avanzada.
También, explica, se da apoyo sicológico a quienes lo requieran.
Parra hizo un llamado a la ciudadanía que requiera alguno de los respaldos que están ofreciendo para que acudan a sus instalaciones, ubicadas en la calle Saturnino Herrán 464, en el fraccionamiento Álamos de San Lorenzo.
Los interesados pueden solicitar información en los números telefónicos (656) 207-77-89 y 207-77-90.
La OSC cuenta con tres trabajadores y 60 voluntarios, quienes trabajan de lunes a viernes en un horario de las 8 de la mañana a las 5 de la tarde. (Martín Orquiz)

morquiz@redaccion.diario.com.mx

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