Juan de Dios Olivas
El Diario
El Obispo Renato Ascencio León en compañía de los fieles celebró esta anoche en la catedral de Ciudad Juárez, la Vigilia Pascual con el encendido del Fuego Nuevo y el Cirio Pascual, símbolos de fe y luz, que anuncia la Resurrección de Cristo.
Durante la ceremonia, el prelado pidió a los fieles católicos llevar las noticias de Jesús resucitado a todas partes y brindar su mensaje.
“Seamos testigos de Jesus resucitado, la fe no puede callar lo que ha visto con sus propios ojos, por ello, que el encuentro con el señor se traduzca en un testimonio moral, que este año sea de intenso apostolado y testimonio elocuente en nuestra condición de católico”, dijo.
“Conmemoramos la noche Santa en la que Cristo vence la muerte y resucita glorioso; noche en la que lo antiguo ha pasado y lo nuevo ha comenzado. Es la noche en la que la luz vence las tinieblas. Lo hemos visto en el significado del cirio Pascual. La luz vence a las tinieblas. En esta noche Cristo con su resurrección ahuyenta el pecado, lava las culpas, devuelve la inocencia, expulsa el odio, trae la concordia y doblega a los poderosos”, enfatizó el obispo.
Señaló que el Domingo María Magdalena y María de Cleofas se dirige muy de mañana la sepulcro, y viven una experiencia conmovedora.
“Van en busca de un muerto, van a embalsamar el cuerpo de Jesús que aprisa han dejado en el sepulcro por ser viernes, envuelto en un lienzo por la proximidad del sábado. No encuentran su cuerpo, sino la enorme piedra movida. Son ellas, las mujeres, las primeras testigos de la resurrección”, recordó.
Durante la celebración de la solemne celebración, los asistentes renovaron sus compromisos bautismales y en las iglesias católicas se efectuaron bautismos, con excepción del principal templo de la Diocesis.
Para el encendido del Fuego Nuevo con el que se encendió el Cirio Pascual, se apagaron todas las luces de la catedral en señal de que la luz triunfa sobre la oscuridad. Seguido, se dio lectura al evangelio
El Cirio Pascual es una vela más grande que las comunes, de tamaño y peso, y es encendido directamente con el fuego sagrado bendecido el Sábado Santo, y es colocado junto al altar. Después de ser bendecida la fuente bautismal, se sumerge el Cirio Pascual tres veces en el agua de ella.
Permanecerá encendido durante las celebraciones de Pascua y en las festividades sagradas a realizarse durante el año.