Martín Orquiz
El Diario
La petición que hizo el presidente municipal Enrique Serrano Escobar para aumentar las multas a conductores ebrios, que alcanzarían hasta 100 veces el salario mínimo o 6 mil 729 pesos, generó controversia entre ciudadanos y representantes de sectores juarenses.
Mientras algunos opinaron que esta medida no terminará con el problema, otros afirmaron que sería mejor encarcelarlos o quitarles la licencia de manejo.
Incluso manejaron la posibilidad de que bajo esa circunstancia se incremente el fenómeno de la “mordida”, ya que los afectados tratarán a toda costa de librarse del castigo.
“Si realmente se tiene la voluntad para acabar con esta conducta se deberá tipificar como delito penal, como en otras entidades o en Estados Unidos, donde manejar bajo el influjo del alcohol es un delito y se castiga con cárcel y servicio a al comunidad”, dijo el secretario ejecutivo nacional de la Confederación de Colegios de Abogados de México, Salvador Urbina Quiroz.
Añadió que, además, el incremento en las multas fomentaría los actos de corrupción y, de alguna forma, sería discriminatoria ya que las personas de mayor poder económico simplemente las pagarían, mientras que las del sector financieramente limitado se verían en serios problemas para hacerlo.
“Eso atentaría contra el concepto de proporcionalidad y equidad en el cobro de impuestos y multas, establecido en el Artículo 31, fracción IV, de la Constitución Mexicana.
Manifestó que la propuesta es contradictoria con la anunciada antes: que rebajaría algunos conceptos para atacar la corrupción.
El litigante aseguró que esa estrategia podría ser ilegal ya que, si bien es cierto que el fenómeno es un grave problema social y de seguridad, también lo es que jurídica y criminológicamente no se inhibe el hecho atípico con el aumento de multas o de penas.
El pasado martes, El presidente municipal Enrique Serrano Escobar advirtió que de ser aprobado por el Cabildo, el costo de la multa para guiadores que presenten hasta tercer grado de ebriedad se incrementará de 80 a 100 salarios mínimos.
Así, la sanción económica impuesta a conductores que ante los agentes calificadores de la Dirección General de Tránsito presenten ese nivel de alcoholemia, pasará de 5 mil 383 a 6 mil 729 pesos.
Este incremento forma parte de la propuesta que la administración municipal presentará al Cabildo para modificar el tabulador de multas descritas en el Reglamento de Tránsito y Vialidad del Ayuntamiento de Juárez.
Rutilio García Pereyra, profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) y escritor del libro “Juárez la Fea”, consideró que incrementar las sanciones monetarias en contra de personas que conducen ebrias no sirve de mucho, ya que para aminorar el problema lo que hace falta es una profunda y extensa campaña para crear consciencia entre los ciudadanos acerca.
“Desde década de los años 20, cuando estaba vigente la prohibición de alcohol en Estados Unidos, ya había esa controversia aquí debido a que quienes consumían ese tipo de bebidas provocaban accidentes vehiculares”, dijo.
Añadió que a las autoridades municipales les hace falta dialogar con asesores y contratar a especialistas que hagan un estudio con respecto a esa conducta para establecer las mejores estrategias a seguir.
El académico señaló que es necesario que las autoridades, a través de los medios de comunicación, difundan de forma constante y eficiente mensajes que hagan entender a las personas que cuando consumen alcohol y manejan ponen en peligro no sólo su vida, sino la de los demás, así como los castigos que se están imponiendo.
Agregó que muchas personas ni siquiera se enteran de que aumentarán las multas, por lo que no incide en su decisión acerca de consumir cerveza o licor y luego conducir un automóvil, por lo que se requiere de una campaña sólida y efectiva.
Además, indicó, es posible que el incremento en las multas acarree actos de corrupción, ya que tanto los conductores que estén en esta condición como posiblemente los agentes pacten “mordidas” de hasta 3 mil pesos, la mitad de lo que pagarían de multa.
“No es por ahí, deben de implementar –como antes– e insistir con campañas como la de Conductor Designado y decirle a la gente que si incurre en esa falta será sujeta no sólo al castigo monetario, sino hasta con días de cárcel”, especificó.
Se podría, también, negociar con flotillas de taxis que den servicio con tarifas y horarios especiales, como existe en otras ciudades donde sus habitantes no ven la necesidad de sacar sus vehículos cuando van a consumir cerveza o alcohol, dijo.
Indicó que el hecho de que no haya un eficiente transporte público incide también en la situación, ya que de existir uno se podría tomar como otra opción para evitar que ebrios conduzcan.
También lectores de El Diario Digital expresaron su postura el torno al hecho. Rodolfo Hernández comentó en la página diario.mx que sería mejor que en lugar de la sanción económica —que consideró recaudatoria—haya pena corporal de uno a tres meses, dependiendo del grado de ebriedad.
José Luz Velazco escribió: “Estamos en el país de las ilusiones, si creen que bajando las multas y fregando al borracho se va a disminuir la corrupción, déjenme decirles algo… claro que tendrían que cambiar a todo el personal de Tránsito y ver si esto cambia”.
El lector que se identifica como Jerry Lee sugirió que es mejor que se cancele la licencia de conductor — según el historial de la persona— cuando sea detectado manejando ebrio, ya que considera que las medidas que se están tomando para tratar de abatir el problema tienen un afán recaudatorio.
Para Adrián, la propuesta de modificación a ley es buena, ya que uno de los problemas que se suscitan ocurre cuando los agentes de Tránsito, en complicidad con los médicos autorizados, distorsionan el resultado de la prueba consiguiendo su objetivo recaudatorio.
“… peor aún, fomentando la corrupción para con el afectado… mientras la corrupción no sea erradicada en las esferas del gobierno habrá problemas por doquier, como todos los actuales existentes en nuestro diario vivir”, comentó. (Martín Orquiz/El Diario)
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