Alejandra Gómez
El Diario
Montado sobre un burro y con la cabeza cubierta por un manto ingresó Jesucristo a Jerusalén y detrás de él una multitud que a cada paso exclamó “Caminaré en presencia del Señor”, ésta fue la escena con que los fieles de la iglesia Santa María de la Montaña iniciaron el Domingo de Ramos.
A las 7 de la mañana en las calles aledañas a la parroquia, ubicada en la colonia del mismo nombre, se revivió el pasaje en que Jesús realizó el milagro de devolver la vista a un ciego y luego se dio lugar al momento en que se montó en un burro para dirigirse a Jerusalén.
Caminata de 20 minutos
La procesión duró aproximadamente 20 minutos, durante el trayecto los fieles personificaron a los seguidores de Jesús, ataviados con mantos y sandalias, portaron entre sus manos hojas de palmas y con ellas alabaron al Hijo de Dios.
En el camino la gente sujetó con fuerza pequeños ramos e interpretaron alabanzas que fueron guiadas por la voz de una religiosa que se hizo escuchar por medio de un micrófono y sonido instalado en una camioneta que condujo al frente de la procesión.
Los vecinos del sector, al ver pasar por sus casas la caracterización, salieron para unirse a la caminata o sólo observar desde sus puertas lo sucedido y a las afueras de la iglesia esperaron algunos fieles la llegada de Jesucristo.
“Si uno de estos callara hasta las piedras hablarían”, dijo Jesús antes de bajar del burro y dirigirse a las puertas de la iglesia Santa María de la Montaña, su entrada fue precedida por el padre Aristeo Baca, quien predica en la parroquia, el cual portó entre sus manos un crucifico.
Los fieles que esperaban adentro proclamaron “Qué alegría cuando me dijeron vamos a la casa del Señor” al ver entrar al hombre vestido con túnica y manto blanco.
Después de la escenificación tuvo lugar una misa en que se dio lectura a la Pasión de Cristo y se bendijeron los ramos de cada persona presente, la parroquia ofreció cuatro misas en el transcurso del día.
Cada iglesia de la ciudad comenzó el Domingo de Ramos a distintas horas y con diversas actividades, el obispo Renato Ascencio realizó la bendición de las hojas de palma a las 7:30 de la mañana en la Plaza de Armas, luego se llevó a cabo una procesión hacia la Catedral.
Durante la primera misa la lectura de la Pasión de Cristo la hicieron el obispo, el sacerdote Eduardo Hayen y el padre Francisco Villa, quienes intercalaron sus voces por más de 20 minutos.
En los demás rituales estuvo a cargo el padre Juan Herrera, quien realizó sólo la lectura y bendijo los ramos de los cientos de fieles que acudieron desde las 9 de la mañana hasta las 7 de la tarde.
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