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Revelan que ‘El Chapo’ de joven participó en secuestro de Camarena

Luis Chaparro
El Diario

2014-03-09

Joaquín “El Chapo” Guzmán formó parte del grupo de hombres encargados de secuestrar al agente de la Administración Antidrogas estadounidense (DEA) Enrique “Kiki” Camarena en 1985 en Guadalajara, según el testimonio de quien fuera el jefe de seguridad del narcotraficante Miguel Ángel Félix Gallardo, aliado a Rafael Caro Quintero.
Desde una ciudad en California, la mano derecha de Félix Gallardo reveló a El Diario que Guzmán, entonces “un chavalo” que apenas se empezaba a mezclar con narcotraficantes como Rafael Caro Quintero, Ernesto Fonseca y Amado Carrillo, formó parte del grupo que Quintero envió para secuestrar a Camarena tras haber destapado el millonario rancho “El Búfalo” en Chihuahua.
“El Chapo era un mandadero, un sicario que yo personalmente envié junto a otros 15 ó 20 hombres por órdenes de Quintero y Gallardo”, relató el hombre con la condición de que su nombre no fuera revelado.
Lo anterior fue confirmado por el ex agente de la DEA Héctor Berrellez, quien tras el asesinato de Camarena fuera director de la investigación en México y quien pasó más de 11 años infiltrando las redes de Caro Quintero, Félix Gallardo, Ernesto Fonseca y Amado Carrillo.
Berrellez coincide con el entonces pistolero de Gallardo: “El Chapo no figuraba entre los grandes nombres, ni como narco, era un pistolero, un encargado cualquiera que a veces escuchábamos su nombre”.
Para el hombre de Gallardo, la “desobediencia” de El Chapo fue la detonante de los miles de asesinatos en México en los últimos años, y, adelanta, que su captura será “la reducción” de esa violencia.
“Antes había una federación, se habían dividido los territorios y se respetaban, pero El Chapo fue un desobediente de la misma camada de la Barbie y de los Zetas”, explica quien fuera el hombre de mayor confianza de Gallardo.
“El Chapo formó incluso parte de los Zetas en algún momento, alrededor de los mediados de los noventa. Y cuando le mataron a su hijo y a su hermano fue cuando se descontroló y pasó lo que pasó”, agrega.
Según registros periodísticos, en mayo de 2008, Edgar Guzmán Salazar, hijo de El Chapo, fue asesinado en Culiacán, Sinaloa.
La muerte del joven de 22 años ocurrió casi cuatro meses después de la captura por parte del Ejército de Alfredo Beltrán Leyva El Mochomo. El hermano del detenido y el líder del cártel del Golfo, Arturo Beltrán Leyva, atribuyó la detención a una traición de Guzmán Loera y motivó una ruptura contra el cártel de Sinaloa, de acuerdo al registro de hemeroteca.
Sin embargo, para los capos viejos y para el Gobierno, el reinado de El Chapo llegó a su fin, “se apestó” como afirma Berréllez.
“Así ha sucedido históricamente, cuando un narco se apesta le quitan la seguridad y va pa´bajo. El Chapo se apestó con tanta violencia y el Gobierno le quitó su seguridad”, dice el ex agente de la DEA.
El que fuera jefe de sicarios de Félix Gallardo relata lo mismo: “La Federación se quiere armar otra vez, y quieren que dejen al Gobierno en paz. Quieren trabajar como antes, sin tanta violencia”.
Según su testimonio, una de las principales razones por las que se busca “pacificar” a México ha sido el reciente surgimiento de grupos de autodefensa en el estado de Michoacán, que a decir del ex sicario, han puesto demasiada presión al Gobierno.
Sin embargo, a pesar del mediático arresto de El Chapo, Berréllez desconfía en la extradición de El Chapo a los Estados Unidos: “Esa es la prueba real para el gobierno del PRI, si lo extraditan es que las cosas van en serio, si no, nos daremos cuenta que fue un arreglo como todos los demás”. (Luis Chaparro/El Diario)
lchaparro@diariousa.com

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