Araly Castañón
El Diario
La Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS) cobra el servicio a entre 30 mil y 40 mil casas que están deshabitadas en la ciudad aún cuando está cortado, debido a que los dueños de las viviendas no se han dado de baja.
“Se sigue acumulando el adeudo, pero en realidad no es un quebranto para la Junta porque no es agua, no es el producto de un agua consumida, sino simplemente de un recibo no pagado, donde ya no hay agua o el servicio está cortado, pero que se sigue acumulando”, dijo el presidente del organismo, Fernando Uriarte Zazueta.
Informó que por ello se pretende presentar ante el Consejo de la JMAS un proyecto para depurar esas cuentas.
El funcionario explicó que la cartera vencida de la descentralizada es variable, debido a que constantemente se están saldando cuentas y las de las casas solas es servicio que no se usa.
Expuso que en la ciudad hay entre 30 y 40 mil propiedades de gente que se ha ido de la ciudad, alguna está regresando y se va a trabajar para tener un registro más preciso.
“Hay cuentas, gente de esas casas que ya ni viven ahí y a ¿quién se le va a cobrar eso?, lo importante es que no haya quebranto para la Junta, lo que se vaya eliminado que sea lo que se acumuló de mes tras mes, pero no hubo consumo de agua”, explicó.
Por otra parte, el año pasado se suspendió el suministro provisionalmente en mil 763 domicilios a solicitud de sus habitantes, mientras que 2 mil 322 fueron canceladas por la descentralizada porque se detectó que las viviendas estaban solas, informó la JMAS.
Aparte, el servicio se reactivó en mil 604 hogares en donde se había suspendido y sus dueños regresaron, informó la JMAS.
El funcionario informó que el promedio de pago regular a tiempo del recibo del agua es del 60 por ciento, aproximadamente, del total de los usuarios.
“Hay gente que deja de pagar y luego pagan, pero entran en rezago una semana o un mes, es muy variable”, señaló.
Agregó que para hacer un cobro más efectivo del agua, desde diciembre inició un proyecto para instalar medidores en donde están averiados o no hay.
“Es un plan intensivo de instalación de medidores nuevos con el objetivo de que la gente pague lo que realmente consume”, agregó.
Dijo que de las 400 mil cuentas, hay cerca de 100 mil tomas donde no hay medidor o no están funcionando bien.
“Se les cobra por promedio dependiendo del número de habitantes, aquí lo importante es que no haya eso para determinar el consumo real que hay”, agregó Uriarte. (Araly Castañón/El Diario)
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